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Bután, Surinam y Panamá son los únicos países en cumplir con esta condición gracias a la gran cantidad de bosques que cubren su territorio que, en alguno de ellos, llega a ser del 90% de su superficie terrestre. Firmaron un acuerdo el 2021 para realizar foros y ayudar a otros países a ser carbono negativos.

La lucha por reducir las emisiones de carbono ha despertado interés en todo el mundo. Sin embargo, en este arduo camino, hay países que tienen una geografía privilegiada que les permite lograr la clasificación de carbono negativo, lo que equivale a asegurar que absorben más Gases de Efecto Invernadero (GEI) de los que emiten. Estos son Panamá, Bután y Surinam

Sin embargo, estos casos particulares no corresponden a una iniciativa gubernamental ni a una serie de medidas públicas, sino a la gran cobertura de bosques nativos que se encuentra en esta zona. 

Por ejemplo, Surinam está cubierto en un 93% por bosques, lo que hace que este mismo se convierta en un sumidero de carbono masivo. Bután, ya desde 1990, por  medio de su constitución indica que el 60% de su territorio debe ser considerado bosque y estar cubierto de la flora y fauna nativa. 

Estos países tropicales están prácticamente inmersos dentro de los bosques, lo que les permite una mayor captura de carbono en relación al resto de los países del mundo. Sin embargo, está claro que para que esto continúe de esta manera deberá ser necesario adoptar una serie de medidas. Algo de esto ya comenzó a suceder en Panamá. 

A diferencia de los otros dos países, el caso de Panamá es el más destacado, porque se trata del territorio más poblado del mundo en ser carbono negativo. Para entender un poco la diferencia, ni Bután ni Surinam superan el millón de habitantes, el primero alcanza apenas los 700 mil, mientras que el segundo ha llegado recientemente a los 500 mil. Mientras que el país centroamericano  tiene más de 5 millones de habitantes. 

Según un informe presentado por la Dirección de Información Ambiental del Ministerio de Ambiente de Panamá,  el 65,4% de su territorio está conformado por bosques y otras tierras boscosas, el 32,5% pertenece a otras tierras y 2,1% a cuerpos de aguas continentales y esto no pasa desapercibido para las autoridades. Melani Acosta, analista de Mitigación de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente panameño explicó: “Las tierras forestales panameñas capturan más carbono que el total de las emisiones de gases, lo que nos define como un país sumidero o carbono negativo».

Sin embargo, es consciente de que esto no se consiguió por medio de la política pública ni por el esfuerzo de las personas, por lo que son conscientes de la necesidad de avanzar en la toma de decisiones para poder conservar este beneficio natural: «Es una enorme responsabilidad, y como tal Panamá se compromete a no bajar la guardia y a seguir trabajando para llevar a cabo la disminución progresiva del balance entre emisiones y absorciones».

Pese a que desde la ciudadanía en general han demostrado el descontento por la falta de acción ambiental del gobierno nacional panameño, la pandemia de coronavirus impulsó una serie de medidas para avanzar en pos de sostener lo ambiental. En este contexto presentaron el Informe Bienal de Actualización (2IBA) sobre los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París contra el cambio climático.

Dentro de este informe se pueden observar los números desde la década de los noventa que evidencian que la disminución de las emisiones es del 32,5% desde 1994, y de un 17,1% desde 2013. Estas estadísticas alientan a que, desde el gobierno, lancen una serie de medidas para seguir incrementando esta cuestión natural. 

En ese sentido, Panamá prevé reforestar 50.000 hectáreas de terreno, «que contribuirán a la absorción de carbono de aproximadamente 2,6 millones de toneladas de CO2 equivalentes, al año 2050».

Esto además lo acompañarán de una serie de capacitaciones en colegios y destinadas a la ciudadanía en general sobre la importancia de la separación de los residuos desde el origen, como así también la necesidad de modificar algunos hábitos cotidianos. 

Acuerdo entre los países carbono negativos

Conscientes de la importancia dialéctica que implica ser carbono negativos frente al resto de las naciones, Surinam, Bután y Panamá firmaron la “Declaración de Países Carbono Negativo” a partir de la cual solicitaron un “mayor esfuerzo y ambición global para lograr los compromisos asumidos con el acuerdo de París, en particular para limitar el aumento de la temperatura media global”. 

De esta manera, la intención es convencer al resto de los países de la importancia de trabajar en estrategias nacionales y continentales para limitar la industria y transformarla hacia nuevos horizontes. La firma se dió tras la COP 26 y fueron parte la ministra de Relaciones Exteriores de Panamá, Erika Mouynes; el ministro de Relaciones Exteriores de Bután, Tandi Dorji; y el Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio y Cooperación Internacional de Surinam, Alberto Ramchand Ramdin.

Es de vital importancia que estos países, por más que su acción dependa más de las condiciones geofísicas de su territorio, empiecen a generar conciencia sobre los beneficios que implica ser carbono negativo. 

En ese contexto buscan que el resto de las naciones del mundo puedan avanzar hacia la carbono neutralidad para el 2050 y así asumir compromisos tangibles que reduzcan el impacto de carbono en la creciente crisis de cambio climático. Quedó en evidencia que en gran parte esto depende de árboles y bosques por lo que los planes de forestación son fundamentales en este sentido. 

Además, manifestaron que es importante establecer instrumentos de fijación de precios del carbono y específicamente el desarrollo de los mercados de carbono en todos los niveles de gobierno, como instrumentos útiles y efectivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

La iniciativa de estos países, de momento, es poder establecer acuerdos para realizar foros en los distintos países del mundo para conocer la importancia de llegar a cubrir las necesidades de carbono del mundo, siempre y cuando haya estrategias para contrarrestarlo. 

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