La necesidad de soportar diversos desastres naturales, pero también poder tener un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles, ha llevado a urbanistas y diseñadores a idear ciudades inteligentes y sustentables. Una forma de avanzar en esa lógica son las reconocidas “ciudades esponja”, que tal como lo indica el nombre tiene la capacidad de prevenir inundaciones y al mismo tiempo lograr una reserva de agua que más tarde pueda ser utilizada.
Lejos de llenar la ciudad de desagües para evitar las inundaciones, la principal característica de este tipo de ciudades llamadas vulgarmente esponjas, es la modificación del suelo, que se modificará por una superficie capaz de absorber las aguas fluviales permitiendo administrar posteriormente y evitando la acumulación que genera inundaciones.
Origen y sustento
Este concepto tuvo origen en China, y se le atribuye su creación al reconocido diseñador urbano Yu Kongjian, quien se desempeña como decano de la Facultad de Arquitectura y Paisaje de la Universidad Nacional de Pekín y ha dedicado parte de su vida al desarrollo de este tipo de ciudades.
Para lograr construir este tipo de ciudades que buscan ser moneda corriente en el continente asiatico, los diseñadores utilizan un pavimento hiperpermeable con ladrillos y adoquines especiales con particularidades porosas que son capaces de absorber la lluvia desde las calles y tejados.
Sin embargo no se trata solo del pavimento puesto a disposición de la absorción del agua, también un entramado de soluciones sustentables basadas en la naturaleza y aplicados a las ciudades y sus movimientos cotidianos. En ese sentido, sumado al pavimento super absorbente, también se establecerán techos verdes capaces de almacenar la lluvia.
Además, toda el agua recuperada por medio de estas diversas placas absorbentes deberá ser sometido a un proceso de Biorremediación, nombre que recibe el proceso biotecnológico por el cual por medio de microorganismos se busca recuperar el agua de lluvia que pudo haber sido contaminada en medio del proceso natural.
Este proceso estará ayudado por la creación de jardines pluviales y los sistemas de biorretención. Una vez recolectada el agua descontaminada, una parte se regresa al flujo natural del agua y otra se almacena para riego y limpieza durante momentos de sequía.
Cómo funciona
Para desarrollar este sistema el diseñador asiático sigue uno de los principales principios de la física. “No se puede luchar contra el agua, hay que dejarla ir”, aseguró. De esta manera, lo que se busca es darle el mayor flujo natural posible a tal punto de que la fase terminará en el mar.
De hecho, este proceso se dividirá en tres etapas. La primera, reconocida como “la fuente”, nombre que recibirá el momento en el que la ciudad absorba los litros de agua que caigan sobre la ciudad.
Allí el agua se canalizará y pasará a la segunda etapa, donde en vez de darle curso en líneas rectas o directamente hacia los ríos y mares, se buscará ralentizar el curso para poder tratar con microorganismos benéficos los contaminantes.
La tercera y última etapa es la de fregadero, donde una vez tratada y almacenada, el agua sobrante que no va a ser utilizada vuelve a su curso natural, ya sea en un río, lago o mar.
Por otra parte, Yu Kongjian, buscará asegurar un beneficio paralelo como la creación de espacios verdes y el impulso de la flora y fauna autóctona ya que en vez de haber acueductos de cemento, la absorción del agua generaría el desarrollo necesario de las condiciones óptimas para la aparición de plantas y, por consiguiente, animales.
El concepto de “Ciudad Esponja” representa un buen ejemplo de la mejora de los suministros de agua urbanos de Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) a gran escala, sostenidos en gran medida en la aplicación de enfoques de infraestructura verde en paisajes urbanos, principalmente para mejorar la disponibilidad de agua.
En China, cada año, más de tres millones de personas son víctimas de las inundaciones. Este problema ha hecho que investigadores chinos planteen una solución cuanto menos curiosa: convertir sus ciudades en «Ciudades Esponja» para hacer frente al cambio climático.
Detener inundaciones
Uno de los principales objetivos de las ciudades esponja radica en lograr una reducción de las problemáticas ocasionadas por las inundaciones en lugares como China, donde las lluvias torrenciales dejan las ciudades cubiertas de agua, y aunque no se trata de un problema mortal, es algo que repercute en la calidad de vida de las personas.
Por esta misma razón, se espera que para el 2030 aproximadamente el 80% de las áreas urbanas absorba y logre reutilizar al menos el 70% del agua fluvial. De esta manera se buscará poder incidir directamente en la agenda del cambio climático, ya que se espera que durante los próximos años las lluvias torrenciales avancen en el mundo ocasionando desastres naturales más extremos.
De momento se desconoce si este tipo de ciudades podrían evitar catástrofes extremas, pero, sea como sea, se trata de una iniciativa que permitirá darle curso a nuevos proyectos.