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Más de 20 máquinas distintas se emplean en la extracción minera. El tamaño de los neumáticos dobla la altura de un hombre promedio y solo tiene una vida útil de 8 a 12 meses, aunque tarda 500 años en descomponerse. Millones de toneladas son desperdiciadas en el mundo y las empresas y gobiernos buscan nuevas alternativas para estos residuos. Chile avanza en la región

Uno de los principales focos del activismo ambiental está puesto sobre la actividad minera y su gran capacidad de contaminación. No solo por la extracción de recursos únicos en el mundo, sino por la importante cantidad de químicos y maquinaria empleados para el desarrollo de la misma. 

Por esta misma razón, aunque sustentabilidad y minería no parecieran ser dos conceptos que puedan ir de la mano, la intención de hacer de esta industria una actividad con menor impacto ambiental empezó a estar en boga durante los últimos años. 

Está claro el impacto ambiental que generan los desechos de las minas, que provocan la erosión del suelo, la contaminación de recursos como el aire y el agua por medio de los químicos utilizados para la separación y limpieza de metales pesados y piedras preciosas elevando los parámetros de toxicidad en el ambiente. 

Sin embargo, no es el único impacto que genera. La gran cantidad de maquinaria empleada para desarrollar las diferentes etapas de esta actividad (exploración,  extracción y posterior derrumbe de las minas, entre otras) también es una de las principales preocupaciones de la industria. 

Conscientes de que dejar de usar químicos y evitar la explotación de los recursos naturales no es una opción viable para su actividad económica es que empezaron a tomar medidas para reducir la contaminación de algunas actividades secundarias

Cabe destacar que para realizar de manera correcta la explotación de cuevas y minas, son utilizadas diversas máquinas y herramientas que, no solo emiten grandes cantidades de CO2, sino que también utilizan neumáticos de gran tamaño, cuyo su inadecuado tratamiento posterior a su vida útil genera toneladas anuales de basura de caucho. 

Más de 40 tipos de máquinas son empleadas para minar, entre las más importantes se encuentran las excavadoras, las retroexcavadoras, las cargadoras, las minicargadoras, los dumpers, bulldozers, motoniveladoras y compactadores.

Lógicamente, la problemática de los Neumáticos Fuera de Uso (NFU) excede a la minería, y para un país como Argentina, por todo tipo de vehículos con cubiertas se generan unas 150 mil toneladas de NFU anuales, lo que replicado a otros países se traduce en millones de toneladas de este material en el mundo, de los cuales menos del 15% se recicla. Esto se traduce en ruedas perdidas en bosques, campos, desiertos e incluso el mar. No solamente no se descomponen con el paso del tiempo, sino que gracias a la erosión y la gran cantidad de calor desprenden altos componentes tóxicos.  La mala gestión de los NFU no solamente genera su excesiva  acumulación, sino también la mala idea de aquellos que buscan quemarlos liberando el famoso “humo negro” que emite mercurio, plomo y dioxido de carbono y  daña a la capa de ozono. 

Del total de estas toneladas, un 90% no recibe un tratamiento adecuado ni es utilizada para la generación de nuevos artículos por medio de la implementación de la Economía Circular. 

Si bien, como se citaba, la problemática de los NFU se relaciona con todo tipo de vehículos con neumáticos, el caso de la actividad minera es muy importante por la dimensión y volumen, ante lo cual se vuelve determinante tomar acciones desde el sector público y privado. Aquí citaremos el caso de Chile, con novedades recientes.

Economía Circular y NFU: el caso de Chile

Los neumáticos provenientes de la maquinaria empleada en la minería son sin dudas los más grandes del mercado. Pueden doblar en altura la estatura de un hombre promedio y superar los mil kilos de peso por unidad. Por esta razón, una vez que terminan su ciclo productivo, reciclarlos es una de las formas más ecológicas de responsabilizarse por los residuos. Cabe destacar que tienen una vida útil de 8 a 12 meses y pueden durar hasta 500 años sin desintegrarse completamente

Sin obligaciones de las empresas sobre este tipo de residuos, en América Latina los grandes generadores se han acostumbrado a verter sus residuos en campos abiertos. Algo sucedido ocurre con la industria textil en el desierto de Atacama, donde grandes pilas de toneladas y toneladas de ropa se acumulan generando desastres ambientales. 

Los neumáticos, por su parte, no solo se apilan en montañas de basura, sino que terminan en el fondo de los mares, ríos, y lagos liberando pequeñas partículas de caucho que contaminan el ambiente. Por esta misma razón, los gobiernos latinoamericanos han puesto en funcionamiento un plan para el reciclaje de estos productos. 

Chile es el primer país del continente en empezar a reciclar los Neumáticos Fuera de Uso (NFU) provenientes de la minería. De hecho es también uno de los primeros países en tener una Dirección de Economía Circular perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente (MMA). Desde allí han empezado a conocer la situación de los residuos en el país y ver qué cantidad de los materiales pueden ser tenidos en cuenta para convertirlos en nueva materia prima. 

“Se trata de incorporar esta visión desde el diseño de los procesos; de alargar la vida útil de los productos sustituyendo lo desechable o de un solo uso; reparando para reutilizar y reciclar los residuos. La economía circular es un modo de pensar”, expresó Guillermo Gionzalez, mandamás de dicha Dirección. 

Otra de las especialistas que brindó su opinión al respecto fue Kattherine Ferrada, Gerente de Sustentabilidad de la empresa minera Anglo American con sede en Chile, particularmente en la zona de minas y desiertos de difícil acceso. “Tenemos que incluir la economía circular desde la ingeniería. Dejar de ver nuestros procesos con entradas y salidas sino como un ciclo”, explicó. Además, añadió: “La minería está llamada a ser más ágil y rápida para adaptar la economía circular mucho más allá de lo que obliga la ley de Responsabilidad Extendida del Productor”. 

En ese sentido, en Chile hay una voluntad política y empresarial de poder articular y aunar los esfuerzos para así poder dar vuelta la realidad de los NFU en el país, sobre todo aquellos que provienen de la industria minera, una de las más presentes en el extenso país trasandino. 

Todavía no han determinado qué proyectos y modalidades llevarán a cabo para el reciclaje de los mismos, pero la diversidad de productos que se pueden realizar desprendiéndose de la reutilización de estos neumáticos. Desde la generación de membranas hasta caucho para canchas de fútbol, la innovación deberá ponerse al día y poder encontrar nuevas soluciones. 

En Argentina este trabajo empezó a realizarse de la mano de distintos emprendedores , pero también gracias al trabajo de diversos planes de gestión municipal. Uno de estos ejemplos es el que se da en la ciudad de Belén, provincia de Buenos Aires donde está ubicada la planta de reciclaje destinada a neumáticos gigantes propios de la minería que procesará 2.500 toneladas de caucho por mes.

Se trata de la primera planta del país en procesar este tipo de material altamente contaminante y para ello se realizó una inversión de 200 millones de pesos y proyecta una nueva inversión de 100 millones de pesos más en los próximos meses. Es una iniciativa de la empresa Newco que brindará unos 20 empleos a vecinos de la región además de articular con el municipio para iniciar campañas de limpieza en la ciudad.   

Todo este material recuperado servirá para luego producir objetos de uso comunitario, como baldosas para plazas, juegos para niños, lozas, pavimento y canchas de fútbol que serán empleadas en Belén.

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