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La industria fue siempre sin dudas uno de los espacios con menos participación femenina. Pero esto ha empezado a cambiar.Karin Cristela Rodriguez, Coordinadora de la Red MIA de Mujeres por la Industria Argentina (MIA) contó su historia en un nuevo webinar de FDS.

Aquella fatídica tarde ocurrida el 8 de marzo de 1908, donde la muerte de aquellas 150 mujeres en el incendio en la fábrica Cotton de Nueva York en una huelga donde defendían sus derechos laborales inició una lucha que hoy en día escribe nuevas páginas en su historia. 

Hoy por hoy, esto significa mucho más que la conmemoración del día de la mujer y es gracias a ese sacrificio que otras mujeres pudieron ocupar aquel lugar y reencarnar la lucha por la igualdad de género. 

En ese sentido, en el ciclo de webinars de la Fundación para el Desarrollo Sostenible (FDS) y lleva el nombre de “Mujeres liderando la Economía Circular y la Sustentabilidad” viene a reivindicar la lucha histórica por conseguir los derechos laborales. 

En esta oportunidad, la invitada fue Karin Cristela Rodriguez, quien estuvo junto a Monica Vaher, impulsora de la FDS y moderadora junto a su colega y presidente de la Fundación Elga Velázquez, recibieron a la invitada y a su exposición. 

Karin, quien es Coordinadora Nodo Buenos Aires de la Red de Mujeres por la Industria Argentina (MIA) y parte de la industria desde hace más de 20 años, explicó su situación y contó su historia. Cabe destacar que esta red busca construir una herramienta que permita motorizar el proceso de transformación del rol de la mujer en el ámbito industrial.

Desde pequeña tuvo la oportunidad de trabajar y articular con espacios que le permitan a las mujeres ocupar los espacios que se merecen  desde una perspectiva de igualdad de género, a la que contribuyó con su accionar. 

“La industria es un lugar que está super masculinizado. Hay muchas empresas en que las mujeres siempre salen detrás de un jefe, o de un padre o de un marido. Por suerte en mi carrera me pude encontrar con hombres que supieron correrse de los lugares de poder y dejar que seamos nosotras las que tomamos las decisiones”, explicó Rodríguez que remarcó la importancia de que los hombres puedan moverse de estos espacios y cederlo a las mujeres. 

Comunicadora social y periodista, decidió desandar los caminos de la televisión y los medios al sentirse parte de un esquema patriarcal que replicó modelos injustos y machistas durante tantos años. Y, a su vez, en la empresa familiar pudo hacer carrera y encontrar un espacio integral que la devuelva a su oficio principal: la comunicación. 

“Fue muy doloroso para mi dejar la tele, fui a cobrar el último sueldo tres meses después porque me costó mucho. Cada vez que entraba al canal pensaba en la suerte que tenía de hacer lo que amaba, pero ya en aquel momento sentí que no era lo que elegía”, se refirió la profesional a los trabajos que tuvo que realizar para la tevé. 

Por otra parte, Cristela Rodriguez sabe muy bien el desafío que fue coordinar los trabajos con igualdad de género desde el sector industrial, donde las mujeres debieron hacerse espacio a punta de flecha para conseguir derechos que históricamente los hombres absorbieron como propios. «Creo que hay que animarse a los desafíos que se cruzan por el camino. Espero que alcancemos la igualdad”, explicó.  

Como si fuera parte de un mito creer que las mujeres no pueden hacer los trabajos que, en teoría son exclusivos de los hombres, la especialista contó una experiencia cercana: “Hace más de 20 años mi padre -fundador de la empresa- decidió contratar mujeres. Hoy una de ellas sigue y muchas veces hace el trabajo de dos hombres juntos”, sin embargo, reconoció que hay un déficit en ese sentido: “Este tipo de trabajos se ve que no es algo que les guste mucho a las mujeres, pero desde la red MIA visitamos muchas empresas de mujeres que son el sostén de las familias y sus maridos se quedan en sus casas con los chicos”. 

Claro que esto fue un desafío para hombres también, de respetar los espacios dentro de la fábrica sin que, el hecho de que haya una mujer haciendo trabajos pesados, sea un sinónimo de necesitar ayuda masculina. 

Surgimiento de MIA

La profesional, que además es coordinadora de la red de Mujeres por la Industria Argentina (MIA), contó la importancia de este tipo de espacios en el terreno nacional. “necesitábamos encontrar cuales eran las barreras del país que impedían que las mujeres se desarrollen y nos dimos cuenta que faltaba un espacio que reúna a todas las mujeres de la industria”.

“Queremos que haya un espacio para agruparnos, potenciarnos y crecer juntas. Queremos potenciar la llegada de las mujeres a la industria, es muy importante que tengamos el hueco en todos los espacios para poder decidir y hacer la diferencia porque no es lo mismo una empresa que tiene una mujer en los lugares de poder a una que no lo tiene”, expresó la especialista. 

Además, Karin destacó la importancia de que los hombres puedan acompañar este proceso y ceder la toma de decisiones a las mujeres. “Es muy importante que las mujeres sepan que hay otros espacios, no solamente la docencia o la medicina. Hay un montón de chicas en tecnología, pueden ser ingenieras, científicas y otro sin fin de cosas que antes no eran normales”, concluyó. 

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