Tras más de cuatro décadas de pausa, la Base Petrel, soberanía argentina en territorio antártico, volverá a estar activa gracias a un proyecto del Gobierno Nacional que pretende renovarla y convertirla en una estación sustentable a base de energías alternativas.
El proyecto de renovación integral de la Base Antártica Conjunta Petrel (BACP) fue presentado por el Ministerio de Defensa, que aprobó la reconstrucción de la unidad habitacional en busca de convertirla en una base permanente. La intención, según explicaron en el informe oficial, es “favorecer la investigación científica ofreciendo servicios logísticos antárticos con instalaciones apropiadas para el alojamiento del personal a desarrollar trabajos de investigación”.
La nueva casa será una vivienda antártica de última generación, diseñada bajo el concepto autosustentable, a partir del cual se innovará con tecnología que permita emplear las energías alternativas.
Desde 1979, cuando se incendió la base y se perdió gran parte de la construcción de la zona, no se ponía en actividad esta importante estación internacional. Con las nuevas reformas se ocupará una superficie mínima de 1.920 m2, distribuida en dos plantas y tendrá una capacidad operativa de 60 personas de la dotación permanente y 80 que se encuentren en tránsito, alcanzando una capacidad total de 140 plazas.
La importancia del proyecto radica en lo difícil que resulta acceder a esos territorios. Para ello debieron modificar buques y naves para trasladar la maquinaria necesaria para la construcción, terminando el 2022 con todo lo necesario para arrancar las obras en la inmediatez.
Para evitar esto en un futuro, el proyecto incluye la creación de bases de aterrizaje para avionetas y helicópteros como también un pequeño puerto que permita la llegada de todo tipo de buques.
Gracias a la implementación de paneles solares y hélices eólicas buscarán que Petrel pueda autosustentarse por medio de la energía alternativa. De esta manera evitan la quema de combustibles fósiles para calentarse o para mantener las luces encendidas.
Esto además les permitirá habitar la región durante el invierno, que suele ser de los más duros conocidos en la historia, por lo que resultaban ser meses de trabajo en el que durante todos estos años nadie pudo permanecer en el lugar.
Entre sus comodidades incluirá una enfermería con consultorio para atención de pacientes, odontología, sala de Rayos X, shock room, salas de internación y farmacia; cocina, panadería, gimnasio de usos múltiples y una radio estación para comunicaciones satelitales e informáticas.
Los creadores del proyecto entienden la sustentabilidad no solo en la generación de energías limpias, sino también en el impacto de la condición, por eso mismo están esperando los resultados del estudio sobre técnicas constructivas sobre los materiales resistentes a las condiciones climáticas como así también investigar antecedentes de otros gobiernos en construcciones antártida. Además, previamente se realizará un estudio sobre técnicas constructivas adecuadas, materiales resistentes a las condiciones climáticas, experiencias y antecedentes de otras bases y países con edificaciones en la Antártida.
“De esta manera, se busca asegurar un diseño de base que integre las distintas áreas operativas y funcionales de la misma, definiendo en su desarrollo, las nuevas instalaciones con las características adecuadas para el suelo antártico”, explicaron en dicho boletín. Por último, teniendo en cuenta la historia particular de esta base, que se incendió en 1976, preparan distintos protocolos para evitar este problema. Así esperan poder desarrollar nueva tecnología e investigaciones en la región y poder impulsar el conocimiento nacional. ¿Te gustaría pasar un invierno allí?