La comunidad ambiental y el mundo en general han quedado impactados tras los violentos hechos sucedidos en la aldea alemana de Lützerath, localizada a unos 40km al oeste de la ciudad de Colonia, donde un grupo de activistas fue brutalmente reprimido por las fuerzas policiales que buscan derrumbar un pueblo para expandir la mina de carbón a cielo abierto. La reconocida joven ambientalista Greta Thunberg fue detenida en dicha represión.
Todo comenzó cuando el gobierno alemán dio el ok a los intereses de la empresa RWE Energy para ampliar una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes del mundo, la mina de Garzweiler, y avanzar sobre la localidad alemana.
Algunas consideraciones:
- Esto se da en un contexto mundial donde la intención es lograr una transición económica descarbonizada y sobre los que hay diversos acuerdos firmados al respecto, que en el caso de Alemania implicarían reducir el 65 % de las emisiones (respecto a los niveles de 1990) para el año 2030 y del 88 % de cara al 2040, además de llegar a la neutralidad en emisiones para 2045 (5 años previo al común de los países de la Unión Europea).
- Sin embargo, como parte de la nueva situación geopolítica, guerra de Rusia de por medio y con el consecuente corte del gas rusa, Alemania quedó debilitada en materia energética. Esto avaló que el gobierno relaje la generación de energía a través del carbón y ralentice la dinámica que traía en materia de energía renovable, para dar respuestas más rápidas.
- Independientemente de esto, el caso de esta localidad no es algo fuera de lo común en el país germano. Según informa la BBC, desde 1940 “unos 50 pueblos han sido desalojados para dar paso a las minas de carbón en Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado de Alemania”.
- A su vez, Alemania cuenta con ricas reservas en lignito o carbón marrón, que es muy nocivo pero también uno de los usados para alimentar centrales térmicas eléctricas, siendo responsable del 20% de las emisiones del país. En el caso de la mina de Garzweiler, se extraen 35 millones de toneladas de lignito cada año. Y van por más.
La demolición de Lützerath, en Alemania, enfrenta a manifestantes medioambientales y a la policía
Esto generaría no solamente un impacto ambiental totalmente negativo por la actividad explotadora, sino también que para hacer esto no hay ningún tipo de plan de mitigación, al punto de que como parte del proyecto es necesario destruir granjas, hectáreas de cultivo, terrenos y viviendas con sus respectivos habitantes.
Es en este contexto que civiles de Lutzerath han recibido el apoyo de la comunidad internacional que ha viajado hasta el lugar para atrincherarse y evitar que las máquinas destructoras avancen sobre el terreno verde y apto para cultivos donde desde hace decenas de años las familias mantienen una comunidad armoniosa y tranquila.
Tras algunos días de conflicto, donde los manifestantes hicieron uso de su derecho a la protesta y aseguraron su permanencia, desde el gobierno alemán activaron la antigua máquina de los palazos y avanzaron contra los civiles en imágenes que quedaron retratadas por los manifestantes.
Cerca de 200 activistas climáticos de todo Europa construyeron casas en los árboles para evitar el desalojo para poder cumplir con el Acuerdo de París que propone a descarbonizar la industria.
En aquellos videos se puede ver cómo cargan directamente contra el cuerpo de mujeres y niños con una fuerza tan desmedida como abusadora e incluso arrastran a los más ancianos por el suelo para desalojar el foso que quieren continuar expandiendo.
“Tienen que parar con esta destrucción inmediatamente y también asegurar una transición justa y una justicia climática para todos”, aseguró la joven sueca ante los canales de televisión. Horas después, serían los mismos canales los que transmitirán como las fuerzas armadas cargan a la joven y la retiran detenida del lugar.
«Lutzerath todavía existe, y mientras el carbón siga bajo tierra, esta lucha no habrá terminado. No pensamos desistir», afirmó la activista pese al desalojo, algo a lo que no es la primera vez que se ha enfrentado.
Desde el gobierno alemán justifican esta acción, que va en contra de los principios ambientales a los que se enfrenta el mundo, con la guerra de Ucrania, asegurando que por medio de esta expansión conseguirán la soberanía energética sin depender de los rusos.
Sin embargo, este plan se viene barajando desde hace al menos dos años cuando desde RWE se fueron habilitando las compras de los terrenos y las viviendas de los 100 habitantes del lugar.
“Seguimos destruyendo nuestros hábitats naturales y seguimos discriminando y oprimiendo a la gente. Que el gobierno alemán esté haciendo tratos y compromisos con empresas de combustibles fósiles como RWE es vergonzoso”, explicó Greta Thunberg.
Lo cierto es que parece ser una esperanza perdida, ya que los intentos activistas no han sido suficientes para frenar la embestida policial, aunque aseguraron que no han detenido sus intentos por frenar la expansión de la mina de carbón más grande del mundo. ¿Qué crees que pasará con Lutzerath?