¿Es posible que la utilización de energías sustentables pueda inclinar la balanza en el conflicto entre Rusia y Ucrania? Después de que los países europeos le quitaran apoyo al gigante nórdico ha tomado medidas drásticas como represalia como el bloqueo de los gasoductos que abastecen al 78% del continente.
La intención de los rusos fue poder utilizar este bloqueo como moneda de negociación para ganar terreno en el conflicto donde se disputa la soberanía de unas tierras pertenecientes a Ucrania. Sin embargo, no es eso lo que nos trae hasta aquí.
Hoy, los focos están puestos en la estrategia sustentable que propuso Dinamarca para desbaratar el movimiento ruso ya que desde el gobierno danés se propusieron a impulsar significativamente el suministro de energía renovable y aumentar temporalmente la producción de gas natural de sus yacimientos en el mar del Norte, en una medida destinada a independizar al país rápidamente con respecto a la provisión rusa.
Para entender un poco mejor la injerencia de la producción gasífera rusa en Europa y su posterior sustitución por energía danesa, es clave entender estos números:
- Rusia vendió a Europa. el 77,65% del total de las exportaciones soviéticas responden que se traduce en 184,9 bcm (miles de millones de metros cúbicos/año) de gas.
- Esto se traduce en significativos números para la exportación de Rusia en Europa, ya que el continente recibió recibió en 2020 el 84,8% (197,7 bcm) de todo el gas que Rusia exportó por gasoducto.
- En tanto, la exportación a casi todos los continentes supusieron el 19,1% del total mundial (1.243,7 bcm), las de petróleo el 12,3% (de un total de 2.108,6 millones de toneladas) y la de derivados el 9,7% (1.095,2 millones de toneladas).
La que sabe muy bien lo que esto significa es la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, quien en una conferencia de prensa explicó a los medios: «Aumentaremos la producción de gas natural en el mar del Norte durante un periodo de tiempo limitado. Estamos convencidos de que es mejor producir gas en el Mar del Norte que comprárselo a (el presidente ruso) Vladimir Putin», aseguró la funcionaria.
Sin embargo, aunque la iniciativa en primera instancia es lograr la soberanía de gas del país, el objetivo que se encuentra detrás de esta medida es el impulso de distintas energías renovables. Para que la urgencia de generar energía no se transforme en una potencial contaminación es que impulsarán el desarrollo de energía eólica y solar e introducirán impuestos aplicado al carbono que emiten las empresas.
La intención es cuadruplicar la producción de energía eólica y solar en tierra firme en un plazo de ocho años y aumentar la producción de energía eólica en alta mar entre uno y cuatro gigavatios.
Para ello durante los próximos años se levantarán varios parques destinados a la utilización de los recursos naturales disponibles como el sol y el viento, que prácticamente se encuentran altamente disponibles en toda la región norte del país. En un país en el que la mitad de la electricidad se explica por la generación fotovoltaica y del viento, mientras que el resto es biomasa y carbón.
Además, la intención de Frederiksen es establecer una nueva red central de calefacción para el país que funcione con energías alternativas o verdes de cara al 2028 que permita descartar, o de mínima reducir, la utilización de combustibles fósiles para el 2030.
Claro que para lograr la soberanía, la funcionaria tiene la intención de convertirse en uno de los principales exportadores de energía limpia de cara a los próximos años. “Formamos parte de la red europea de gas, también necesitamos que los demás países se independicen», dijo en referencia a la dependencia rusa que tienen gran parte de los países europeos.
Así, las cuatro patas del plan son la calefacción urbana a través de electricidad, la implementación y uso de bombas de calor, la producción de biogás y el desarrollo a gran escala de energía solar y eólica terrestres, planteando una meta de cuadruplicar la producción por esta vía para el año 2030.
“Queremos desarrollar las energías renovables todo lo que podamos de forma inteligente”, enfatizó Frederiksen en su presentación. Según datos oficiales, el gas representa el 18% de la energía que se consume anualmente en Dinamarca. ¿Podrán incrementar esta cifra para conseguir independencia energética en pleno conflicto?