La gran sequía y falta de agua que sacude al mundo no es una excepción para la Argentina. De hecho, los investigadores del Sistema de Información sobre Sequías para el sur de Sudamérica (SISSA), demostraron que más de la mitad del país (51,4%) se encuentra sufriendo una sequía atroz que ha generado diversos estragos en la región.
Esto se traduce en casi 180 millones de hectáreas en riesgo por la falta de agua, una cifra que se incrementa a pasos agigantados si se tiene en cuenta que mes a mes este número suma 10 millones de hectáreas más. De hecho, también explicaron que el periodo entre el 2020 y el 2022 fue el más seco de toda la historia argentina.
IMPACTO AMBIENTAL DESMEDIDO
Para Greenpeace, “la crisis climática ya es una realidad en Argentina y la sequía es uno de sus impactos más palpable. Junto al fenómeno de La Niña aumentan las condiciones para que sucedan eventos climáticos cada vez más graves”.
La mala acción humana relacionada a la contaminación, deforestación y otros comportamientos nocivos aceleran el cambio climático, aportando al calentamiento global. La sequía no es más que una consecuencia de esto, con graves impactos ambientales.
En los últimos años hemos sido testigos de un fuerte desmonte salvaje desde el noroeste de Argentina hastaprovincias como San Luis, Córdoba, así cmo también de incendios en el NOA (noroeste argentino), el NEA (noreste argentino) y en el sur del país, en zonas como Bariloche o El Bolsón, ubicadas en Río Negro.
Esto sin dudas ha generado una fuerte desmejoría de los ecosistemas nativos, que se han visto ultrajados por las llamas primero y por la falta de agua después. Cabe destacar que no existe vida sin agua y viceversa. Además, los suelos deforestados y en condiciones de sequía pierden su capacidad de absorber carbono, por lo que este queda libre en la atmósfera, aumentando aún más el Calentamiento Global.
Se estima que a nivel mundial el 25% de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) liberados en la atmósfera provienen del mal manejo del suelo, dentro de los que no solo entran las grandes sequías, sino también la utilización de fertilizantes químicos.
Esto a su vez se traduce en peores condiciones de vida para las personas, como así también en la falta de alimento, ya que no crecen las siembras y tampoco sobreviven los animales nativos, lo que principalmente afecta a aquellas personas de bajos recursos que habitan la zona.
“En Corrientes, entre el 50 y el 60% de la provincia está siendo golpeada por la sequía, y tenemos un déficit hídrico importante. Varios pequeños productores que solo tienen tres o cuatro vacas nos dijeron ‘tuvimos que dejar nuestras vacas porque no tenemos agua, o beben ellas o bebemos nosotros’. Los efectos climáticos *extremos* están perjudicando a los sectores más vulnerables, pero la sociedad no lo ve. Se mira sólo los incendios o la sequía, y no lo que hay detrás”, expresó el ambientalista y activista ambiental correntino, Luis Martínez.
PÉRDIDA A NIVEL ECONÓMICO Y COMERCIAL
Esta pérdida de las condiciones de la tierra se traduce en un déficit de los recursos necesarios para un suelo fértil y productivo. Por lo que esto afecta directamente la capacidad del campo y por lo tanto una fuerte reducción en los niveles de exportación y por lo tanto la pérdida de la recaudación de los impuestos que el Estado le exige a este sector.
De hecho, según los informes realizados por la Gerencia de Estudios Económicos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Fundación INAI se prevé una pérdida de US$ 14.100 millones de dólares, de los que unos US$ 4.739 millones corresponderían al Estado Nacional. Es decir, que si no se toman cartas en el asunto, además de reducir la capacidad de producción también se va a incrementar la crisis económica en la región.
LA DIMENSIÓN DE LA SEQUÍA
Recapitulando la magnitud de la sequía en grandes números podemos considerar lo siguiente, de acuerdo al análisis de SISSA.
El 45,5% o 1.140.408 km2 no presentan por el momento situaciones de estrés hídrico. O sea, se encuentra en un estado “no seco”.
Del total del área afectada, el 22,2% (555.812 km2) se encuentra atravesando una sequía moderada, mientras que el 14,4% (360.466 km2) está en una situación de sequía severa, el 7,4% (186.148 km2) y el 1,57% (39.384 km2) en sequía excepcional.
Por otra parte, el 8,9 por ciento (222.939 km2) se encuentran en un proceso “anormalmente seco”.
Estas cifras se ubican por debajo de lo estipulado por la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, que en su último informe publicado en diciembre estimó una superficie afectada por la falta de humedad de 1.649.481 km2.Sin dudas esta sequía está generando diversos problemas a nivel región, lógicamente la cuestión ambiental es determinante, pero hace falta también mirar de manera integral. En otro sentido, también se suman como principales damnificados son aquellos sectores empobrecidos que habitan la zona, como así también los ingresos generados a nivel país. ¿Hay sequía en tu región?