Quién no soñó alguna vez con una fuente de energía infinita que pudiera salvar al mundo del colapso energético y, a su vez, eliminar las facturas de luz. Si bien la respuesta de muchas personas podría ser el Sol, los investigadores apuntan a la Energía por Gravedad (UGES) para lograr este abastecimiento.
Si bien se trata de los primeros intentos por conseguir avanzar en este tipo de energías, fueron los especialistas del Instituto Internacional de Liasa, en Austria quienes sugirieron la “Underground Gravity Energy Storage” (UGES)”. De su traducción al español obtenemos “Almacenamiento Subterráneo de Energía por Gravedad”.
Para esto no solo se propone una energía alternativa y renovable, sino que también reciclar los pozos mineros en desuso donde los generadores de electricidad sean activados por arena, en vez de agua como en una represa.
El fundamento por el cual han utilizado este material es que se trata de una materia prima muy barata, abundante y duradera. El funcionamiento sería básicamente gracias a la gravedad y utilizarían su fuerza de frenado. Es decir, se metería la arena en contenedores que se dejarían caer por este pozo donde los generadores eléctricos van reduciendo la velocidad y produciendo electricidad en el proceso, aplicando lo que se conoce como “freno regenerativo”.
Si bien parece algo totalmente novedoso, este mismo mecanismo es utilizado por los vehículos eléctricos para transformar la energía cinética en electricidad y almacenarla mientras se encuentra en marcha.
Julian Hunt, uno de los investigadores del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (Iiasa), en Austria, y creador de esta iniciativa explicó: “En vez de transformar la frenada en calor, se convierte en electricidad”.
Además aseguró: “La idea es que el sistema UGES aporte electricidad a la red cuando el precio de la energía es alto y en momentos de precios más baratos, la arena que se ha ido depositando en el fondo del pozo de la mina, se sube de nuevo a la superficie usando motores eléctricos”.
Además, el especialista aseguró: “Cuando una mina cierra, despide a miles de trabajadores. Esto es devastador para las comunidades que sólo dependen de la mina para su rendimiento económico. El UGES crearía unos cuantos puestos de trabajo, ya que la mina prestaría servicios de almacenamiento de energía tras el cese de su actividad“.
Esta medida incluso podría replicarse en los ascensores de los edificios que se encuentran en desuso gran parte del tiempo, así amortizando su uso con la generación de energía que podría ser incluida dentro de los gastos del mismo edificio.
Sin embargo, hoy en la actualidad esta idea solo se encuentra en su etapa embrionaria y uno de los problemas más grandes que tiene su implementación es el alto costo de la infraestructura ya que el costo de adaptar y equipar una mina de unos 1.000 metros de profundidad y con capacidad de generar unos 30 MW podría rondar los US$ 160 millones.
Sin embargo, la intención de poder aplicar esto tanto a minas como a ascensores podría ser uno de los ejes fundamentales por lo que algún grupo inversor se decida por esta iniciativa austríaca. ¿Qué opinás al respecto?
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