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El 83% de la población mundial vive bajo cielos contaminados. Este fenómeno deriva del excesivo uso de iluminación artificial, cuyo brillo y resplandor excesivo producido se dispersa en la atmósfera y contamina el cielo nocturno, afectando la calidad de vida y el equilibrio natural urbano. Conoce las ciudades con mayor contaminación lumínica y cual es el impacto de este fenómeno.

Con la expansión incesante de las ciudades se han devenido una serie de problemas modernos que con el paso del tiempo se ha demostrado que afectan a las personas, pero también a la flora y fauna urbana y local. Un ejemplo de ello es  la contaminación lumínica, un fenómeno que tiene un impacto significativo en la calidad de vida de la población y en el equilibrio natural de las ciudades, generando preocupaciones tanto a nivel ambiental como de salud.

La contaminación lumínica se refiere al brillo y resplandor excesivo producido por la iluminación artificial que se dispersa en la atmósfera y contamina el cielo nocturno. Los efectos negativos de esta contaminación son diversos y abarcan desde la alteración del ciclo del sueño y los ritmos biológicos hasta el trastorno de los ecosistemas y la fauna nocturna.

Según la Asociación Internacional del Cielo Oscuro (IDA), todo el mundo tenía acceso a un cielo nocturno estrellado hace menos de 100 años. Estudios recientes sugieren que el 99 % de la población estadounidense y europea vive bajo cielos nocturnos contaminados por la luz.

Esto se traduce en que más de un 3% de la población mundial nunca en su vida va a poder ver la vía láctea por la contaminación lumínica de las ciudades. Lo que no solo afecta su capacidad de dormir, sino también la posibilidad de conocer lo que hay en el cielo más allá del reflejo de la luz artificial. 

La situación, además de aquellas personas que no tienen acceso al cielo nocturno, los estudios indican que el 83% de la población mundial vive bajo cielos contaminados, el 99% en Estados Unidos y Europa. En la misma línea se sitúan los casos de Kuwait, donde el 98% de la población vive bajo un cielo extremadamente brillante, Qatar (97%), Emiratos Árabes Unidos (93%) o Arabia Saudita (83%), países con una gran presencia de una industria que requiere de una ingente cantidad de iluminación para continuar su trabajo por la noche: la petrolera. 

En términos de calidad de vida, la exposición constante a la luz artificial durante la noche afecta directamente el descanso y la salud de las personas. La sobreexposición a la luz artificial dificulta conciliar el sueño, puede provocar insomnio y desequilibrios en los ritmos circadianos, afectando así el bienestar general y la calidad de vida de los habitantes urbanos.

Además, la contaminación lumínica tiene un impacto negativo en el medio ambiente ya que la luz artificial en exceso altera los patrones de comportamiento y hábitos de la fauna nocturna, afectando su reproducción, alimentación y migración. También disminuye la visibilidad del cielo estrellado, limitando la conexión con la naturaleza y privando a las personas de un elemento cultural y estético importante.

Más allá de la realidad citada a nivel de continentes, también existe un listado de ciudades dispersas en todo el mundo con una situación más crítica en materia de contaminación lumínica. En ese sentido, además de las ciudades del golfo arábigo pueden agregarse principalmente varias urbes asiáticas y una de Estados Unidos seriamente afectadas por esta problemática.

  • Hong Kong, China: Con una densidad poblacional muy alta y una gran cantidad de edificios y publicidad iluminada, Hong Kong ocupa el primer lugar en el ranking de ciudades con mayor contaminación lumínica.
  • Singapur: Como una de las ciudades más modernas y desarrolladas del mundo, Singapur cuenta con una intensa iluminación artificial en sus calles, edificios y zonas turísticas, contribuyendo así a altos niveles de contaminación lumínica.
  • Tokio, Japón: Con una gran cantidad de luces de neón, publicidad luminosa y una activa vida nocturna, Tokio se encuentra entre las ciudades con mayor contaminación lumínica del mundo.
  • Seúl, Corea del Sur: Seúl es conocida por su vibrante y colorida iluminación nocturna, pero esto también genera altos niveles de contaminación lumínica en la ciudad.
  • Las Vegas, Estados Unidos: Como uno de los destinos turísticos más populares del mundo, Las Vegas se caracteriza por sus brillantes luces y espectáculos nocturnos, lo que la sitúa en el ranking de las ciudades con mayor contaminación lumínica.

Estos ejemplos ilustran la necesidad de abordar la contaminación lumínica en las ciudades y promover un uso responsable y eficiente de la iluminación artificial. Mediante la implementación de regulaciones adecuadas, el fomento de la conciencia pública y la adopción de tecnologías de iluminación más eficientes, es posible reducir los efectos negativos de la contaminación lumínica y mejorar la calidad de vida en las ciudades.

Para combatir la contaminación lumínica y promover entornos nocturnos más saludables, es importante considerar las siguientes medidas:

  • Regulación y planificación: Establecer regulaciones y normativas que limiten la intensidad y el uso innecesario de la iluminación artificial en áreas residenciales, comerciales e industriales. Una planificación urbana adecuada puede contribuir a la reducción de la contaminación lumínica al asegurar un diseño eficiente y direccional de la iluminación.
  • Iluminación inteligente: Implementar tecnologías de iluminación eficientes que minimicen el desperdicio de luz y reduzcan la dispersión hacia el cielo. El uso de luces direccionales, reguladores de intensidad y sensores de movimiento puede ayudar a optimizar el consumo de energía y limitar la contaminación lumínica.
  • Educación y concienciación: Informar a la comunidad sobre los impactos negativos de la contaminación lumínica y promover prácticas responsables en el uso de la iluminación artificial. Fomentar la apreciación de la oscuridad natural y la importancia de preservar el cielo estrellado puede generar un cambio de actitud en la sociedad.
  • Diseño de iluminación sostenible: Integrar el diseño de iluminación adecuado en la planificación urbana, priorizando la iluminación direccional y evitando la sobreiluminación innecesaria. El uso de tecnologías LED de bajo consumo energético y la adopción de sistemas de control inteligentes pueden contribuir a reducir la contaminación lumínica.
  • Cooperación internacional: Fomentar la colaboración entre ciudades, organismos internacionales y expertos en el tema para intercambiar mejores prácticas y desarrollar estrategias comunes para abordar la contaminación lumínica a nivel global. Compartir conocimientos y experiencias puede acelerar el progreso en la reducción de la contaminación lumínica y promover soluciones más efectivas.

La mitigación de la contaminación lumínica requiere un esfuerzo conjunto de gobiernos, comunidades, empresas y ciudadanos. Al tomar medidas para reducir la emisión de luz innecesaria y promover una iluminación responsable, podemos preservar la oscuridad natural, proteger la biodiversidad nocturna y mejorar la calidad de vida en las ciudades.

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