En un contexto de crecimiento urbano acelerado, un estudio reciente del Instituto de Salud Global de Barcelona revela cómo diferentes configuraciones urbanas en Europa impactan en la calidad de vida y la eficiencia energética. Desde las ciudades compactas hasta las verdes de baja densidad, el informe resalta los desafíos y beneficios de cada modelo en términos de salud pública, contaminación y huella de carbono. Las ciudades compactas tienen menor huella de carbono, pero peor calidad del aire, menos espacios verdes y mayores tasas de mortalidad