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Descubre cómo en el estado de Arizona (Estados Unidos), surgió el denominado “Silicon Desert” y se ha convertido en el inesperado epicentro de innovación tecnológica. Con inversiones multimillonarias, la llegada de gigantes como TSMC y el impulso de la Ley de Chips, este desierto desafía a Silicon Valley. En esta nota te contamos su impacto en la economía, el empleo y la educación, revelando un nuevo polo tecnológico que promete cambiar el panorama digital de Estados Unidos.

Imagina un paisaje donde los cactus y el código coexisten, donde la belleza del desierto se encuentra con la innovación digital. Esto es Arizona en Estados Unidos, un punto que rápidamente se convierte en el inesperado núcleo de emprendimientos tecnológicos de vanguardia. Lejos de ser un desierto sin más, han logrado cambiar el refrán. Ya no sacan agua de las piedras, mejor encontrar tecnología programable. 

Con este objetivo, la región de Arizona apodada como el “Silicon Desert” busca desplazar al histórico Silicon Valley. En la actualidad está experimentando una transformación notable en su fisonomía. Esta metamorfosis se ha intensificado desde que el presidente Joe Biden anunció la Ley de Chips, un ambicioso paquete de US$ 280 mil millones para impulsar la producción de semiconductores en los Estados Unidos. 

El líder global en la fabricación de chips, la taiwanesa TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), encabeza este movimiento, invirtiendo aproximadamente US$ 40 mil millones en dos fábricas de última generación.

TSMC fue atraída por Arizona debido a un conjunto de subsidios locales y federales, destacando la prioridad estratégica de reiniciar la producción de semiconductores en los Estados Unidos después de la pandemia de COVID-19. Esta iniciativa busca reducir la dependencia de la industria estadounidense de Asia y contrarrestar la influencia china en un sector crítico para la economía, como ha quedado demostrado en los últimos años.

La construcción de 2 enormes plantas de TSMC, junto con la presencia de 28 subcontratistas en los alrededores de Phoenix, está dando forma a un gigantesco complejo industrial. Este proyecto, denominado “Fab 21”, producirá chips con una increíble finura de 4 o 5 nanómetros, colocando a TSMC en la vanguardia tecnológica junto a Samsung.

La llegada de estas empresas ha generado un crecimiento acelerado en el condado de Maricopa, cambiando rápidamente su paisaje económico. La Universidad Estatal de Arizona ha expandido programas de ingeniería para satisfacer la creciente demanda de talento tecnológico. Además, Intel, otra gigante tecnológica, contribuye a esta iniciativa ofreciendo cursos introductorios en colegios comunitarios para fomentar la participación temprana de talento local.

Este auge tecnológico ha impulsado significativamente el Producto Interno Bruto (PIB) del condado de Maricopa, superando tanto al estado de Arizona como al promedio nacional. Aunque se vislumbra un próspero futuro para el Silicon Desert, hay desafíos, como los retrasos en los planes de TSMC para comenzar la producción.

El surgimiento del Silicon Desert se presenta como un desafío real para la supremacía de Silicon Valley. La combinación de inversiones masivas, incentivos gubernamentales y el auge de la innovación tecnológica está transformando el desierto de Arizona en un imán para empresas líderes en tecnología. Si bien Silicon Valley seguirá siendo un ícono, Silicon Desert emerge como una alternativa atractiva y estratégica en el mapa tecnológico mundial.

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