La aviación es una de las industrias más contaminantes del mundo, contribuyendo significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero. Según la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), la aviación representa alrededor del 2% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO₂). En un contexto de creciente preocupación por el cambio climático, la necesidad de descarbonizar todos los sectores, incluida la aviación, se vuelve imperativa.
Es en este escenario en el que emergen alternativas de movilidad aérea sostenible en los últimos años como los EVTOLs (aeronave o avión eléctrico de despegue y aterrizaje vertical) o bien nuevos desarrollos relacionados a los aviones convencionales, pero dejando de lado la conocida motorización a combustión. Esto último abre la puerta a los motores eléctricos para aviones como una solución prometedora. Esto es clave, porque la transición hacia la aviación eléctrica no solo puede reducir drásticamente las emisiones, sino que también puede establecer un precedente para otras industrias dependientes de combustibles fósiles.
Los aviones tradicionales, impulsados por combustibles fósiles, generan una cantidad considerable de emisiones contaminantes. Estos incluyen dióxido de carbono (CO₂), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas, que no solo contribuyen al cambio climático, sino que también afectan la calidad del aire y la salud pública. Además, el proceso de extracción y refinamiento de combustibles fósiles acarrea sus propios impactos ambientales negativos. La aviación eléctrica, por lo tanto, no solo reduce las emisiones durante el vuelo, sino que también tiene el potencial de mitigar estos efectos secundarios.
TENDENCIA MUNDIAL DESCARBONIZADA
En los últimos años, se ha observado un creciente interés y desarrollo en la aviación eléctrica a nivel mundial. Empresas reconocidas en el sector como Boeing, Airbus, y startups como Lilium y Pipistrel están invirtiendo en investigación y desarrollo de aviones eléctricos. Los avances en tecnologías de baterías, particularmente las de iones de litio, y en motores eléctricos sin escobillas (BLDC) han sido cruciales para este progreso. Estos motores son más eficientes, requieren menos mantenimiento y son más ligeros, lo que los hace ideales para la aviación.
A su vez, otras compañías han logrado desarrollos sorprendentes. El ejemplo más claro es Alice, el primer avión de pasajeros completamente eléctrico, una aeronave fabricada por la compañía israelí Eviation Aircraft. La misma cuenta con tecnología de baterías similar a la de un automóvil eléctrico, cuenta con capacidad para 9 pasajeros y, además, es capaz de volar durante una hora y media.
AVANCE EN ARGENTINA
Argentina no ha quedado rezagada en esta tendencia global. Un notable avance en el país es la creación del AV-100 e-Power, la primera aeronave propulsada por energía eléctrica en base a litio fabricada en el país. Este proyecto es un esfuerzo conjunto entre el Centro Tecnológico Aeroespacial (CTA) de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y la empresa Aviem Aeronáutica SRL.
El AV-100 e-Power es el resultado de más de tres años de trabajo arduo y dedicado por parte de un equipo de ingenieros apasionados. Claudio Rimoldi, Guillermo Garaventta y Santiago Garaventta Pascual, junto con otros profesionales, han desarrollado este avión experimental de siete metros de largo, capaz de transportar a dos personas y una carga útil de hasta 180 kilos con una autonomía de vuelo de una hora.
El proyecto ha recibido un subsidio del Programa Potenciar Economía del Conocimiento, impulsado por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. Este financiamiento ha sido crucial para avanzar en la investigación y desarrollo de tecnologías de propulsión eléctrica en aviones.
Uno de los desafíos más significativos en el desarrollo de aviones eléctricos es la normativa aeronáutica, que aún está en evolución a nivel mundial. El AV-100 e-Power está clasificado en la categoría experimental, con un certificado de aeronavegabilidad para investigación y desarrollo. Esto permitirá a los ingenieros de la UNLP y Aviem Aeronáutica adquirir valiosa experiencia en la selección y operación de sistemas de propulsión eléctrica, y establecer las bases para la certificación futura de aviones eléctricos en Argentina.
Marcos Actis, decano de la Facultad de Ingeniería, ha destacado la importancia de este proyecto no solo para la aviación, sino también para la transferencia de tecnologías de energías renovables a otras áreas de la industria. La colaboración entre el sector académico y la industria privada es fundamental para el éxito de estos proyectos innovadores.
CAMINO DEL FUTURO
La transición hacia la aviación eléctrica es crucial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático. Desde proyectos de alta escala e inversión, hasta ejemplos menos como el AV-100 e-Power en Argentina no solo demuestran la capacidad tecnológica y de innovación en función de un nuevo enfoque de movilidad , sino que también contribuyen a un futuro más sostenible. A su vez, en el caso de países emergentes, como Argentina, la colaboración entre la academia y la industria, apoyada por políticas gubernamentales, es esencial para avanzar en esta dirección.
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