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Según la encuesta realizada por Edelman y su informe Trust Barometer 2022, los consumidores en el continente prefieren a las empresas que cumplen un rol ambiental y social. Además, la desconfianza en los políticos disminuyó, mientras que la gente prefiere confiar en investigadores y científicos.

Mucho se ha hablado durante los últimos años de la necesidad de repensar los hábitos de consumo y encontrar una alternativa sustentable a los productos y recursos naturales empleados en la vida cotidiana. Con un conocimiento cada vez mayor sobre los derechos y obligaciones de las empresas en relación al  ambiente, los consumidores empiezan a ser cada vez más exigentes con sus proveedores. 

De manera creciente, los usuarios buscan conocer los métodos de producción de las cadenas que eligen, ya sean de ropa, comida o simplemente servicios. Las estrategias de sustentabilidad empiezan a ocupar un rol fundamental en la sociedad moderna que incluso ha logrado ponerse por encima de la labor de los gobiernos. 

Este último punto se ha visto reflejado en la confianza que la sociedad tiene sobre los funcionarios, que se redujo considerablemente durante los últimos años, sobre todo con la post pandemia y el desastre sanitario que dejó en evidencia la mala gestión de los gobiernos. 

Con el objetivo de conocer en profundidad la realidad de los consumos en el mundo, desde la consultora estadounidense Edelman, han realizado el informe Edelman Trust Barometer, una encuesta anual de confianza y credibilidad que se basa en una serie de entrevistas digitales de 30 minutos  realizadas en  28 países y a más de 36 mil participantes, con un promedio de 1.500 participantes por país. Aquí pondremos el foco en los resultados para América Latina. 

Desde la página oficial de la consultora, explicaron: Hemos estudiado la confianza por más de 20 años y estamos convencidos de que es la base con la que las instituciones —empresas, gobiernos, ONG y medios— construyen una relación con sus stakeholders”. 

Si bien está claro que cada edición arroja resultados diferentes a los anteriores, las ediciones de la pospandemia han focalizado diversos problemas que venían gestionando incipientemente desde años atrás. “La edición de este año muestra que el gobierno y los medios están alimentando un ciclo de desconfianza a nivel mundial”, explicaron. 

Esta encuesta se basa en distintos actores fundamentales de la vida moderna en sociedad. Las empresas, los gobiernos, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y los medios de comunicación. Todos en base a la confianza que la sociedad deposita en ellos y el lugar que le dan durante los últimos años. 

Tomando el caso de los principales países de América Latina (Brasil, México, Argentina y Colombia), la encuesta evidencia que la confianza en las empresas se ubica entre 56% y 71%, según la nación; y en las ONG ronda entre 60% y 68%. Pero la confianza en los medios y en los gobiernos es menor. En el caso de los medios se ubica entre 43% y 54%; mientras que en los gobiernos entre 22% y 43% según el país que se tome. 

Fuente: Edelman Trust Barometer

Según los datos relevados, en América Latina a nivel agregado, el 56% de los usuarios elige sus marcas “de acuerdo a la creencia de valores” que le representa, incluso si eso exige un precio más alto. En otras palabras, el  58% de la comunidad latinoamericana empieza a tener una mirada integral sobre lo que representan las empresas en las sociedades y prefieren aquellas que le dan un valor agregado a sus productos y servicios. 

Esto también se ve reflejado a la hora de elegir sus trabajos, ya que el 58% de las personas “eligen un lugar para trabajar de acuerdo con su creencias de valores”. Esta tendencia se ha incrementado durante los últimos años, sobre todo en el post pandemia, donde las personas empezaron a ser más conscientes de su integridad física y emocional a la hora de elegir donde desarrollar una actividad laboral. 

Estos números se traducen en uno global que es el que  más importa a la consultora encargada de realizar la encuesta: “el 88% de los stakeholders exigen que las empresas rindan cuentas y consideran que los factores ESG son tan importantes como los aspectos operativos y financieros de un negocio”. 

Vale aclarar que estos comportamientos se ven en un marco en el que la población de América Latina ya pone al Cambio Climático como una de las principales preocupaciones, sólo detrás del empleo. El 83% de los encuestados ya manifiesta estar preocupado por el Cambio Climático, item que escaló 2 posiciones respecto a la encuesta anterior.

Fuente: Edelman Trust Barometer

Es la hora de las empresas

A la hora de leer la encuesta quizás alguien piense que las empresas se benefician de la falta de credibilidad en los gobiernos. Pero no es tan asi. Sin gobiernos estables no hay estabilidad social y sin esa capacidad de progresar las empresas se quedarían directamente sin inversores. Desde Edelman aseguraron: “Restaurar la confianza es clave para la estabilidad social”. 

Sin embargo, también es cierto que con la confianza puesta preferentemente en las empresas, los gobiernos y estados nacionales empiezan a cumplir otro rol. El papel social de las empresas llegó para quedarse. La gente quiere más liderazgo empresarial, no menos”, analizaron en el informe. 

En ese sentido, explicaron: “El liderazgo debe centrarse en el pensamiento a largo plazo. Buscar soluciones por encima de la división; pensar a largo plazo en lugar de centrarse en ganancias a corto plazo. Toda institución debe brindar información confiable. La información clara, coherente y basada en hechos es fundamental para romper el ciclo de desconfianza”.

A grandes rasgos, la conclusión de la encuesta es que, actualmente hay más confianza en CEO`s y científicos por sobre los políticos. Algo que quizás, hasta hace algunos años era al revés. La preponderancia que han tomado los investigadores durante los últimos años, donde la búsqueda de nuevas herramientas y alternativas viables para reducir el impacto climático es lo más importante para la sociedad, les ha permitido escalar hasta la cima de la confianza mundial. 

Los gobiernos son tildados de incompetentes y directamente ya no se espera que puedan resolver los problemas de la sociedad. De hecho, sin ir más lejos, el 80% de la sociedad cree que los políticos engañan a la gente diciendo cosas que saben que son exageraciones o falsedades. 

Por otra parte, la concepción del capitalismo también empezó a modificarse frente a un enfoque orientado a las Nuevas Economías, como el caso de lala Economía Circular. Según establecieron en el informe : “El capitalismo como lo concebimos actualmente le hace más daño que bien al mundo. Las economías centralizadas hacen un mejor trabajo que las de libre mercado”. 

La situación global, pero sobre todo en América Latina, indica una crisis democrática fuerte. Dentro de ese mismo paquete, los medios articulados como gestores de la política local, acorde a los intereses que lo movilicen, empezaron a tomar el mismo destino de la desconfianza social. 

No caben dudas de que la cuestión ambiental, tecnológica y social es el futuro de millones de personas que son conscientes que sin un medio ambiente saludable no hay vida que aguante. Las empresas, productoras de la gran cantidad de residuos que sacude al mundo, empezaron a tener una nueva veta, aunque este camino recién comienza.

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