La ciudad austríaca fue la predecesora de la oleada de ciudades inteligentes en Europa. Para reducir el impacto ambiental y poner en marcha una serie de proyectos tecnológicos, la levantaron desde cero y la establecieron como piloto de prueba. Hoy ya lleva años funcionando y es uno de los mejores ejemplos. Reciclaje, cohousing, electromovilidad, eficiencia energética y apps entre sus pilares.
El periodico reconocido a nivel mundial, The Economist, clasificó a 173 ciudades y definió las 10 mejores y las 10 peores en base a la atención sanitaria, los índices de delincuencia, la estabilidad política, las infraestructuras y el acceso a los espacios verdes.