Mucho se ha hablado del foco sustentable en países con un desarrollo incipiente como los de Latinoamérica. Diversos especialistas han argumentado y dejado en claro que la innovación tecnológica debe tener como primer objetivo mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del territorio. Es hacia allí adonde apuntan quienes desean promover políticas sustentables como es el caso del Tren Maya, en México.
Según han explicado en la página oficial del gobierno mexicano, es un proyecto para mejorar la calidad de vida de las personas, cuidar el ambiente y detonar el desarrollo sustentable.
El proyecto tiene cuatro ejes principales que incluyen lo social, económico, ambiental y cultural y recorrerá una distancia de 1.500 km aproximadamente. Además, pasará por los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, que hasta el momento estaban fuera del alcance del transporte de este nivel.
Además, aseguran que no solo tendrá la misión de conectar México, sino también de servir de trampolín para aquellos que deseen mover su mercadería, por lo que creen que va a ser un gran aliciente para la difícil situación económica.
“El tren como tal cruza 42 municipios, es decir, las vías del tren pasan por esos municipios; pero, también hay una diferencia muy grande en términos territoriales en donde en Yucatán hay más de 100 municipios y en Campeche son 11, entonces obviamente en Campeche son pocos municipios en una extensión territorial gigantesca, pero también es poca población”, explicó en una entrevista a un medio local la Directora de Desarrollo Urbano del Tren Maya, Carina Arvizu.
Este ferrocarril será un híbrido y no funcionará en la totalidad bajo el tendido eléctrico, pero sí tiene como principal objetivo lograr reducir considerablemente la cantidad de emisiones diarias en vehículos de transporte.
En ese sentido, se trata de quizás uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno mexicano, que invertirá un total de más de 6,294 millones de dólares para la obra, de los que este año se ejecutarán 41,852 millones de pesos (más de 2,092 millones de dólares) y la creación de 80,000 empleos con la construcción de los primeros cinco tramos.
El Tren Maya conectará el sureste con una red ferroviaria moderna y eficiente, generando economías de escala.
“Buscamos que los productores de la región puedan comerciar sus mercancías, reducir sus costos de producción y expandirse a mercados más grandes”, aseguraron en la página oficial.
“Por esa razón, sus estaciones estarán distribuidas en 1500 km, mejorará la calidad de vida de las personas, habrá también una serie de subsidios para fomentar el desarrollo. El objetivo es consolidar la región Maya como un corredor de desarrollo donde florezcan la industria agraria y tecnológica”, concluyeron en un video emitido por el Gobierno Mexicano.
Voces disidentes al proyecto
Aunque desde el gobierno aseguran que se trata de una idea progresista y que apunta hacia la sustentabilidad, los pueblos originarios de la zona alzaron la voz contra esta iniciativa.
No es para menos, ya que los que se opusieron a esta iniciativa fueron las autoridades del Congreso Nacional Indígena y el Consejo Indígena de Gobierno al anunciar un “combate contra los megaproyectos” del presidente.
“Las palabras mentirosas de López Obrador y su llamada Cuarta Transformación (de México) pretenden crear un muro que oculte la guerra que se arrecia contra los pueblos y la vida de la madre tierra, queriendo aislarnos y presentarnos como los opositores al progreso”, explicaron.
Las fuertes declaraciones parecen dejar en offside las palabras del presidente. Como si fuera poco, las voces encargadas de llevar la bandera de los pueblos originarios explicaron: ““Para el Gobierno es progreso, es desarrollo y eso significa más trabajos y más urbanización. Para nosotros como mayas eso implica que otra vez nos ven como mano de obra barata, implica especulación de la tierra y, por lo tanto, despojo”.