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Es el proyecto de almacenamiento de baterías y generación de energía solar más ambicioso del planeta impulsado por la empresa Sun Cable, con el que se planea enviar la mayor parte de su producción a 5.000 km desde el norte de Australia hasta Singapur

Lo que hasta hace un tiempo parecía ser solo incumbencia del sector privado y de algunas empresas generadoras de energía ha empezado a mutar de manera aceleradas. Con la amenaza del cambio climático en la espalda, los distintos gobiernos del mundo saben que resulta urgente el impulso decidido de políticas públicas especializadas en la materia. 

Ya lo citamos en varias notas en el caso de Argentina, donde se han empezado a firmar algunos acuerdos con empresas multinacionales que pretenden que el país se transforme en un polo exportador de energías verdes, con foco en el hidrógeno verde. Algunos de estos ejemplos son el acuerdo de la empresa estatal Energía Argentina (Enarsa) con el Puerto de Rotterdam (Países Bajos) para abastecer un suministro europeo de 4,6 millones de toneladas de hidrógeno verde o el memorándum de la empresa mendocina especializada en energía IMPSA con inversores australianos que buscan desarrollar la energía eólica en su país. 

En una lógica similar, pero orientado hacia la energía solar está el gobierno australiano, para para consolidar una estrategia que redefina su matriz energética nacional, para lo cual se ha aliado a algunos de los hombres más ricos del país para sacar adelante un proyecto de energía verde. 

Se trata de un proyecto solar de la Australia-Asia PowerLink de Sun Cable que ha sido aprobado, tras una serie de idas y vueltas por la agencia gubernamental Infrastructure Australia, lo que la habilita a pasar a la etapa 3, o mejor dicho “listo para inversión”. 

Esta iniciativa tendrá financiamiento de otras dos agencias gubernamentales como la Corporación Financiera de Energía Limpia (CEFC) y la Agencia de Infraestructura del Norte de Australia (NAIF), que ven con buenos ojos la posibilidad de sacar rédito en un futuro no muy lejano.   

Se trata del proyecto de almacenamiento de baterías y energía solar más importante del planeta, que busca exportar parte de su producción a Singapur, a unos 5.000 km de distancia con un presupuesto de más de 19.700 millones . 

En un comunicado de la compañía Sun Cable, con firma de su fundador y CEO David Griffin, celebraron: “El anuncio de Infrastructure Australia afirma que AAPowerLink es económicamente viable y brindará beneficios significativos para Australia y nuestra región”

Además, aseguró: “AAPowerLink permitirá una economía más fuerte a largo plazo y estimulará una mayor capacidad y habilidades en los sectores de la construcción y la tecnología como resultado de los trabajos y la capacitación durante la vida útil del proyecto, y allanará el camino para que se establezcan y prosperen nuevas industrias verdes”.

La intención de Sun Cable es poder poner la firma en este acuerdo con las empresas estatales para conseguir la primera etapa del financiamiento y empezar la construcción de las obras para inicios de 2024. Estiman que, en caso de llegar al pacto acordado, ya podrán enviar electricidad en 2027 a Darwin (en el norte australiano) y exportar a Singapur en 2029

Se trata de una instalación con generadores de 20 GW de energía solar a gran escala y hasta 42 GWh en capacidad de almacenar baterías para ser luego exportadas por medio de una transmisión aérea de 800 MW (caso de Darwin) o via un cable subacuático de 4000 km de longitud hasta Singapur.

Se estima que este proyecto generará unos 14.000 puestos de trabajo e impulsará la generación de energía en todo el país e incluso en la región. Por otra parte, los especialistas también esperan que haya un impacto en la sociedad, al tratarse de uno de los acuerdos más importantes de los últimos tiempos en materia de sostenibilidad. 

En épocas donde la generación energética pasa principalmente por la extracción de combustibles fósiles como el gas o el petróleo, la necesidad de una transición corta se hace cada vez más urgente. Tras lo acordado tanto en el Acuerdo de París de 2015 y en la Cumbre COP 26 de Glasgow a fin de 2021, los gobiernos deberán acelerar la transición a  energías alternativas y renovables. 

En ese contexto, Australia se ha mostrado a la vanguardia desde la llegada de la nueva década, firmando diversos acuerdos con empresas de todo el mundo para apurar esta nueva matriz energética regional.

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