Para que la industria cambie y que la oferta sustentable pueda crecer al mismo nivel que la demanda social es necesario que quienes se animen a emprender lo hagan desde una perspectiva ambiental.
En esta oportunidad, conscientes de la necesidad de seguir innovando, pero también de las particularidades de este proceso en Argentina, desde Utopía Urbana presentamos dos alternativas reales y nacionales que ofrecen productos con un valor agregado, pero con una misma orientación: un enfoque sostenible.
Una de ellas es Grün, que surge de la necesidad de encontrar tiendas amigables con el medio ambiente, ya sea desde la calidad de los productos hasta la manera de venderlos.
La otra, Sorbentables, busca reducir la contaminación de los plásticos utilizados en los sorbetes, una de las fuentes más cotidianas de contaminación de los lugares de comida.
Ambos casos pretenden satisfacer una demanda que, hasta el día de hoy, constituye una incógnita para la sociedad en general, pero todo da a entender que crecerá aceleradamente en los próximos años. Entre las casualidades de ambos casos, resulta que tuvieron origen durante la pandemia, bajo el impulso de la población de cambiar algunos hábitos poco saludables. Conozcamos un poco más de ellos.
Grün: mercado sustentable
Quien no se ha preguntado en más de una oportunidad qué tan necesario es consumir plásticos de un solo uso y aún peor, por que nadie vende las cosas sin plástico. Esta misma pregunta tuvieron los creadores de Grün por el año 2020 en la ciudad de Santa Fe (Argentina). Y por ello fueron más allá, contemplando una variedad amplia de productos.
“Lo que primero surgió fue el interés por las problemáticas ambientales que estamos viendo todos los días por el impacto que estamos generando los seres humanos en el ambiente”, contaron desde Grün. Fue esa semilla la que llevó a este ingeniero industrial a volcar su profesión a la posibilidad de vincular lo económico a un deseo personal de cambio social con un enfoque sostenible.
“Hay que avanzar sobre lo concreto, lo palpable y real que es la reducción de los residuos que generan nuestros clientes en el hecho de comprar productos más amables y amigables con el planeta en cuanto a los componentes que tienen los mismos, a su packaging”, expresó.
Es que Grün tiene la posibilidad de que los clientes compren algunos de sus productos a granel, y poder reutilizar los envases plásticos que, de no ser así se convertirían en basura.
Por otra parte, buscan poder avanzar hacia la generación de una verdulería agroecológica, para brindar una opción que no solo sea saludable para el consumo humano, sino también que impulse nuevos modelos productivos en la región.
En estas tiendas, que hacen envíos a casi todos los puntos del país, las personas pueden encontrar toda clase de alimentos de producción artesanal y diversos relacionados a la sustentabilidad, pero por sobre todas las cosas un par de dueños comprometidos con la causa: “Lo que más nos motiva es el aporte en la generación de conciencia en el cambio de consciencia para que todos seamos más responsables y podamos cuidar e impactar de una forma más positiva en el ambiente”.
Sorbentables
Parece absurdo que algo tan simple y evitable como los sorbetes sean uno de los principales generadores de la basura y microplásticos que terminan en el fondo del océano. Lejos de las quejas, los socios participes del emprendimiento vieron la oportunidad de impulsar un modelo de negocios que proteja el medio ambiente y ofrezca una alternativa reciclable a los sorbetes tradicionales.
Alineados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y a la Agenda 2030 de la ONU, Sorbentables busca brindar una solución a la prohibición y expendio de sorbetes de plásticos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La solución que encontró la joven pareja fue el bambú: “En la Argentina se sabe muy poco acerca del bambú. Se piensa que hay pocas especies, pero hay más de mil cuatrocientas. Empezamos a investigar y a ver cómo perfeccionar el producto”.
“Una vez que la caña ingresa al taller, luego de la recolección, se procede con el fraccionamiento. Luego del proceso de esterilización, que no emplea ningún producto químico, se las deja secar al sol naturalmente. Al no hacer uso de ninguna máquina (para reducir la huella de carbono) y preservar el material, este proceso puede demorar entre siete y diez días, dependiendo siempre del clima”, explicaron a Utopía Urbana.
Los sorbetes se pueden comprar por unidad, en kits junto a un cepillo y una bolsa de tela ecológica para transportarlos y a granel pudiendo personalizarse. Aunque la experiencia les ha demostrado que con buenos cuidados pueden llegar a durar una década, desde Sorbentables sugieren usarlos en un lapso de hasta 18 meses y hacer una limpieza regular con agua y vinagre.