Frente a un mundo que exige que cambiemos nuestro enfoque hacia uno en el que prime el consumo sustentable, en los últimos años surgió un nuevo agente de cambio que apuntala esta nueva demanda. Son las finanzas sostenibles o finanzas verdes, que vienen a darle una nueva cara a las finanzas tradicionales, impulsando el desarrollo de empresas comprometidas con un modelo económico equitativo y sostenible y dinamizando una demanda emergente más amigable con el planeta y la comunidad.
Sin embargo, no todo el mundo tiene claro en qué consisten. En este artículo, concretamente, te contamos qué son los créditos verdes, además de profundizar en sus usos y en sus ventajas.
CAMBIAN LOS TIEMPOS Y LA FORMA DE FINANCIACIÓN
Según fue explicado en la última Conferencia sobre Cambio Climático de Dubai en 2023, casi siete billones de dólares de financiación pública y privada se destinan cada año a actividades que perjudican directamente a la naturaleza, lo que es una cantidad 30 veces superior a la que se gasta anualmente en soluciones verdes. Algo verdaderamente dramático.
Pero lo bueno es que el financiamiento verde está creciendo y diversificándose. Es que desde el año 2017, la Organización de Naciones Unidas (ONU) para el Medio Ambiente y el Grupo del Banco Mundial publicaron una hoja de ruta para el desarrollo de un sistema financiero sostenible que promueva la transición a un nuevo modelo.
En ese marco, los préstamos verdes, o créditos verdes, son un tipo de financiación que se concede únicamente para el desarrollo de proyectos o iniciativas sostenibles, es decir, aquellos que tienen un impacto positivo en el medio ambiente. Esto implica, como ejemplo para el común de la población, el financiamiento para la compra de paneles solares, maquinaria para reciclaje, vehículos eléctricos o híbridos, hasta el impulso de algún emprendimiento verde. Lógicamente también se considera la financiación de viviendas eficientes o la reforma energética de residencias existentes y hasta la sustitución de electrodomésticos por modelos de bajo consumo o la instalación de paneles solares para autoconsumo.
Pero las finanzas verdes no son sólo eso, involucran una variedad enorme de herramientas de financiamiento como: bonos verdes, bonos sociales, fondos ESG, créditos de carbono, bonos de impacto social, fondos de inversión de impacto y certificados de energías renovables, por citar algunos casos.
FINANZAS VERDES GLOBALES QUE LLEGAN A LATAM
Desde el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) destaca la importancia de las finanzas verdes en el impulso de inversiones positivas para el medio ambiente. Empresas e instituciones financieras están siendo llamadas a no solo realizar inversiones sostenibles, sino también a comprender y abordar sus impactos negativos en la naturaleza.
Niki Mardas, director ejecutivo de Global Canopy, una organización sin ánimo de lucro asociada al PNUMA, subraya la necesidad de que estas empresas involucren a sus cadenas de suministro en la transición hacia prácticas más sostenibles. La lucha contra la deforestación se destaca como un elemento crucial en este proceso.
En Latinoamérica, la tendencia hacia las finanzas verdes se refleja en una encuesta realizada en 6 países por Sherlock Communications y expuesta en su documento “Finanzas Verdes. Guía de financiamiento sostenible para América Latina”. En la misma queda en claro una creciente exigencia de los consumidores de la región hacia los bancos por un mayor financiamiento sostenible y por un comportamiento en ese sentido. Por ejemplo, si su banco invierten en empresas que provocan desastres medioambientales, el 79% estaría dispuesto a cambiar de entidad. Asimismo, el reporte da cuenta que una gran mayoría (83%) de los consumidores latinoamericanos está de acuerdo en que “las empresas que no tratan a las personas con respeto y dignidad no deberían tener acceso al crédito”, mientras que la misma proporción (83%) afirma que “las empresas deben ser castigadas si no tratan bien el medio ambiente”.
Esto se da en general en los países analizados. En esa línea, para el caso de Argentina, la mayoría de los encuestados expresaron su preferencia por entidades financieras sustentables, y la transparencia en la política de inversión se destacó como un factor clave. Además, los resultados indican que los clientes consideran que la política de inversión de un banco es el aspecto más importante de sus credenciales de «finanzas sostenibles». La necesidad de que las instituciones financieras informen a sus clientes sobre el uso de los fondos depositados es una prioridad compartida.
En conclusión, las finanzas verdes están marcando una nueva era en la inversión y la responsabilidad financiera. Los préstamos verdes no solo ofrecen oportunidades económicas, sino que también contribuyen al bienestar del planeta. Con la creciente conciencia y demanda, se espera que estas prácticas transformen radicalmente el panorama financiero mundial hacia un futuro más sostenible.
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