Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

En Montreal (Canadá) se inició la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP 15) que busca acuerdos para conservar los ecosistemas y preservar la vida animal y de los polinizadores que se encuentran en grandes riesgos por la actividad humana. Conoce detalles acá.

Desde hace años las especies de plantas y animales se van extinguiendo por la acción del hombre hasta el punto de generar desbalances en los ecosistemas. Sin embargo, la falta de cumplimiento de los acuerdos ambientales hasta el momento ha puesto en jaque la continuidad del mundo tal como lo conocemos como así también ocasionado que se consuman los recursos anuales del planeta en solo algunos meses. 

El panorama es negro e incluso diversos especialistas aseguran que la Agenda 2030, que promueve los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para proteger el planeta y mejorar la calidad de vida, corre cierto riesgo. Además, desde el IPCC ratificaron  por medio de su informe anual que la realidad ambiental es cada vez más peligrosa por culpa de la acción del hombre. 

Por esta razón, los distintos países han comenzado a reunirse en eventos internacionales para encontrar alguna solución a esta problemática. Así como pasó la 27° Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP  27) el mes pasado en Egipto, en este momento se está discutiendo todo lo relativo a la naturaleza en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP 15) que se está desarrollando en Montreal  (Canadá). 

Allí, delegados de casi 200 países debatirán y pondrán en común acuerdos hasta el 19 de diciembre para encaminar un plan de acción intercontinental para los próximos años teniendo en cuenta la protección y restauración de la naturaleza y sus recursos.  Uno de los grandes objetivos es poder conservar el 30% de los ecosistemas mundiales para 2030. 

El foco central del encuentro está en la conservación del millón de especies que están en peligro de extinción que por culpa de la actividad humana han tenido que abandonar sus refugios. Además, la deforestación y la degradación de los suelos fértiles preocupa a nivel internacional, sobre todo por su capacidad de absorber carbono y por último, pero no menos importante, la contaminación y devastación de los océanos

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres estuvo presente en la charla inaugural donde aseguró: “La humanidad se ha convertido en un arma de extinción masiva por culpa del apetito sin fondo de un crecimiento económico desenfrenado y desigual de las industrias”. 

Por eso mismo, este encuentro en Canadá, a lo que catalogó de una hermana de la COP27 de Egipto y la definió como “la oportunidad para que la humanidad pueda detener esta orgía de destrucción”. 

Si bien desde hace años los especialistas vienen denunciando estos problemas, los principales contaminadores no han logrado acordar ninguna medida para evitar esta crisis mundial, que van desde la restauración de los ecosistemas hasta la preservación de los mismos como también reducir los subsidios a aquellas actividades explotadoras como la ganadería, la minería o el petróleo. 

El eje central de esta reunión, al menos al principio, es tratar de concretar un acuerdo de una veintena de objetivos, el principal de ellos apunta a proteger el 30% de las tierras y los mares. Para ello apuntan a la reducción de los pesticidas, la lucha contra especies invasoras y la reforestación. 

Para ello, Guterres estimó los costos de este plan por el que buscan recuperar los ecosistemas rondará los U$S 3.000 millones anuales hasta 2030, lo que en total significa unos U$S 21.000 millones que deberán conseguirse entre todos los estados miembros recibiendo importantes concesiones de la Unión Europea y la ONU.

Por otra parte, una de las funcionarias presentes en el lugar, reconocida representante del World Wildlife Fund (WWF), Fondo Mundial para la Naturaleza según su traducción, Bernadette Fischler Hooper también formo parte de la discusión y recordó a la comunidad en general: “Esta cumbre es una oportunidad que el mundo no debe perder, probablemente la última para que los gobiernos cambien el rumbo y salven nuestro precioso sistema de soporte vital”. 

La realidad de los delegados de todos los  países convocados en la COP 15 indica la preocupación por las catástrofes que empiezan a azotar las distintas regiones, por lo que muchos de ellos creen que se está ante la última oportunidad de revertir el Cambio Climático. 

Biodiversidad como respuesta global al Cambio Climático 

Muchas veces se ha hablado de proteger la vida de la naturaleza para facilitar la conservación de los ecosistemas tanto terrestres como marítimos. La idea es poder generar hábitats saludables sin que la actividad humana destruya todo a su paso. 

Muy bien sabe esto la Secretaria Ejecutiva de esta COP 15, Elisabeth Merma, quien explicó: «La biodiversidad es la base de la vida. Dependemos de la biodiversidad para los alimentos que comemos, el agua que bebemos, la captación de carbono, los medicamentos que tomamos, el aire que respiramos”. 

Por esta misma razón, uno de los objetivos prioritarios de esta COP es poder avanzar hacia planes realistas y viables en los distintos países más contaminantes y contaminados. 

La urgencia radica en que los acuerdos establecidos con anterioridad no han logrado llegar a buen puerto. De hecho ya han fracasado algunos intentos como el de Nagoya (Japón), que buscaba por medio de 20 objetivos de biodiversidad reducir a la mitad la pérdida de los hábitats naturales. 

Este también es uno de los ejes centrales de la COP, ya que no están a tiempo de seguir acumulando fracasos ya que la urgencia apremia y los ecosistemas empiezan a tambalear. 

Si bien en el Marco Mundial de la Diversidad Biológica posterior a 2020 hay 21 metas para 2030, acá te dejamos algunas destacadas:

  • Conservar de por lo menos el 30% de las zonas terrestres, marinas y costeras a nivel mundial.
  • Someter a restauración a por lo menos el 20% de cada uno de los ecosistemas de agua dulce, marinos y terrestres degradados, mejorando la integridad de los ecosistemas y centrándose en los ecosistemas prioritarios.
  • Reducir en al menos un 50 % la tasa de introducción de otras especies invasoras conocidas o potenciales.
  • Reducir al menos a la mitad los nutrientes que se pierden en el medio ambiente y en al menos dos tercios las sustancias químicas, en particular los plaguicidas, perjudiciales para la diversidad biológica y eliminar el vertido de residuos plásticos.
  • Minimizar el impacto del cambio climático en la diversidad biológica, contribuir a la mitigación, adaptación y resiliencia a través de soluciones basadas en la naturaleza y enfoques basados en los ecosistemas y garantizar que todos los esfuerzos de mitigación y adaptación, equivalentes a por lo menos 10 gigatoneladas de dióxido de carbono al año, eviten provocar impactos negativos para la diversidad biológica.

«Básicamente, no logramos ninguno de los objetivos y las cosas, obviamente, han empeorado mucho desde entonces. Los próximos 10 años son muy importantes y no solo en cuestión de animales, hay una gran cantidad de insectos que son vitales para los ecosistemas como los polinizadores”, expresó la especialista. 

Además, compartió números realmente drásticos en relación a esta temática y es que se estima que  a nivel mundial el 40% de la cantidad de especies de insectos podría extinguirse en las próximas décadas. 

De esta manera, los  especialistas  de la cumbre esperan cerrar el 2022 con acuerdos para la gran mayoría de los países y así poder encaminar la recuperación de los ecosistemas para el 2030, lo que apuntalaría la Agenda de la ONU. ¿Qué medidas te gustarían en tu ciudad?

tienes que ser suscriptor para comentar