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Descubrí la historia detrás de Kompost, un emprendimiento argentino de triple impacto que transforma la problemática de la basura en una oportunidad para el cambio. Desde la fabricación de composteras con plástico recuperado de la industria automotriz hasta su compromiso como empresa B, Kompost no solo ofrece soluciones sostenibles, sino que también redefine la forma en que abordamos la gestión de residuos en nuestros hogares. Aquí la visión de la empresa y su fundador Damián Rojas

En medio de la creciente preocupación por la crisis ambiental que enfrentamos, emprendimientos como Kompost se alzan como soluciones innovadoras y comprometidas con el bienestar del planeta. Este proyecto argentino nació como respuesta a la impactante cantidad de basura generada en el país, especialmente la orgánica, que podría convertirse en un recurso valioso mediante el compostaje. En 2018, Damián Rojas, cineasta y fundador de Kompost, se propuso transformar este desafío en una oportunidad, desarrollando composteras urbanas domiciliarias con plástico recuperado de la industria automotriz.

La historia de Kompost es la historia de un emprendimiento comprometido con el concepto zero waste, que busca cambiar la percepción sobre la basura y fomentar prácticas más sostenibles en los hogares argentinos. A través de sus composteras y productos basura-cero, la empresa no solo aborda la problemática ambiental, sino que también se convierte en un referente de éxito en plataformas como MercadoLibre.

La importancia de compostar en casa se revela como un acto revolucionario, una conexión con los ciclos naturales y una oportunidad para reducir significativamente la generación de basura. Los tips proporcionados por Kompost destacan la simplicidad y la magia del compostaje domiciliario, desmitificando el proceso y promoviendo prácticas sostenibles.

El compromiso de Kompost con la sostenibilidad no se detiene en la fabricación de composteras, sino que se extiende al proceso de recuperación del plástico, utilizando residuos de la industria automotriz y dándoles una segunda vida útil. La decisión de convertirse en empresa B refleja el compromiso triple impacto de Kompost, donde la rentabilidad va de la mano con el cuidado del medioambiente y la contribución al bienestar social.

Ser reconocidos como Best For The World en la categoría Medioambiente es un logro que destaca la excelencia de Kompost a nivel internacional. Este emprendimiento no solo se preocupa por vender productos sostenibles, sino que también busca constantemente nuevas formas de generar un impacto positivo, como la reciente campaña de reforestación en colaboración con la Asociación Amigos de la Patagonia.

Aquí te contamos detalles de Kompost en palabras propias de la organización, quiénes nos dieron un panorama de su propósito y compromiso ambiental.

Kompost surgió como respuesta a una problemática ambiental: la basura que generamos en Argentina. El fundador de Kompost, Damián Rojas, es cineasta y mientras estaba desarrollando su tesis de investigación para rodar su ópera prima, Basura, se topó con un dato alarmante: en nuestro país se genera una montaña de basura del tamaño del Aconcagua por año, y la mitad de esa basura es orgánica, es decir, podría volver a la tierra en forma de compost. Al descubrir eso, quiso empezar a compostar en su casa, pero se dio cuenta de que no tenía mucho espacio y que tampoco tenía jardín, como para compostar directo en tierra, así que decidió desarrollar una solución para personas como él, que tienen un interés por cuidar el medioambiente y quieren compostar de forma domiciliaria.

Kompost surgió en 2018 para expandir el concepto zero waste, que en Argentina aún no existía de forma masiva. Si bien el producto estrella de Kompost son las composteras urbanas domiciliarias fabricadas con plástico recuperado de la industria automotriz, comercializamos productos basura-cero para evitar los plásticos de un solo uso y reducir la basura que se genera en cada hogar. El proyecto escaló a pasos acelerados durante la pandemia de coronavirus y se transformó en caso de éxito de MercadoLibre (somos las composteras más vendidas).

Para fundar Kompost, Dami convocó a dos de sus hermanos: Gustavo y Alexis. Juntos fundaron la empresa con una premisa: que fuera federal y tuviera triple impacto. Por eso, desde el comienzo, la sustentabilidad está en el ADN de Kompost, no sólo por el impacto ambiental que tienen los productos en sí, sino por cómo se relaciona con las comunidades.

