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Con la intención de ponerle un límite a la actividad petrolera y a la sobrepesca en la zona del agujero negro, 500 kilómetros mar adentro de Comodoro Rivadavia, la ONG organizó un evento en el barrio porteño de Puerto Madero para visibilizar esta tragedia ambiental.

Ni el cielo gris que amenazó la tarde con lluvia pudo detener la presentación del Arctic Sunrise de Greenpeace en el barrio porteño de Puerto Madero, el famosísimo barco rompehielos que navega el mundo repleto de activistas que buscan frenar la contaminación de los mares del planeta. 

En esta oportunidad, en un evento organizado por la ONG durante el pasado sábado y domingo, se presentó la nueva campaña que busca proteger al Mar Argentino de la explotación de la industria pesquera y de la actividad extractivista del petróleo. 

Con un ambiente en su mayoría familiar, un centenar de personas se dirigieron al evento que tuvo ferias de comida y ropa sustentables como también variadas actividades para niños y niñas que pudieron utilizar muñecos armados de materiales reciclados y pintarse la cara con ballenas y diversas especies en peligro de extinción. 

Como parte del recorrido, que contó con varias charlas sobre el movimiento de mujeres en América Latina y las diversas tareas que realizan en los destinos más alejados del continente, pero también con otros pequeños talleres sobre el reciclado y su importancia, como el que brindó Alicia Montoya, referente de la cooperativa El Álamo. 

Allí no solo se dieron a conocer conceptos básicos sobre el reciclaje en el país, sino que también se debatió sobre la importancia de la sanción de una Ley de Envases integral, algo que se viene trabajando desde Nación desde hace más de una década y que ha empezado a tomar forma durante los últimos meses. 

En ese sentido, Montoya aseguró: “No puede ser una ley que traslade el costo al precio de los productos. Las empresas lo pueden asumir sin perder. Tenemos fe que vamos a tener ley”. Además, expresó la necesidad de que este proyecto salga a flote, porque va a significar “que la plata se reintegre a nuestro territorio”. 

Sin dudas se trató de un evento importante a nivel local para lograr generar una concientización importante sobre la necesidad de cuidar y proteger los recursos, pero también una campaña para recaudar fondos y dar a conocer la labor del Artic Sunrise.

Pequeña historia del barco rompehielos

Para quien no lo conozca, el Arctic Sunrise es un barco emblemático de 11 metros de ancho por 50 metros de largo, que funciona gracias a combustibles alternativos que no contaminan las aguas que navegan. Es parte de la flota de Greenpeace desde 1995 y es de gran importancia para el núcleo activista mundial, ya que gracias a su labor se conocieron algunas consecuencias del calentamiento global en los polos árticos. 

Se trata, además, de una embarcación rompehielos con capacidad de cruzar bloques helados de 50 cm de altura pudiendo acceder a límites que de otra manera no serían explorados. De esta manera han detenido a diversas compañías que liberan petróleo en lugares de difícil acceso. 

El propio activista Bruno Giambelluca, quien dialogó con Utopía Urbana en medio del evento aseguró: “El barco tiene mucha historia. Estuvo preso en Rusia, chocó un barco ballenero y nos permite ir a lugares donde comúnmente no se puede llegar con otros buques”. 

Fue en el 2013 cuando el barco tomó conocimiento internacional tras una intervención a una plataforma de extracción ilegal en el Mar Ártico ruso. Allí se enfrentaron a la empresa Gazprom cuando la guardia rusa levantó un operativo que terminó con la detención de los activistas y el secuestro del buque que fue liberado tras la intervención del gobierno holandés. 

Por último, pero no menos importante, el barco cuenta con algunas características especiales que le permiten ocupar un rol fundamental en la lucha contra el Cambio Climático: “Tiene la capacidad de albergar científicos, investigadores, periodistas y creadores de contenido. No solo van activistas, es un vehículo para la ciencia ya que permite recabar información de lugares a los que es muy difícil llegar”.

Plan de Acción en el Mar Argentino

En medio de la experiencia tan importante para el país y la región, pero sobre todo para los mares, desde Utopía Urbana tuvimos el placer de dialogar con el activista Bruno Giambelluca, Coordinador de la Campaña de Clima y Energía de Greenpeace en Argentina, Chile y Colombia, quien comentó: “Queremos que la gente conozca también lo que estamos haciendo en el Mar Argentino ahora que, básicamente es defenderlo de la industria petrolera que quiere avanzar cada vez más. Se licitaron espacios para hacer pruebas sísmicas y avalar la expansión petrolera sobre el mar”, explicó. 

Sin embargo, la actividad petrolera no es la única que pone en jaque a la región, sino también la gran cantidad de pesca que se da en una región particular ubicada  en la zona del agujero azul, 500 kilómetros a mar abierto de Comodoro Rivadavia y la península de Valdez. “Allí existen ciudades flotantes de pesca intensiva que hacen un gran daño al ambiente. Es muy importante este punto porque estamos en una crisis climática de biodiversidad”, señaló el activista. 

Además, hizo referencia a la actividad petrolera que se da en la región. “El planeta está en su punto límite de que no podemos seguir expandiendo la industria petrolera. Hay que reconvertir la matriz energética a energías renovables. Esa matriz energética no está funcionando. Por un lado el Gobierno firma el Acuerdo de París pero a la vez aprueba las exploraciones sísmicas en la costa de Mar del Plata. Hay que estar de un lado o del otro”, aseguró Giambelluca. 

Pese a que los últimos informes son catastróficos, los distintos gobiernos no se encuentran haciendo lo necesario para frenar el calentamiento global. “La ciencia en los informes de Naciones Unidas nos dice que no se está dando a basto. Que la capacidad de reducir emisiones no está funcionando, entonces también expandir las petroleras en Mar Argentino conlleva grandes problemas. Dicen un montón de cosas pero la ciencia prueba otra cosa”, concluyó el activista. 

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