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A través de ecoductos o pasos para la fauna, el gobierno neerlandés se aseguró de cuidar a miles de animales y así respetar y proteger la biodiversidad del país. Allí proyectan construir más de 600 puentes verdes. Conoce cómo son, su impacto y dónde más existen.

Cruzar las carreteras y autopistas se ha convertido en un desafío mortal para millones de animales en todo el mundo. No solo por las altas velocidades de los vehículos, sino también por la confusión que les genera tener que exponerse a ruidos desconocidos y agobiantes para su comunidad. 

Sin embargo, Países Bajos, conocido por su compromiso con la protección del medio ambiente, ha tomado medidas audaces para abordar este problema. Con más de 600 puentes verdes diseñados para permitir el paso seguro de la fauna sobre las vías de tráfico, el país está demostrando su dedicación a la preservación de la vida silvestre.

Cada día, en todo el mundo, innumerables animales se aventuran a cruzar rutas y autopistas en busca de alimentos, agua y nuevos territorios. Sin embargo, el resultado suele ser trágico, ya que se enfrentan al peligro constante de ser atropellados por vehículos a alta velocidad. Esta problemática no solo afecta a la biodiversidad, sino que también presenta un riesgo para la seguridad de los conductores que intentan evitar a estos animales en su camino.

En un mundo que necesita preservar la humanidad y para ello conservar las especies animales, millones de animales son asesinados al volante por conductores a grandes velocidades. Si bien no hay un registro oficial de la cantidad de animales muertos de esta manera, solo en Estados Unidos se estima que al año mueren un millón de vertebrados por esta causa. 

LA SOLUCIÓN NEERLANDESA

En los últimos años, los Países Bajos no solo han sido una opción de vanguardia ambiental, sino que también han avanzado considerablemente en la conservación de especies nativas y la biodiversidad. En esta oportunidad, han implementado una solución ejemplar: la construcción de puentes verdes.

 Estos puentes, también conocidos como ecoductos o pasos para la fauna, son estructuras elevadas que permiten a los animales cruzar de un lado a otro de las carreteras sin correr el riesgo de ser atropellados o espantados. El primer antecedente de este tipo de construcción fue en Francia en el año 1950.

Pero lo más remarcable son los más de 600 de estos puentes verdes que han sido diseñados, muchos de los cuales ya han sido construidos en Holanda, formando una red segura para que la fauna local pueda desplazarse sin peligro. A diferencia de los puentes tradicionales, estos están cubiertos de vegetación y se integran perfectamente en el entorno natural circundante. Esta característica es vital, ya que permite a los animales seguir la vegetación como guía, evitando así la peligrosa travesía por las carreteras.

Otros países que han tomado iniciativas similares aunque en menor escala son Canadá, Nueva Zelanda, Alemania, Kenia, Brasil, Finlandia y Japón, entre otros.En algunos con corredores debajo de la ruta y en otros como puentes verdes como los citados, aunque en todos los casos con los mismos objetivos. Por ejemplo en Japón se construyeron tuneles debajo de las vías ferroviarias para que crucen tortugas.

IMPACTO POSITIVO

Estos puentes no solo protegen a los animales, sino que también contribuyen a la conservación de los ecosistemas locales. Al mantener la conectividad entre diferentes áreas naturales separadas por carreteras y autopistas, los puentes verdes permiten que los animales se desplacen y se reproduzcan sin las barreras impuestas por la infraestructura humana.

Según expertos en el campo de la ecología, la presencia de estos puentes ha tenido un impacto significativo en la preservación de la vida silvestre en Holanda. Estudios realizados antes y después de la construcción de los puentes han demostrado mejoras notables en la presencia y el movimiento de la fauna en las áreas cercanas a estas estructuras.

El enfoque holandés de construir puentes verdes para la fauna ha capturado la atención a nivel mundial. Con alrededor de 30 puentes actualmente construidos y una veintena más planificados, el país está liderando el camino en la creación de una red segura para la vida silvestre.

La complejidad técnica y ecológica de estos puentes verdes hace que su construcción sea costosa, pero su eficacia en la protección de los animales y la preservación de la biodiversidad no tiene precio. Estos puentes no sólo salvan vidas, sino que también demuestran la voluntad de Holanda de invertir en soluciones innovadoras que armonicen la coexistencia entre humanos y la naturaleza.

Para el gobierno neerlandés poder cuidar los ecosistemas y la biodiversidad significa no solamente financiar estas medidas, sino también impulsar a que la sociedad civil avance en la generación de políticas articuladas para preservar las especies nativas. ¿Conoces más medidas como esta? 

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