Nadie duda de los beneficios que la tecnología trajo al mundo moderno. Desde algo tan simple como realizar las compras desde un celular como a casos más complejos, donde la inteligencia artificial logró mejorar la calidad de vida de quienes lo necesitan. Este es el caso del guante lector de braille, inventado por estudiantes mexicanos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial, se estima que aproximadamente 1300 millones de personas viven con alguna forma de deficiencia visual y 45 millones de ellas son ciegas. Sin embargo, pese a que se han intentado elaborar otros lenguajes no visuales para poder incluirles, una gran mayoría de quienes padecen esta problemática no saben leer braille a través de sus manos.
Ni la globalización ni la educación han logrado suplir esta problemática, por lo que un grupo de estudiantes mexicanos apuesta a la tecnología inteligente como solución. Claro, impulsados por la realidad de su país, donde un 85% de la gente no vidente no sabe braille.
De hecho, según los datos brindados por la Sociedad Mexicana de Oftalmología, en el país hay más de dos millones de personas con disminuciones visuales y unas 415,800 con ceguera total. Aunque parezcan números exagerados, estas estadísticas no ponen a México dentro del ranking con países con mayor número de personas con esta problemática.
Cursantes de los últimos años del Tecnológico de Monterrey, han impulsado su proyecto denominado Tap Vision, un novedoso guante smart que dispone de un sensor en los dedos por el que, gracias a la inteligencia artificial, traduce los puntos distintivos del braille en una oración por audio que se podrá escuchar por altavoz o por auriculares.
Esta traducción del braille a la lengua nativa de quien lo necesite se podrá escuchar por un altavoz o auriculares. Quizás los más entusiastas opinen que se trate de los primeros pasos de la humanidad a otro tipo de inteligencia, aunque eso es un capítulo digno de otra historia.
Los propios inventores de este guante, Claudia Rivera, Luis Ramos, Darío Aguilar, Mildred Naranjo, Erik Urrutia y Yajairo Zavala se encontraban realizando prácticas obligatorias en el Instituto para Ciegos y Débiles Visuales Ezequiel Hernández Romo, donde dieron cuenta de la necesidad de una herramienta tecnológica que ayude a sus compatriotas.
En un comienzo apuntaban únicamente a los niños y niñas, pero con el paso del tiempo y a medida que fueron conociendo la temática, descubrieron que son millones de personas las que quedan excluidas de los estudios o que no pueden transitar la calle con cierta normalidad por su incapacidad.
Así fue que reunieron sus conocimientos en Mecatrónica, Mecánica Eléctrica, Biotecnología y hasta Finanzas, con el objetivo de desarrollar un objeto inteligente que mejore la calidad de vida de los no videntes. Ahora, tras superar la fase de pruebas, quieren patentar el invento y poder darlo a conocer en el mercado, aunque estiman que eso demorará poco más de un año. El apuro, claro, está en la intención de los jóvenes, que buscan “erradicar el analfabetismo en personas con ceguera. Que tengan la oportunidad de estudiar”, concluyó Ramos al propio portal de la universidad.