Sumergiéndonos en el complejo mundo de la inteligencia artificial, el deep learning emerge como una poderosa herramienta que impulsa numerosas aplicaciones cotidianas. Desde la traducción automática hasta la detección de enfermedades, este fascinante campo de estudio está transformando nuestra forma de interactuar con la tecnología. Además lo usamos día a día, quizás sin darnos cuenta.
La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) se erige como un faro de innovación, transformando la realidad con su capacidad única de crear contenido original a partir de datos existentes. Desde el fascinante mundo del arte y la creatividad hasta el análisis de datos en la medicina y la investigación científica, la IAG está desbloqueando nuevas fronteras. Sin embargo, a medida que abrazamos este avance, surge la necesidad crucial de abordar los desafíos legales y éticos que acompañan a esta revolución, garantizando así que la IAG modele un futuro en el que la equidad y la responsabilidad sean tan fundamentales como su capacidad para crear lo inédito