La necesidad de impulsar un modelo de negocios que se ampare en lo ecológico ha hecho que muchas personas reorienten su vida y sus esfuerzos profesionales hacia emprendimientos sustentables. Conscientes de la necesidad de transformarlo todo, miles de personas han dejado atrás sus hábitos y costumbres y han empezado su propio camino para dejar una huella.
Uno de estos ejemplos es el de Cris Llorvandi, la mujer santiagueña radicada en el microcentro cordobés que dejó su carrera de Gerenta en una compañía internacional para dedicarse de lleno al compromiso ambiental para fundar su propio local de cosméticos sustentables y naturales llamado “Tiendas Green”.
Como cada martes del mes, fue Fundación para el Desarrollo Sostenible (FDS) quien se encargó, por medio de sus webinars dedicados a mujeres emprendedoras y economía circular, a acercar la inspiradora historia.
Como es habitual en estos eventos, Monica Vaher, impulsora de la FDS y moderadora junto a su colega y presidente de la Fundación Elga Velázquez, recibieron a la invitada y a su exposición.
Por medio de este emprendimiento, Llorvandi acerca posibilidades sustentables y ecológicas a miles de personas en Córdoba y así fomenta el consumo responsable por medio de productos que protejan la naturaleza. “Mi inspiración principal es el medio ambiente”, expresó.
La mujer, con un vasto recorrido académico y corporativo comenzó a replantearse las cuestiones ambientales ya ocupando cargos altos en una importante empresa, pero eso no evitó que pueda modificar su propósito. «Me empecé a replantear mis consumos y como persona y cuál era el impacto de mis consumos, asique me volví una persona ecológica y sumamente atravesada por lo que llamamos el cambio Green».
Sus comienzos fueron como usuaria de productos cosméticos sustentables, sin embargo, al ver la gran cantidad de dinero que gastaba en envíos y la imposibilidad de que la gente pueda acceder a estos productos en su ciudad la llevó a inaugurar su propio emprendimiento con el objetivo de acercar esta posibilidad a todas las personas: «Quería dejar una huella en el mundo desde mi humilde lugar. Termina emprendiendo gracias a mi amor por la naturaleza.»
La principal diferencia es obvio: los ingredientes utilizados en muchos casos no solamente no son reales, sino que son resultados de procesos y extracciones químicas, en los que se usan muchos derivados del petróleo. Esto produce un doble problema: por un lado no es recomendable el contacto de la piel con estos productos y por el otro el impacto ambiental que generan no es para nada positivo.
En ese sentido, Llorvandi explicó: “Hay que acostumbrarnos a ingredientes naturales. Buscamos por medio de la cosmética natural cuidar el medioambiente porque comparada con la industria convencional, la cosmética natural libera mucho menos residuos y no utiliza ingredientes controvertidos por lo que impacta mucho menos negativamente”.
Mitos de la cosmética tradicional
Uno de los principales mitos, para la emprendedora ambientalista, es la promesa de shampoos o acondicionadores que evitan la caída del pelo o lo fortalecen solo con su utilización. Lo mismo ocurre con los desodorantes que evitan la transpiración. “No hay nada que evite que se caiga el pelo y si un desodorante es antitranspirante no es para nada natural, porque lo natural es transpirar”, explicó.
En ese sentido, para la mujer es necesario comprender que todo cambio ecológico es un cambio integral y que no solo se trata de “belleza”, sino también es salud. En ese sentido, no hay ningún producto que pueda recomponer el pelo sino hay una dieta saludable y balanceada que le aporte los nutrientes necesarios.
“Este cambio nos invita a romper estos paradigmas. Hay que tener mucha información y acompañamiento para que el cambio sea responsable y real”, agregó Llorvandi. “Es un cambio lento pero verdadero sostenible en el tiempo”.
Sin embargo, para que este camino sea real y duradero en el tiempo, es necesario poder distinguir un proyecto sustentable de las empresas que hacen “greenwashing”.
«Hay muchas empresas que hoy se dieron cuenta que sus productos no tienen nada animal y hoy las venden como veganas. Eso es la misma porqueria de hace veinte años con un poco de greenwashing, pero en realidad no están haciendo nada para hacer el cambio«.
Por más que no tengan derivados del animal, sí tienen derivados del petróleo, parabenos o ingredientes controvertidos, por lo que, para la emprendedora “es importante que como consumidores seamos responsables y sepamos elegir. Mucha gente hoy relaciona lo vegano con lo natural y no es lo mismo. Hay mucha gente queriendo hacer creer que es sustentable pero no lo es”.
Pandemia y consumo
Tal como sucedió en muchos casos en el mundo, la pandemia de Covid terminó acelerando muchos procesos ambientales por la clara evidencia de cómo el consumo humano afecta indiscriminadamente los recusos naturales.
“La pandemia marcó un antes y un después, trajo tiempo para pensar y hacer cosas y ahí es donde la cuestión natural tomó un vuelo que sin la pandemia de por medio hubiera costado mucho más. La pandemia nos obligó a mirarnos hacia adentro y a ocuparnos de otras cosas”, remarcó la mujer.
En ese mismo sentido, también significó una propuesta para poder achicar distancias entre los distintos procesos ambientales. Muchos productos sustentables y ecológicos han logrado llegar a las grandes ciudades y estar presentes en diversas provincias al mismo tiempo, sin contar la gran cantidad de comercios pequeños que se han diversificado por todo el territorio.
“La pandemia aceleró el auge de este tipo de cuestiones pero en lo que es nivel mercado sigue siendo una porción muy pequeña el que está dispuesto a pagarlo. No quiere decir que sean productos excesivamente caros, pero sí un 10% o un 15% más caro que el producto industrial de supermercado”.
Emprendedurismo y género
Desde Tiendas Green saben lo difícil que es poder emprender en un mundo pensado por y para varones. Por eso mismo buscan fortalecer la oferta laboral femenina. “Desde Tiendas Green buscan darle empleo a mujeres, como así también buscan fortalecer el sistema productivo liderado por otras mujeres contratando sus servicios de proveeduría basados en la industria nacional. «Participamos activamente en la red de mujeres brindando espacios de creación en muchos sentidos«.
“Las mujeres tenemos un sentido social donde somos las early adopter de nuevas tecnologías y procesos y tenemos más tendencia a cuidar el ambiente, el cuerpo, a nosotras mismas. En todos los cambios green y nuevas tendencias somos las precursoras”, concluyó.