Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Una práctica que busca que los edificios tengan vegetación en sus techos para generar un impacto positivo en el medio ambiente y la vida en las ciudades.

En los últimos años, el desarrollo de  los techos verdes tomó fuerza y, de a poco, se va replicando y generando debates en diferentes ciudades del mundo que tienen a la sustentabilidad ambiental como un eje principal en su desarrollo urbano. Ciudades como Copenhague, París, Tokio, Londres o Hamburgo son ejemplos de cómo desandar este camino, en el que las políticas ambientales tienen un rol importante. 

Cuando se habla de techos verdes o ecológicos se hace referencia a techos de construcciones cubiertas por vegetación de manera total o parcial. La vegetación puede crecer mediante la aplicación de un sistema artificial compuesto por capas que cumplen distintas funciones como irrigación, drenaje y barrera para que las raíces no penetren en el suelo.

En muchos casos, la vegetación de los techos está acompañada por tecnologías para la generación de energías limpias para el suministro del hogar o edificio. Principalmente son utilizados paneles o módulos fotovoltaicos de generación de energía solar

Los beneficios de estos innovadores techos impactan en las dinámicas de la sociedad y de las personas que viven en la propiedad, además del entorno ambiental. Estos puntos favorables son diversos y numerosos:

  • Reducen el riesgo de inundaciones y alivia la carga del sistema de desagües municipal.
  • Reducen el calor generado por los edificios y oxigenan el ambiente del edificio y, en conjunto, de la ciudad. Instalados en buena cantidad dentro de zonas urbanas densamente pobladas es notable su incidencia.
  • Reducen la contaminación del aire con la captación de gases.
  • Actúan como barreras acústicas para la edificación.
  • Pueden ser utilizados como área recreativa o para cultivos.
  • Generan puestos de trabajo.
  • Reducen costos para los habitantes del hogar o edificio. Ya que ayudan a climatizar el ambiente, permitiendo la reducción del uso de calefacción y aire acondicionado. Y, si generan energía solar, también generan ahorros en energía eléctrica.

El exitoso caso de Hamburgo

Esta novedosa práctica promovida por el ecologismo, fue tomada por algunas ciudades en el mundo para desplegar políticas de incentivo a su instalación, principalmente en zonas de alta concentración de edificios.

En el caso puntual de Europa, continente en el que más se avanzó en esta lógica, hay una gran variedad de casos y maneras de impulsarlo. Un ejemplo de estas políticas es la ciudad de  Hamburgo, Alemania. Donde el Ministerio de Medio Ambiente, Clima, Energía y Agricultura está impulsando un programa que invierte € 3 millones hasta 2024 para cumplir el objetivo de que se instalen techos verdes en, como mínimo, el 70% de los edificios nuevos. 

Por otro lado, cuando el programa fue creado en 2014, se fijó la meta de promover por lo menos 100 hectáreas (ha) de techos verdes hasta 2024. 

Hasta el 2020 Hamburgo había pasado de tener 80 ha de techos verdes en 2014 a contar con 168 ha. De modo que se podría describir como una medida exitosa a la cual todavía le queda mucho por crecer.

Respecto a las características del programa, aplica diversos incentivos basados en subsidios para cubrir partes considerables de los costos, dependiendo de la situación económica del propietario y la dimensión de la edificación. También se incluye la reducción del 50% en la tarifa correspondiente al manejo de aguas pluviales.

La Ley de Techo y Terrazas Verdes en Buenos Aires

En Latinoamérica, el avance es más lento pero ya existen algunos casos a remarcar. Por ejemplo, en 2012, antes incluso que la iniciativa alemana, en Buenos Aires, Argentina, se aprobó una ley que, mediante deducciones de impuestos, incentiva la instalación de techos y terrazas verdes en la ciudad.

Los impuestos que se deducen corresponden a derechos de delineación y construcción para nuevas edificaciones y de alumbrado, barrido y limpieza para construcciones ya existentes.

Esta ley es de avanzada pero no cuenta con una difusión suficiente para poder ser aprovechada por las constructoras y las personas, que muchas veces no saben de su existencia. 

Además, el ahorro que produce no es tan determinante como en el caso de Hamburgo, por eso podría ser interpretada como un primer paso para desplegar un programa más amplio y beneficioso.

Las vueltas de la historia

Una de las denominadas 7 maravillas del mundo antiguo podría interpretarse como uno de los primeros ejemplos de techos verdes de la historia: los Jardines Colgantes de Babilonia

Según la poca literatura que habla de ellos, fueron una serie de terrazas elevadas y ascendentes con una amplia variedad de especies de plantas que el rey Nabucodonosor II regaló a su esposa porque extrañaba los bosques y las montañas de Persia, su tierra natal. 

Este ejemplo y muchas otras formas de techos verdes que existieron en la antigüedad, nos dan una pauta de la vigencia de este concepto que ahora se percibe moderno y es una tendencia que retoma el camino de la sustentabilidad, uno que nunca debería haberse olvidado.

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