La industria automotriz es una de las más contaminantes del mundo y utiliza plástico ABS virgen para fabricar auto-partes, como paragolpes, espejos retrovisores y torpedos, entre otros. Como esas piezas deben pasar por altos estándares de calidad, son sometidas a pruebas exhaustivas y si se llega a detectar alguna falla o error, se discontinua toda la línea por una cuestión de seguridad. Todo ese plástico, que ni siquiera pisa la calle, se descarta. Nuestras composteras están hechas de ese residuo plástico, por eso decimos que somos basura. El plástico recuperado de la industria automotriz se chipea y se vuelve a inyectar para transformarse en la materia prima de nuestras composteras y vuelven a tener una segunda vida útil.


Compostar en casa es un pequeño acto revolucionario. En un mundo fast, donde prima lo express y lo inmediato, nos permite conectarnos nuevamente con los tiempos poderosos y fascinantes de la naturaleza. Por un lado, el compostaje domiciliario nos ayuda a reducir un 50% la basura que generamos y, por otro, al separar los orgánicos, nos permite observar con detenimiento qué estamos consumiendo. Cada vez que compostamos, evitamos tirar a la basura orgánicos húmedos y secos que pueden volver a la tierra y transformarse en abono para las plantas, huertas y jardines. No solo obtenemos un humus rico en nutrientes, sino que además reducimos nuestra huella de carbono, evitamos el transporte innecesario de kilos y kilos de basura, y cuidamos al medio ambiente, evitando la producción de gases de efecto invernadero en los rellenos sanitarios a cielo abierto. 

Tips: 

  1. Perderle el miedo y desterrar mitos. Si el compost está bien hecho, no genera olores desagradables ni atrae insectos. Es pura vida y pura magia. No requiere mucho espacio y se puede hacer incluso en un monoambiente.
  2. Mantener un buen equilibrio de orgánicos húmedos y secos: por cada parte de orgánicos húmedos, recomendamos 1 o 2 partes de orgánicos secos.
  3. Cubrir siempre la superficie del compost con material seco, de esta forma evitamos las mosquitas de la fruta.
  4. Airear bien: el compostaje es un proceso aeróbico, por eso es muy importante revolver bien al menos una vez por semana. Nosotros desarrollamos un aireador para facilitar la tarea.
  5. Recuperar y usar el líquido que decanta del proceso: se llama lixiviado, se rebaja en 10 partes de agua y es un fertilizante natural, orgánico, excepcional.

Fue un proceso de mucho autoconocimiento y autoevaluación: tener el compromiso de acercarnos cada vez a nuestra mejor versión es desafiante. Kompost, por definición, es una empresa de triple impacto, es decir, no sólo perseguimos la rentabilidad del negocio, sino que cuidamos con mucho recelo su impacto ambiental y social. Para nosotros no hay negocio posible sin intención de co-crear un mundo mejor, más respetuoso con las personas, las comunidades y el planeta. Si crecemos, lo hacemos con propósito.

Durante todo el proceso fue clave el acompañamiento de Jará, una consultora de triple impacto que ayuda a empresas como nosotros a obtener la certificación. Ser empresa La B no solo nos ha abierto muchas puertas y oportunidades, sino que además nos identifica de forma global.

En este sentido, cada día pensamos y re-pensamos de qué modo podemos seguir generando impacto positivo. Creamos alianzas y sinergias y nos ocupamos de los temas que nos preocupan. Ayer, por ejemplo, lanzamos una campaña con la Asociación Amigos de la Patagonia y vamos a donar un árbol nativo por la compra de cada compostera customizada por la artista Josepinta con un objetivo concreto: reforestar el bosque andino-patagónico.

¡Fue una sorpresa enorme! Todavía no lo creemos. Cuando certificamos como Empresa B, lo hicimos con mucha responsabilidad, más allá del puntaje, como modo de medir lo que hacemos y lo que medimos quéque hacemos. Obtener la B fue un logro enorme, un camino de ida. Nunca pensamos que el mismo año de recibir la certificación también íbamos a recibir el reconocimiento Best For The World, que reúne a las empresas con mejor puntaje de certificación. Kompost es una de las mejores empresas para el mundo en la categoría Medioambiente, pero lo mejor de todo es que representa a la Argentina en una lista de empresas internacionales muy prestigiosas y con propósito.

Trabajar en el triple impacto es clave para co-crear el mundo que queremos habitar, con mayores oportunidades para las comunidades y mayor respeto por los ecosistemas. En nuestro caso, el triple impacto no solo es el propósito y el camino, sino nuestra filosofía de vida y nuestra forma de hacer negocios.

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