Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

En diálogo con Utopía Urbana, el emprendedor social Arturo Grande, nos contó sobre Academia Brillar, su proyecto para crear una organización autónoma descentralizada (DAO), y reflexionó sobre el potencial de las criptomonedas en un mundo que para ser sostenible exige ser transformado.

Arturo Grande gira en su silla mientras piensa cada respuesta. Mira para un costado buscando las palabras justas en las paredes de su nuevo departamento en Buenos Aires, al que llegó el jueves pasado luego de su experiencia en España. 

Es inquieto pero no precipitado. Para la acción, es necesaria la reflexión. Él lo sabe y así fue subiendo peldaños toda su vida.

Arturo, de 25 años, cabello lacio y rizado que recoge con una colita, es oriundo de la provincia de Salta, Argentina. Una provincia natal a la cual despidió cuando llegó a Buenos Aires en 2014 para estudiar diseño gráfico y comenzar su camino como emprendedor. 

Hoy en día, sus proyectos y emprendimientos están ideados para trascender fronteras y no restringirse con los límites de la geografía. Alineados con un mundo cada vez más digital en donde crece el trabajo a distancia y las propuestas descentralizadas.

“Me volví de Barcelona porque en Argentina mis ingresos valen más y puedo estar más tranquilo, no tenía sentido quedarme allá viviendo con lo justo si puedo trabajar online desde acá” dice “Artu”, que vivía allí desde inicios del 2020.

El joven emprendedor, además de trabajar en marketing de manera freelance, es fundador de la Academia Brillar, una plataforma educativa global que pone el foco en el desarrollo personal y profesional y busca democratizar el acceso a la educación de calidad. 

“Veía, por ejemplo, a los profesores de másteres que costaban €4 mil en España y se llevaban un ingreso ridículamente mínimo, me daba bronca que el protagonista de la experiencia educativa, el que pone la cara, la pasión, se llevara tan poco, no tiene sentido y eso pasa en todo el mundo con distintas profesiones”, explica Arturo respecto a las razones que lo motivaron para fundar la academia, donde “pone al educador en el centro”.

Su idea inicial fue crear “una empresa que fuera lo más horizontal y equitativa posible, tanto en toma de decisiones como en distribución de ingresos”. Con esta intención se convirtió en ciudadano digital de Estonia y fundó su empresa dentro de su ecosistema digital, que “más allá de que te da muchas facilidades para gestionar tu empresa desde cualquier parte del mundo, era mucha burocracia y presión impositiva”, reclama.

Por eso, al comenzar su incursión en el mundo cripto, Arturo conoció cómo funcionan las organizaciones autónomas descentralizadas (DAO) y decidió iniciar el proceso para transformar a Academia Brillar en una. Ya que esta forma de gestión le aportaba soluciones respecto a la pretendida gobernanza horizontal, uno de sus objetivos iniciales, y le permitía ahorrar en impuestos.

DAO es un modelo nuevo e innovador de gestión de organizaciones que hace uso de la tecnología blockchain para brindar transparencia, autonomía y seguridad informática y que permite funcionar de forma descentralizada respecto a la distribución de ingresos y en la toma de decisiones.

“El camino hacia la descentralización no es de un día para el otro” aclara Arturo y cuenta que como parte de este proceso quieren “crear una nueva plataforma y un nuevo paradigma llamado learn to earnque no existe en ninguna parte del mundo y con el que queremos desafiar el status quo de la educación”. 

Esta nueva forma de entender a la educación, busca que los alumnos adquieran criptomonedas por cada curso que tomen y puedan utilizarlas para pagar más cursos y para ser parte de la empresa como educadores, generando una economía autónoma y autorregulada.

Para conformarse como una escuela descentralizada, primero deben tener un token propio en el mercado de forma que sus alumnos puedan adquirir su criptomoneda y, a su vez, ganar gobernabilidad dentro del proyecto. Esto permitiría un “liderazgo democrático por parte de los poseedores del token y una conciencia propia al proyecto”, afirma el emprendedor salteño.

“La única forma de formar una DAO es que se sume un montón de gente y crear un movimiento educativo con personas que entiendan desde el primer día que son dueños de la empresa, que quieran dar cursos e involucrarse en este proyecto que ya está diseñado en los papeles pero que todavía falta hacerlo realidad”, asegura Arturo Grande, con la ilusión de que Academia Brillar crezca exponencialmente de cara al futuro.

Criptomonedas, regulación y gobernanza

Durante 2021, Arturo estuvo capacitándose en distintas herramientas y procesos relacionados al mundo de las criptomonedas, para poder aplicar su conocimiento en la academia, trasladarlo a su equipo y “construir un proyecto serio”.

  • ¿Cómo ves la relación de los estados con las criptomonedas y cómo podrían utilizarlas?

En principio, que los estados no vayan en contra de las criptomonedas ya es un montón. Si quieren regularlas o poner impuestos como hace el estado argentino, sólo fomentan más su utilización, fortalecen el ecosistema y lo hacen más combativo y revolucionario. Cada vez más gente va a comerciar con criptomonedas y no hay forma de regularlas.

Los estados deberían estar a favor y analizar los beneficios que podrían sacar. Por ejemplo poner una reserva nacional en bitcoins, que es un recurso escaso y va a seguir apreciándose año a año, es el nuevo oro. 

También se puede implementar blockchain en el sector público, como está haciendo República Checa, que da transparencia a las transacciones y seguridad. Acá estamos muy atrasados en transparencia. Si los impuestos, en vez de ir al sector público, fueran a un sistema descentralizado blockchain que distribuyera el dinero directamente sin intermediarios, terminaría con la corrupción, pero es muy difícil cambiar el sistema.

