Con la intención de fortalecer a Latinoamérica e impulsar la reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI), el CAF (Banco de Desarrollo de América Latina) ha articulado con los distintos gobiernos nacionales para poder fomentar un nuevo perfil de inversiones y fortalecer los mercados de carbono.
Con esta iniciativa, según expresaron desde el sitio oficial del banco, intentan mejorar la competitividad de la oferta de créditos de carbono, es decir fortalecer la llegada de nuevos ingresos a los países que buscan mejorar la calidad del aire y lograr la descarbonización.
Esta medida recibirá el nombre de Iniciativa Latinoamericana y del Caribe para el Desarrollo del Mercado de Carbono (ILACC) y, si bien el máximo exponente es el CAF, también participarán diez bancos nacionales de desarrollo en pos de convertir a la región en un conglomerado empresarial fuerte que tenga gran impacto en la escala internacional.
Para los inversores se trata de una oportunidad única y de un incentivo para lograr, de una vez por todas, avanzar en la transición hacia un continente descarbonizado. De todas formas saben que no será una tarea fácil la de ofrecer soluciones climáticas y medioambientales. Dicho de otra manera, no solamente se buscará fortalecer la electromovilidad, sino también restaurar bosques o dar talleres sobre agricultura regenerativa, entre otras cuestiones.
Para entender de mejor manera en qué consiste el concepto de mercado de carbono hay que decir que se trata del intercambio de unidades representativas de derechos de emisión de GEI o de certificados de reducción de emisiones entre gobiernos, corporaciones, bancos u organismos internacionales.
Este mercado fue dinamizado desde el año 2005 cuando entró en vigencia el Protocolo de Kioto, donde se lanzó el comercio de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que prevé el comercio de unidades de carbono según lo estableció el propio protocolo. Uno de ellos es el UK Emission Trading Scheme de Reino Unido, algo que ahora se busca emular con el ILACC.
Esto se trata de algo importante para América Latina, ya que según la Comisión Económica Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el continente se ha convertido en la “región de países en desarrollo más activa en este mercado emergente con alrededor de US$ 210,6 millones de créditos de carbono en negociación en el marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio, y ha mostrado un optimismo basado en la convicción de que este mercado puede significar una herramienta útil para promover el desarrollo sostenible de la región”.
Para lograr impulsar estas medidas, desde ILACC ya planean algunas medidas. En primera instancia un diagnóstico sobre el mercado de carbono regional, la puesta en marcha Observatorio ILACC del Mercado de Carbono, la formación del Consejo Científico y la creación del Foro Regional ILACC para ampliar la colaboración multisectorial que permita diversificar y ampliar la base de proyectos climáticos generados en ALC.
El que se refirió al respecto fue Jorge Arbache, Vicepresidente del Sector Privado de CAF, quien expresó en consonancia con la CEPAL que: “La región tiene un gran potencial climático, especialmente gracias a su capacidad única para ofrecer soluciones basadas en la naturaleza, que tienen un papel fundamental para mitigar los efectos del cambio climático. En este sentido, el mercado de carbono ofrece una oportunidad histórica para América Latina, quizá aún más importante que otros ciclos de bonanza vividos por la región asociados a los agronegocios y la minería e hidrocarburos”.
Los puntos a tener en cuenta por este organismo son los siguientes:
- Refuerzo de las instituciones.
- Generación de conocimiento.
- Diálogo multisectorial, que permita articular al sector privado, la sociedad civil y los gobiernos nacionales.
Este organismo buscará fomentar a su vez la intención del CAF en convertirse en el Banco Verde del continente, generando una inversión para proyectos de unos US$ 25.000 millones en los próximos cinco años.
De esta manera el continente se perfila como uno de las regiones más fuertes a la hora de descarbonizar las actividades cotidianas, pero también de impulsar actividades como la deforestación de bosques y brindar distintos talleres medioambientales. ¿Podrán lograrlo?