La era de la tecnología llegó a cambiarlo todo, incluso la gestión de las ciudades. En esta oportunidad veremos el caso de Chicago, que desde el año 2014 es una de las primeras grandes ciudades en estar conectadas a internet y resolver, por medio de sensores, problemas cotidianos de sus ciudadanos.
Bajo la figura del Array of Things (AoT) o en español Matriz de las Cosas, el gobierno local ha seleccionado más de 500 puntos estratégicos de la ciudad para conectar una serie de sensores modulares interactivos que recopilar datos en tiempo real sobre el entorno, la infraestructura y hasta la calidad del aire en los espacios públicos.
“Esencialmente, servirá como un ‘rastreador de actividad física’ para la ciudad, midiendo los factores que afectan la habitabilidad en Chicago, como el clima, la calidad del aire y el ruido”, explicaron los creadores de este proyecto. Para llevar adelante esta iniciativa, se han unido investigadores del Urban Center for Computation and Data (UrbanCCD) del Computation Institute junto al Laboratorio Nacional de Argonne y la Universidad de Chicago bajo la dirección del científico informático de Argonne, Charlie Catlett. También son parte de esta idea los creadores de la plataforma Waggle, el software y el hardware que impulsan el Proyecto Array of Things, que han sido dirigidos por el codirector del Instituto Argonne de Ciencia e Ingeniería, Pete Beckman.
Este ambicioso plan tiene como objetivo poder avanzar en la descarbonización de la ciudad por medio de la regulación de la calidad del aire para evaluar distintas alternativas prácticas a la hora de reordenar el tráfico y desviarlo a zonas no transitadas. Además, por medio de este medidor también se pueden identificar problemas en el tráfico, como accidentes o embotellamientos y darles el pie a las autoridades a tomar acción directa.
Se contemplaron diferentes tipos de sensores, que según su perfil monitorearán movimiento, vibración, temperatura, humedad y a su vez distintas cámaras de seguridad. Todo este set de herramientas tecnológicas estarán situados en la cima de los edificios, en semáforos o en postes de luz. Fueron ubicados estratégicamente para poder tener un paneo general de los puntos más importantes de la gran ciudad.
“Estos sensores permitirán medir la temperatura, la calidad del aire para que podamos tener una fotografía de lo que sucede alrededor, mejorar la calidad de vida y el funcionamiento de los servicios públicos”, explicó el por aquel entonces, oficial de datos abiertos de la Ciudad de Chicago, Tom Shenk.
Hoy en la actualidad la ciudad ha logrado instalar casi 1000 de estos sensores en toda la superficie, que a su vez están conectados vía internet con unos 600 sets de datos abiertos que están generando y almacenando información en tiempo real, la cual es brindada de manera transparente a sus ciudadanos en el portal de la ciudad.
Para emplear este método de conexión directa, el gobierno debió modificar la infraestructura de internet, dentro del cual buscaron brindar un servicio de calidad para sus ciudadanos. Chicago cuenta, hoy en día, con una extensa red WiFi de gratis acceso para sus habitantes.
Donde están ubicados los sensores
Cada sensor se encuentra ubicado en una parcela específica de la ciudad dependiendo la tarea que realicen. Por ejemplo, aquellos que estén encima de los semáforos sirven para gestionar el tráfico desde una oficina central que está directamente relacionado con Tránsito y con la toma de decisiones para evitar congestiones.
Aquellos que están conectados a los postes de luz sirven para controlar el consumo energético por medio de sensores lumínicos que indican en qué momentos es necesario prender los LED y en qué momentos es necesario desconectarlos. Esto se traduce en un ahorro energético del 50% de la ciudad. Además también tienen sensores de movimiento que, en caso de que alguna persona se encuentre transitando por ese lugar se mantendrán prendidas por cuestiones de seguridad.
Cada uno de los semáforos cuenta con sensores conectados a la red inalámbrica de la ciudad, con la que se gestiona el tránsito desde una oficina central y se recolectan y analizan datos de afluencia para prevenir congestiones. Las luces LED de cada poste también se controlan vía Internet y generan 50% de ahorro energético a la ciudad. Éstas incluso se encienden y apagan dependiendo de la densidad de gente que transite.
Otros de estos sensores están ubicados en los cestos de basura para hacer algo tan simple como eficaz: detectar cuando estos se llenan para notificar a la central de servicios sanitarios sobre la necesidad de recolectar la basura.

Además, un sistema de cámaras de vigilancia estarán monitoreando casas de robos, hurtos y accidentes para mejorar la seguridad de las personas. Estas cámaras también monitorean bicicletas por medio de chips inteligentes para evitar robos. “Tratamos de que la experiencia de los que vivimos aquí y del turismo sea cada vez mejor al sacarle provecho a todos los datos que se pueden recolectar y analizar de la ciudad”, expresó Shek.