“El que está en el mundo cripto está creando otro sistema fuera del sistema”

El que está en el mundo cripto está creando otro sistema fuera del sistema y, en algún momento, el status quo como lo conocemos va a quedar obsoleto, porque mucha gente va a dejar de pagar impuestos porque sus ingresos van a ser criptomonedas.

Entonces para no convertirse en un sistema autoritario que te obligue a estar dentro, los estados deberían evolucionar y adoptar las criptomonedas como monedas de uso oficial, dejar de asfixiar tanto con impuestos, ser más transparentes y reducir su sector público.

El poder centralizado se va a acabar y me preocupa hasta qué punto pueden llegar para detener esta revolución.

AIESEC: sentimientos encontrados 

La experiencia de Arturo en la ONG de liderazgo joven AIESEC empezó en 2017, cuando tenía apenas 20 años, vivía en Buenos Aires y su interés por el marketing y el emprendedurismo se estaba gestando.

  • ¿Qué rol tuvo AIESEC en tu formación personal y profesional?

Aiesec tuvo un rol clave en mi vida. Fue una escuela y me abrió muchas oportunidades. Me dió una formación que en la universidad no estaba consiguiendo, mucho más práctica. Me dio responsabilidades e incrementó mi autoconfianza.

Cuando estaba con AIESEC en España empecé a preguntarme, si puedo liderar una organización de 300 voluntarios ¿Por qué no puedo crear una empresa en Estonia o proyectarme como un nómade digital?

“En AIESEC falta mucha inteligencia financiera”

La parte negativa de la experiencia en AIESEC es que fueron 5 años de mi vida entregados al altruismo, a dedicar mucha energía y tiempo a una organización que no me brindaba estabilidad financiera. Hoy en día me da mucha pena que haya tanta gente valiosa que deja el cuerpo por hacer un cambio en el mundo y que no gana nada. 

Lo bueno de eso es que te enseña a perseguir metas a largo plazo, a no buscar la gratificación instantánea y ver al dinero como un medio y no como un fin, que el fin sea el impacto y el dinero una herramienta para alcanzarlo. Pero en AIESEC falta mucha inteligencia financiera.

“(AIESEC) te enseña a perseguir metas a largo plazo, a no buscar la gratificación instantánea”

Y lo que me da tristeza es que no se escucha a la comunidad alumni (los ex miembros activos), que ya la vivió y tiene otro bagaje de experiencias para buscar nuevas formas de gestionar y generar impacto, incluso nuevas formas de gobernanza

A Arturo le duele no ser escuchado, siente que, con su visión, podría aportar mucho al crecimiento de una organización que le dio tanto y a la cual agradece. Su decepción es palpable, pero va a seguir insistiendo.

¿Qué pasaría si AIESEC fuera descentralizado? ¿Si se distribuyera mejor el dinero que recaudan 400 pibes por cada país que se rompen el lomo de forma voluntaria o se invirtiera para generar más impacto? 

“¿Qué pasaría si AIESEC fuera descentralizado?”

Cuando lo veo ya de grande me doy cuenta que funciona como una multinacional, donde un grupito de gente en AIESEC Internacional se beneficia del laburo de la mayoría. Creo que se podría pensar en modelos más sostenibles, más equitativos y descentralizados.

Organismos impotentes frente a una sociedad que exige respuestas

Arturo Grande expresa su sensibilidad social en cada proyecto, en cada idea que recorre su cabeza. 

En 2020, impulsado por su interés en la inclusión social, cofundó la empresa social “Fútbol de Impacto”, donde, junto a su equipo, organizaron partidos de fútbol con personas en situación de vulnerabilidad y refugiados con el fin de crear conexiones con la comunidad local y abrirles oportunidades laborales.

Además, durante su experiencia en AIESEC, participó en dos oportunidades de la World Largest Lesson organizada por UNESCO y UNICEF, que promueve los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el aprendizaje infantil.

Así comenzó a vincularse con organismos internacionales e incluso participó del foro G2O Young Entrepreneur Alliance junto a otros emprendedores de países miembros del G20.

Pero su confianza en los organismos se fue deteriorando a medida que los discursos no se llevaban a la práctica y todo quedaba en los papeles. Su escepticismo sobre la potencia transformadora de estas organizaciones creció junto a las sucesivas crisis mundiales.

  • ¿Cuál es tu visión del mundo respecto a su sostenibilidad y qué rol creés que deben tener los actores internacionales? 

Por un lado están los emprendedores. Gente que hace y que está educando, generando oportunidades y empleo.

Por el otro, tenés a organismos burocráticos que se juntan a debatir sobre la pobreza porque es lo que les da de comer ¿De qué hablarían en la ONU si se terminara la pobreza?

Yo soy crítico de esos organismos. La última vez que me invitaron de Global Peace para un evento, el presidente de la organización dijo “acá van a estar los primeros ministros, la gente que va a tomar decisiones” y cuando me dieron la palabra les dije “¿Quién quiere ser primer ministro, tener una posición de poder para llenarse la boca hablando de cambios y soluciones mientras el mundo va cada vez peor?” 

“Organismos burocráticos que se juntan a debatir sobre la pobreza porque es lo que les da de comer”

Cada vez hay más crisis climáticas y efectos irreversibles y los líderes mundiales se juntan en la COP26 para no tomar ninguna decisión importante, mientras Greta Thunberg y otros jóvenes lideran una revolución activista, pacífica y con argumentos.

¿Quién realmente nos está gobernando? 

Artu deja flotando la pregunta en el aire. No está seguro de su respuesta, pero lo que sí sabe es que la salida a la crisis es colectiva y que él va a estar ahí, en “la cancha”.

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