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Cambiar el paradigma de cultivo en Argentina es un proceso lento pero posible. Dejar de lado los insumos químicos y tradicionales es una de las urgencias para frenar la crisis climática. La Red Nacional de Municipios y Comunidades que Fomentan la Agroecología (RENAMA) se dedica a ayudar a municipios y privados a mejorar sus prácticas agrícolas a través de la agroecología y el suelo vivo. Victoria Richter y Emiliano Vitale, integrantes de RENAMA nos cuentan cómo este enfoque promueve la fertilización natural y reduce la contaminación, buscando un equilibrio ecológico que beneficie tanto al medio ambiente como a la salud de los argentinos.

Cambiar el paradigma de cultivo en Argentina es un proceso lento, pero posible. Dejar de lado los insumos químicos y tradicionales es una de las urgencias para poder frenar la crisis climática. No solo por la gran industria contaminante que existe en cada campo que fertiliza utilizando agroquímicos, sino también por la cantidad de venenos que inoculan en las tierras del país. 

En general, los productores buscan un mayor rédito económico sin tener en cuenta el cuidado del suelo y del medioambiente, por lo que desconocen o eventualmente no tienen reparo en la cantidad de productos sintéticos que se insertan en el suelo. Esto no solo genera una excesiva contaminación, sino que también evita la proliferación de colonias vivas que mantengan un equilibrio natural en los campos argentinos. El resultado: muerte y desertificación. 

En los últimos años, con un aumento de las temperaturas globales, cada vez más campos del país empiezan a quedar sumergidos en la desesperación, no solo por la falta de rotación en los cultivos y los malos manejos agropecuarios, sino también por la sobreutilización de estos productos. Son famosos los casos en los que peones y cultivadores han muerto por respirar estos venenos, pero aún así la industria campechana sigue haciendo oídos sordos a una problemática que ellos mismos sembraron. 

Los que no desoyen esta problemática son los cientos de especialistas y militantes de las buenas prácticas del campo que buscan utópicamente cambiar el destino del país. Hablamos de la Red Nacional de Municipios y Comunidades que Fomentan la Agroecología o simplemente RENAMA

Desde allí, los especialistas buscan ayudar a referentes de municipios y del sector privado que empiezan a buscar mejorar las prácticas en sus tierras por medio de la agroecología y el suelo vivo. La base de todo esto es, simplemente confiar en los ciclos naturales para lograr una fertilización en los campos. Es decir, en vez de aplicar nitratos que desertifican y contaminan el agua, darle las condiciones necesarias a la naturaleza para que el ciclo del nitrógeno se da de manera natural y las plantas puedan incorporar los nutrientes por sus propios medios. 

Para esto no solo hay que conocer de monedas de cambio, políticas de exportación o el peso de la soja. Hay que conocer la tierra, las plantas, las bacterias y los hongos. Pero claro, los grandes empresarios no tienen tiempo para eso. El camino rápido es contaminar todo. ¿El peligro? Estamos muy expuestos a estos venenos y nitratos que terminamos ingiriendo en cada alimento que consumimos. 

“Hay un movimiento de pueblos fumigados que empiezan a querer una alternativa frente a lo que son los métodos convencionales del país”, explicó a Utopía Urbana  Victoria Richter, integrante de RENAMA de la institución. Este cambio de paradigma empezó en la ciudad de Rojas en el año 2016. Allí miles de vecinos sufren y consumen el veneno que Monsanto irradia en sus campos y los vecinos están convencidos de que es hora de que la empresa se vaya o modifique sus prácticas agrícolas. “La gente tiene mucha esperanza de poder empezar a abonar un camino diferente”, destacó. 

“El lema de Renama es por la salud, por el campo y por la vida y son los tres pilares que dieron inicio a este programa. Queremos articular con los municipios para empezar a encontrar resoluciones a esta demanda”, explicó Richter. 

PLAN DE ACCIÓN DE RENAMA 

“Queremos unir gente, articular procesos que puedan unir a los reclamos legítimos que tienen los pueblos fumigados”, destacó la especialista. “Es importantísimo lograr generar propuestas para los pequeños productores porque generan un movimiento muy importante. Queremos darles las herramientas para que puedan salir de ese modelo”, agregó Verónica

“Trabajamos también conociendo cuales son los resultados y los indicadores para poder seguir avanzando en ese sentido”, detalló Emiliano Vitale, otro de los integrantes de la agrupación, “una de las principales ventajas de la agroecología es lo económico, con inversiones superadoras en ese sentido. Queremos poder demostrar que hay detalles productivos que hacen que sea mucho más rendidor desde este lugar”

“Así como antes con el tabaco nadie decía nada y hoy los paquetes vienen llenos de calaveras pasa lo mismo con los agroquímicos. En nuestro país no son reconocidos como una actividad peligrosa para el ambiente. Queremos que se dejen de usar agroquímicos en los ríos, al lado de las escuelas o cerca de los pueblos”, destacó Emiliano. 

Para ello además de impulsar esta acción, buscan fomentar el empleo local y la soberanía alimentaria para generar alimentos de mejor calidad y más nutritivos. Asimismo, otra de las tareas es poder tener  indicadores de salud y ambientales (reducir fumigaciones con agrotóxicos)- Esto solo se da con quienes realmente desean  trabajar con la agroecología consiguiendo “un  intercambio de experiencias, sinergias productivas, red semillas, consultorio en red campesino campesino, trabajo con instituciones nodos, asesoramientos planificación de políticas públicas y asesorías técnicas”

SITUACIÓN EN ARGENTINA

“La mayor producción en Argentina se hace sobre tierra alquilada y eso hace que lo que primero sea un retorno inmediato y no el cuidado del medio ambiente”, explicó Vitale.  “Es muy importante pensar de dónde viene lo que comemos, por eso también pensamos en los consumidores, en poder educarlos y concientizarlos”

En la actualidad argentina no tiene un debate legislativo sobre estas cuestiones. De hecho, la obsesión de los dirigentes por llamar a las inversiones extranjeras no se debate la utilización de nuestros campos de forma respetuosa con el medio ambiente, sino que se invita a utilizar un modelo extractivista matando todo a su paso. 

Cabe destacar que, todos los productos realizados por medio de la agroecología tienen una mejor calidad y por sobre todo un mejor sabor. Se sale de la lógica de producir en masa para darle mayor entidad a la calidad de estos alimentos. 

El panorama es oscuro y cada vez parece más lejos la transformación  de los grandes productores. Sin embargo, desde RENAMA confían en hacer una red de productores locales que empiecen poco a poco a cambiar la perspectiva de un país entero y por sobre todas las cosas su salud. 

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