Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Se trata del premio más importante a nivel mundial en lo que concierne a cambios urbanos transformadores. La iniciativa rosarina comenzó en la crisis del 2001 y sigue vigente.

El programa Insignia de Agricultura Urbana y Periurbana propuesto por el gobierno rosarino fue ganador del reconocido certamen internacional World Resource Institute Prize for Cities. Este programa diseñado para un mejor desarrollo alimentario y nutricional de aquellas personas con bajos ingresos significó una mejora en la resiliencia y en la reducción de cadenas de suministro de alimentos más compactas. 

El proyecto, diseñado a raíz de la feroz crisis que azotó el país en el año 2001, propuso por medio de la utilización estratégica de los terrenos públicos y los espacios periurbanos privados, la habilitación de dichos espacios para la organización de talleres de huertas y plantaciones comunitarias. Esto no solo les permitiría saciar el hambre en momentos donde lo habitual eran los saqueos a los grandes supermercados, sino también la inclusión al sistema económico y productivo de miles de personas que resultaron excluidas tras la crisis.  

Este plan fue elaborado por el municipio rosarino, pero también tuvo la participación del Centro de Estudio de la Producción Agroecológica (CEPAR) y el programa nacional Pro Huerta orientado a la elaboración familiar. “El objetivo de esta política es el resultado del trabajo conjunto entre diferentes sectores de la sociedad: civil, público y privado. Así, se articulan tareas y responsabilidades mediante convenios con el Programa Prohuerta INTA, el Centro de Estudios de Producciones Agroecológicas (CEPAR) y el trabajo desinteresado de vecinos de la ciudad bajo la modalidad de Voluntariado Social”, explicaron en la página oficial del gobierno. 

Sin embargo, no fue un proyecto que murió con la crisis de entrada al nuevo milenio, sino que también tuvo como objetivos, “la inclusión de la agricultura urbana en la construcción y mejoramiento de barrios financiados por el estado, constituyendo una generación de ingresos para las familias”, explicaron desde la gobernación. 

Además, para llevar a cabo este plan, ofrecieron capacitaciones a los interesados sobre  producción, manejo y uso sustentable de Plantas Aromáticas Medicinales (PAM), reciclaje de residuos sólidos, asociativismo y organización comunitaria, consumo ético, solidario y responsable, construcción de redes.

El plan post crisis

Una vez restablecida la situación económica del país, desde el municipio rosarino pusieron en marcha la planificación para la continuación del plan en conjunto con la ayuda del Programa de Gestión Urbana de ONU-Hábitat y la Universidad Nacional de Rosario. 

A partir de allí realizaron un relevamiento sobre los terrenos urbanos desocupados y subutilizados donde podrían montarse los surcos de cultivo. El inventario encontró que el 36% del área municipal era apta para la conversión agrícola, incluida la tierra a lo largo de vías férreas y carreteras, tierras bajas propensas a inundaciones y zonas verdes designadas. En 2004, el intendente aprobó una ordenanza municipal que permitió a la ciudad otorgar la tenencia temporal de terrenos baldíos a los pobres de las zonas urbanas para la agricultura urbana.

La demanda de productos frescos fue alta, por lo que la ciudad abrió rápidamente un nuevo mercado para permitir a los productores vender frutas y verduras directamente y proporcionar nuevas fuentes de productos locales asequibles y saludables a los residentes.

Inundaciones, problemas y nuevos desafíos

Las inundaciones que azotaron la región enlos años 2007 y 2008 provocaron grandes problemas al territorio rosarino. Con miles de evacuados, desde el municipio intentaron subsanar la problemática por otra política sustentable. 

Dentro del mismo plan de Agricultura Urbana se incluyeron Parques Huerta. Esta iniciativa destinó fondos para convertir tierra subutilizada en espacios verdes para ayudar a absorber el exceso de agua y prevenir nuevas inundaciones, ya que de esta manera pudieron controlar la crecida de las napas acuáticas. Dado que la ciudad ya tenía un inventario de terrenos disponibles, pudo actuar rápidamente. 

Premios y reconocimientos

Años después, pero con la misma vigencia, el Plan de Agricultura Urbana fue premiado con el World Resource Institute Prize for Cities, el premio más importante a nivel mundial en lo que concierne a cambios urbanos transformadores y destaca las iniciativas gubernamentales basándose en su contribución a la transformación urbana sostenible en las ciudades. 

“El jurado quedó impresionado por el gran impacto del programa en los medios de vida de las personas y el enfoque sistemático para el cambio de uso de la tierra. Diseñado para ayudar a mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición de los residentes de bajos ingresos, el programa ahora también aumenta la resistencia a los eventos climáticos extremos y reduce las emisiones de carbono a través de cadenas de suministro de alimentos más compactas”, explicaron en la página oficial.

Además, esta iniciativa tuvo también el reconocimiento de la ONU y de Dubai como una de las 10 mejores ciudades en lo que respecta a las Prácticas para Mejorar las Condiciones de Vida de la sociedad.

Hoy por hoy, la agricultura urbana sigue siendo un movimiento creciente en la ciudad. Actualmente más de 2.400 familias tienen sus propios huertos y practican una agricultura ambientalmente sustentable.

tienes que ser suscriptor para comentar