La imperiosa necesidad mundial de encontrar soluciones innovadoras y sustentables para cuidar el medio ambiente y prevenir el cambio climático se ha extendido a distintos grupos poblacionales de planificación urbana. Ya no se trata quizás, de una misión que deban afrontar los gobiernos, sino también, los distintos espacios de participación ciudadana.
Es por esta misma razón, que durante los últimos años entró en auge el concepto de laboratorio urbano. Pero…¿Qué significa eso? Se trata de plataformas que ayudan a los municipios y gobiernos provinciales a encontrar soluciones innovadoras a las distintas problemáticas y desafíos que ocurren en las ciudades.
Idea y funcionamiento de los laboratorios
Si bien ya se encuentran funcionando en varios puntos de América Latina, vale destacar que un actor clave que propicia su impulso es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que plantea una guía de laboratorios y brinda su apoyo con casos concretos.
“Conducimos prototipos innovadores que surgen de procesos de co-diseño entre funcionarios del Banco Interamericano de Desarrollo y actores locales, tales como autoridades, academia, y la misma comunidad; siendo clave la participación ciudadana. A partir de estas intervenciones urbanas, evaluamos las experiencias, analizando el éxito de los casos con el objetivo de compartir conocimiento, ampliar o replicar los pilotos implementados”, explicaron desde el organismo en su sitio web.
Desde el BID ven fundamental el desarrollo de la urbanización por parte de sus propios actores como protagonistas: los mismos ciudadanos. “En el LAB Ciudades estamos convencidos del rol transformador de la innovación y la experimentación urbana a la hora de implementar cambios con impacto real en el eje urbano. Ofrecemos soluciones específicas, factibles y comprobables para el bienestar de la población, atendiendo así las necesidades y demandas de las ciudades de la región”, explicaron.
Desde el propio Banco proponen distintas instancias o etapas de trabajo para lograr articular la innovación ciudadana con las políticas públicas necesarias. Para ello proponen:
- Explorar: analizando los problemas urbanos a tratar
- Experimentar: poniendo en práctica las ideas y probándolas de manera temporal para su evaluación y rediseño.
- Evaluar: analizando los impactos, efectos y rentabilidad de los proyectos pilotos.
- Escalar: conectando a las ciudades con organizaciones técnicas a través de soluciones financieras creativas.
- Comunicar: compartiendo los resultados.
Algunos ejemplos desarrollados en estos laboratorios en la región, son el proyecto de movilidad urbana sostenible en Rapa Nui o las intervenciones innovadoras temporales que buscan transformar la vida pública en la Ciudad de México. Todos pilotos que se encuentran en fase de experimentación.
Objetivos
Desde los laboratorios urbanos tienen como objetivo la participación ciudadana en un doble rol. Por un lado, identificar el problema, pero también darle la oportunidad a los individuos de poder encontrar una solución a aquello que deben vivir cotidianamente.
Aunque claro, el nombre de laboratorio lo dispone todo: experimentar. La idea clara de los dirigentes y aquellos que incentivan la creación de estos lugares es testear pilotos a pequeña escala para poder medir costos y evaluar el funcionamiento para ver qué tan factible es incorporar los elementos a la gobernanza.
Para ello buscarán acotar la escala de los proyectos pilotos y diversificarlos para tener un amplio margen de éxito o error. Además, incorporar los conocimientos locales es clave para encontrar soluciones innovadoras. Asimismo de tener en cuenta la cultura de los lugares y sus costumbres.
Pero claro, para ello, si bien el modelo piloto por el BID es bastante claro y conciso, dependerán de la voluntad política de los funcionarios municipales para poder incorporar las medidas que los ciudadanos crean pertinentes. De otra forma, no habrá, sin intención, ninguna medida que pueda modificar la realidad.
Mendoza se suma a la ola de laboratorios
Sin ir más lejos, en Argentina ya se encuentran en fase de desarrollo e implementación. De hecho, Mendoza presentó el propio el pasado octubre. Desde el sitio oficial de la gobernación explicaron: “El Laboratorio Urbano busca constituir un espacio de diseño y experimentación para la generación de soluciones sencillas, ágiles y aplicables al proceso de planificación urbana, a través de metodologías de coparticipación que permitan debatir y evaluar propuestas de intervención en conjunto con actores claves. A su vez, servirá como instrumento de apoyo para la implementación de políticas públicas”.
Según explicaron, se trata de una iniciativa que surgió a raíz de los procesos de urbanización vinculados a los cambios recientes provocados por la pandemia. Ya sean políticos, culturales, económicos o sociales, la idea del laboratorio urbano es que todas las personas se acerquen a tratar de brindar soluciones o nuevas iniciativas que permitan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Desde el municipio mendocino, se encargaron de explicar que el laboratorio urbano, si bien es una idea copiada de otros países del mundo, surge de la “necesidad de entender e imaginar la ciudad con base en las problemáticas específicas del territorio y las demandas de la población en su conjunto”. Para ello, se plantea la búsqueda de nuevos paradigmas de construcción de conocimiento que permitan la co-creación de estrategias urbanas innovadoras junto a la ciudadanía. Este nuevo espacio permitirá el encuentro de la sociedad civil, la academia y el gobierno para reflexionar sobre la ciudad y proponer soluciones creativas en conjunto, tendientes a alcanzar un desarrollo urbano sostenible.