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Dialogamos con Sebastián Padin, fundador de Verde Agua, una empresa de triple impacto que impulsa la hidroponía como una forma eficiente y sostenible de producir alimentos en el hogar y a gran escala.

Sebastián Padin, licenciado en sistemas y viajero frecuente, en uno de sus viajes por el sur argentino hace alrededor de 5 años, se topó con una noticia que llamó mucho su atención: era posible cultivar alimentos en la Antártida con un sistema innovador llamado hidroponía.

La hidroponía es una técnica de cultivo en donde las plantas reciben una solución nutritiva y equilibrada disuelta en agua con los elementos químicos esenciales para su desarrollo, sin requerir el uso de la tierra. Allí reside su valor, ya que puede practicarse en cualquier territorio independientemente de sus condiciones geográficas y climáticas.

”Ese hallazgo me voló la cabeza” dice Sebastián, rememorando. A partir de ese momento la idea de la hidroponía comenzó a brotar y dio origen a lo que hoy es Verdeagua, su propia empresa.

“Comenzó hace cinco años como un hobby, pero la forma en que hoy se producen los alimentos me motivó a profundizar sobre esta técnica para tratar de disminuir el impacto ambiental que se genera”, afirma Sebastián acerca del inicio de su empresa, que desde 2017 no detuvo su crecimiento.

El propósito de Verdeagua, según su fundador, es brindar una solución diferente a la producción de alimentos tradicionales. Para este fin, la empresa cuenta con tres líneas de acción. 

La primera a nivel comercial, en donde trabajan junto a productores. Esta línea se creó a partir de la fabricación de perfiles NFT, que son herramientas utilizadas para realizar hidroponia en grandes invernaderos donde los productores cultivan la verdura y la comercializan. 

“Los perfiles los lanzamos después de 2 años de desarrollo y acá en Argentina somos los únicos fabricantes. Eso nos impulsó a vincularnos con productores de escala más grande”, explica Sebastián.

La otra línea de venta de productos es para producción a baja escala en huertas particulares. Verde Agua vende los insumos para que cada persona pueda cultivar su propio alimento en su casa.

Por último, la empresa cuenta con una academia en donde ofrece capacitaciones virtuales acerca de la hidroponía y la agricultura urbana. “La educación es clave para nosotros. Si bien esta línea no es un negocio sostenible y escalable, la vamos a mantener porque es la manera de educar tanto a los ciudadanos urbanos como a los productores para que les vaya bien”, comenta Sebastián, mostrando el costado social del modelo de su empresa.

“Previo a la pandemia dábamos cursos presenciales y con la pandemia empezamos con los virtuales, que nos permitieron llegar a muchas más personas», describe Sebastián. Actualmente entre los tres cursos hay más de 900 alumnos de casi toda América y algunos países de Europa. 

¿Cómo se está desarrollando la hidroponía en Argentina? ¿Con los productores de qué regiones trabajan?

La hidroponía está en expansión. Acá en Argentina, en los últimos años, estuvo creciendo a una tasa exponencial aunque estamos por debajo del desarrollo de Brasil, que ya está mucho más avanzado. En muchos supermercados de Brasil hay lechuga hidropónica. Acá recién ahora la estamos viendo.

Verdeagua, por el momento, está sólo en Argentina, en todo el territorio nacional. La mayor parte de los productores está en las provincias del interior aunque también hay en Buenos Aires. Desde que lanzamos los perfiles NFT ya tenemos 63 emprendimientos que son clientes y que comercializan sus verduras. Incluso algunos productores locales abastecen a pueblos en donde antes llegaban alimentos de baja calidad y un impacto ambiental nefasto.

La hidroponía es algo que vino para quedarse y cada vez va a haber más, no tengo dudas. Creo mucho en las ciudades sostenibles, en que la producción se haga en las ciudades y no a miles de kilómetros. No hay que depender de la producción de un solo lugar.

“Es una revolución mundial de lo que es agricultura urbana”

Es una revolución mundial de lo que es agricultura urbana. Yo inicialmente soñaba con que cada uno de nosotros fuera agricultor y después me dí cuenta de que era imposible, pero sí estoy convencido de la importancia de la producción local.

El impacto ambiental en la producción de alimentos es terrible y la hidroponía es una gran solución a este problema. No podemos seguir produciendo de la misma manera que hace cientos de años.

¿Qué diferencia hay entre los alimentos hidropónicos y los de producción tradicional?

Los productos de la hidroponía son de calidad premium porque lo que se hace es darle a la planta todos los nutrientes que están en la tierra a través del agua. Siempre de la misma manera y exactamente lo que necesita. Entonces se produce una verdura con buen sabor y textura. 

Otro gran diferencial es que la planta hidropónica se cosecha con la raíz, entonces te llevás a tu casa una planta viva. Esto permite tener una planta fresca durante más tiempo.  

“Te asegurás tener una calidad premium”

En la hidroponía se le da siempre todas las condiciones que puede tener idealmente una planta en tierra, con eso te asegurás tener una calidad premium. En la tierra es mucho más difícil porque depende de la calidad de la tierra, de si se consumen o no los nutrientes, entre otras cosas.

¿Tienen vínculos con ONGs, gobiernos u otras instituciones?

Trabajamos principalmente con ONGs y escuelitas. Puntualmente estamos muy ligados a una que se llama Akamasoa. Es la más cercana y tenemos mucho compromiso con ella. De hecho parte de nuestra facturación se la donamos porque nos gusta mucho su propósito, que es darle trabajo a las personas. 

Tienen 600 m2 de hidroponía y capacitaron a mujeres que ahora producen alimentos y los venden. Con eso generan ingresos y construyen sus casas. Es un modelo muy lindo.

Además en 2019 estuvimos en Incubate, un programa de incubación del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires donde se seleccionaban 20 emprendimientos y los apoyaban con capacitación y financiación.

¿Cómo esperan seguir creciendo?¿Buscan expandirse a otros países?

Sí, queremos expandirnos a otros países. Estamos ahora con ese proceso y queremos llegar a España y otros países de la región.

Lo que continuamente buscamos es difundir esta técnica de cultivo y generar un impacto multiplicador. Mientras mas personas y productores apliquen esta técnica más alimentos sanos vamos a producir y de una manera mucho más eficiente.  A corto y mediano plazo queremos generar cada vez más impacto.

“Buscamos difundir esta técnica de cultivo y generar un impacto multiplicador”

Siempre vamos a fomentar el cultivo urbano y promover la técnica para la aplique cada persona, eso siempre va a estar. Pero la realidad es que todos no van a tener cultivos porque no les interesa o no tienen tiempo. Por eso el impacto real está dado por la producción local en las ciudades y pueblos. 


La hidroponía, como lo remarcó en varias ocasiones Sebastián Padin, es una gran oportunidad para que las ciudades avancen en su camino a la sostenibilidad y una vía más para la tan necesaria autosuficiencia alimentaria, en un mundo en emergencia alimentaria potenciada a partir de la invasión de Rusia a Ucrania.

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