Esta isla del Pacífico Sur, patrimonio de la humanidad desde 1988, está siendo gravemente afectada por la cantidad de plásticos que llegan año tras año y ya tiene la mayor densidad de residuos de este material por metro cuadrado del planeta. Si bien nadie vive allí por su lejanía, los especialistas detectaron graves impactos en el ecosistema y una situación preocupante que requiere acción inmediata