En un destacado avance en la intersección entre la tecnología y la sostenibilidad, un equipo de investigadoras de la provincia de San Juan (Argentina) ha desarrollado un supercapacitor revolucionario utilizando residuos de la industria del cannabis medicinal. Arminda Mamaní, Maria Sardella y Pamela Ramos, junto a colegas de la ciudad de Olavarría (Buenos Aires), lideran este proyecto que podría tener un impacto significativo en la industria de la electromovilidad.
CANNABIS Y TECNOLOGÍA VERDE
Este equipo de mujeres emprendedoras ha creado un supercapacitor con características sobresalientes utilizando carbón activado derivado de las hojas y tallos del cáñamo industrial. Con una capacidad de almacenamiento impresionante de 2,87 faradios, superando significativamente a los comerciales estándar de 1 faradio. Este componente electrónico podría ser el puntapié para una transformación clave en la industria de los autos eléctricos y más allá.
APLICACIONES PRÁCTICAS
El supercapacitor desarrollado por estas científicas sanjuaninas no solo se destaca por su capacidad de almacenamiento, sino también por su versatilidad. Este dispositivo se puede utilizar eficientemente en autos híbridos o eléctricos, proporcionando una cantidad constante de energía y complementando el sistema de frenado. Además, su aplicación se extiende a computadoras, donde puede ofrecer energía rápida durante caídas de tensión para mantener el funcionamiento del sistema.
ENFOQUE AMBIENTAL
La investigación de Mamaní, Sardella y Ramos no solo busca innovar en la tecnología, sino también abordar problemas ambientales. Al utilizar las partes desaprovechadas de la planta de cannabis, como hojas, tallos y raíces, que actualmente carecen de explotación comercial, el proyecto tiene como objetivo reducir el impacto ambiental de la electromovilidad y disminuir la dependencia de combustibles fósiles.
Para realizarlo usan el famoso carbón activado, un material poroso, inicialmente diseñado para retener compuestos, se ha convertido en un recurso valioso en el cuidado ambiental. En este proyecto, el residuo del cannabis se transforma en carbón activado, desencadenando un proceso que implica la deshidratación con materiales con carbono para lograr un material poroso.
DESARROLLO VERDE
El proceso incluye estudiar las capacidades texturales del material, como su porosidad y disponibilidad de superficie interna. A través de la caracterización electroquímica utilizando celdas electroquímicas, se evalúa la capacidad del componente para almacenar energía eléctrica, cuánta energía puede almacenar y durante cuánto tiempo.
Este proyecto no solo destaca por su innovación tecnológica, sino también por su contribución a la sostenibilidad ambiental. En un contexto de crisis climática, iniciativas como estas demuestran que la tecnología y la conciencia ambiental pueden converger para impulsar soluciones vanguardistas. Este supercapacitor, creado por mujeres argentinas, se posiciona como un paso importante hacia un futuro más verde en la industria automotriz y tecnológica.
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