El pacto implícito que han tomado las grandes potencias del mundo tras los acuerdos de París (2015) y la Cumbre COP 26 de Glasgow (2021) respectivamente ponen en evidencia la imperiosa necesidad de inversiones para poder mitigar el cambio climático y transicionar hacia un mundo sustentable. Latinoamérica no es la excepción, y aún siendo de las regiones que menos aportan al problema pero más sufre las consecuencias, también motoriza soluciones.
Según los especialistas, los latinoamericanos están entre quienes más van a sufrir las catástrofes naturales provocadas por esta cuestión o por su falta de infraestructura y tecnología y por sus dificultadespara actuar directamente sobre esta necesidad.
Sin embargo no son todas malas noticias para la región y pese a que hay algunas regiones más avanzadas que otras, hay una constante a recibir inversiones que permitan un giro hacia la sustentabilidad del continente.
Esta vez se trata de Brasil, un país que ha avanzado mucho en la transición hacia energías renovables en las últimas décadas. Para dimensionar ello, según la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), en 2021 las energías renovables no convencionales (excluyendo las grandes hidroeléctricas), han alcanzado los 45,7 GW de capacidad instalada en la matriz eléctrica centralizada del país, superando el 25% de la matriz eléctrica brasileña. Si se le suman las hidroeléctricas, el nivel llega al 82%.
Y este proceso hacia la energía verde no parece detenerse. E Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES), pretende ampliar su contribución a la llegada de iniciativas innovadoras para la generación de electricidad en Brasil, ya sea para la construcción de parques eólicos como para celdas de almacenamiento energético.
Este apoyo se traduce en una financiación por R$ 655 millones (lo que se traduce en unos US$ 146 millones) para poder establecer las bases de la construcción de 7de las 14 centrales eólicas del complejo eólico u Ventos de Sao Vitor, que tiene funcionamiento en los municipios de Xique-Xique, Gentio do Ouro e Itaguaçu da Bahia, en el Estado de Bahía.
Estos complejos dispondrán de una capacidad instalada de 235 MW, frente a los 465 MW de todo el complejo y se estima que comenzarán a operar para finales de 2022. De todas formas aún no se descarta que haya más inversiones que financien la llegada de más plantas energéticas.
Ahora…¿De qué se trata esta inversión que financia el BNDES y cuál es su tarea? Básicamente el BNDES es mejor conocido como el Banco de Desarrollo de Brasil y, según explica en su página oficial, “desempeña un papel clave en el fomento de la expansión de la industria y la infraestructura del país”.
Además, el BNDES se dedica a las inversiones tanto locales como internacionales y se considera “un socio importante para que los inversores puedan entender y tener acceso a las oportunidades que la economía brasileña ofrece”.
Incluso se habla de la posibilidad de financiar proyectos de hidrógeno verde, uno de los combustibles a los que los especialistas en energía llaman a invertir de cara al futuro.
De hecho ya hay varias empresas que se encuentran gestionando y desarrollando su intención de dedicarse de lleno a la generación de este tipo de energía y han presentado memorandos de entendimiento para la construcción de plantas de hidrógeno verde tanto en los principales distritos brasileros como Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Ceará y Pernambuco.
“Actualmente, estas tecnologías se encuentran en la frontera de desarrollo del sector, y el banco trabaja para inducir su introducción en el país. Estas son tecnologías que tienen el potencial de ampliar aún más el alcance de las energías renovables para satisfacer las diversas demandas energéticas de la economía y reafirmar el carácter sostenible de la matriz brasileña”, aseguró el portavoz del BNDES.
Otras inversiones del BNDES
Con este financiamiento, el Banco de Desarrollo brasilero intentará incentivar el mercado de almacenamiento de energía para que crezca buscando optimizar la explotación de la energía eólica y solar fotovoltaica, además de reducir los riesgos que se pueden asociar a este tipo de actividades por medio de la mejora de infraestructura.
Por esta misma razón, durante los últimos dos años se ha encargado de realizar diversas inversiones en este tipo de mercado, como en abril de 2020 cuando financió por R$ 3.000 millones nuevos parques eólicos en la zona noroeste del país o en mayo de 2021 cuando incentivó la creación de 14 molinos eólicos en Janaúba, Estado de Minas Gerais.
Sin embargo no es todo, ya que en junio de 2021 impulsó la creación de 10 parques eólicos de una capacidad de 409 MW en los municípios de Betânia do Piauí, Curral Novo do Piauí y Paulistana, en Piauí, y Araripina y Ouricuri, en Pernambuco.
Para cerrar el año, en diciembre financió la creación de 14 parques del complejo eólico de Santo Agostinho,Rio Grande do Norte.
De esta manera, asi como sucede en algunos de los principales países europeos, el Banco levanta la voz por la causa y abre la chequera para lograr que la industria y el mercado de la energía renovable se transformen en una política pública de Brasil.