Hacia ciudades inteligentes,
sustentables e inclusivas.

Esta ciudad canadiense se ha convertido en un faro de sustentabilidad urbana, liderando el camino hacia un futuro más verde y resiliente. Desde empoderar a la comunidad hasta metas ambiciosas de energía renovable, Vancouver inspira con su compromiso con la sostenibilidad ambiental.

Vancouver, la joya de la Columbia Británica en Canadá, se ha destacado en los últimos años como una ciudad pionera en la lucha contra el cambio climático y la búsqueda de la sostenibilidad. Un hito fue la creación del Greenest City Action Team en 2009, a partir del cual la metrópoli ha tomado medidas audaces para convertirse en un referente mundial en términos de resiliencia y sostenibilidad ambiental.

Pero la historia puede remontarse más tiempo atrás, ya que desde los años 90, Vancouver ha forjado una rica historia de acción climática, colaborando estrechamente con la comunidad para abordar los desafíos ambientales. Hoy en día, esta ciudad que es la tercera en población en Canadá detrás de Toronto y Montreal, es una urbe reconocida como una de las más habitables y líder en la implementación de cambios para hacer frente a la crisis climática.

El movimiento Greenest City destaca por su enfoque en la comunidad como catalizador del cambio. Este proyecto, iniciado en 2009, involucra a políticos, organizaciones, empresas y ciudadanos comunes en 10 áreas clave de acción. Empower Me, un proyecto destinado a informar a diversas comunidades sobre eficiencia energética, ejemplifica la apuesta de Vancouver por empoderar a sus ciudadanos.

Pero más allá de estas cuestiones, acá te contaremos específicamente sobre 3 aspectos puntuales de esta ciudad de casi 2,4 millones de habitantes del oeste canadiense: energía renovable, sostenibilidad alimentaria y turismo sostenible.

Con la mirada puesta en el futuro, Vancouver se ha propuesto funcionar exclusivamente con energía renovable para el año 2050. El programa Renewable City Strategy abarca desde la instalación de paneles solares hasta la colaboración con compañías eléctricas para implementar redes inteligentes. La inversión de 31 billones de dólares entre 2010 y 2014 ha demostrado el compromiso de la ciudad, generando empleo y avanzando hacia la sostenibilidad. Y eso se profundizó con posterioridad.

Vancouver también se enfoca en reducir su huella de carbono a través del Lighter Footprint Project, que ha involucrado a más de 12.000 personas desde 2011. El proyecto propone ideas innovadoras para abordar la huella de carbono, promoviendo la participación de estudiantes, ciudadanos y autoridades.

Como si fuera un laboratorio ciudadano este proyecto le abre las puertas a su gente para que se apoye en esta situación y encuentre soluciones a la contaminación de una manera participativa. 

La ciudad no pasa por alto la importancia de la alimentación en la sostenibilidad. Proyectos como Victory Gardens están transformando espacios urbanos en huertos, jardines comunitarios y granjas urbanas. La prohibición de desechar residuos de alimentos ha llevado a una gestión más ecológica, reduciendo gases de efecto invernadero y reutilizando residuos como abono.

Aunque Vancouver ha avanzado significativamente, algunos objetivos no se han cumplido en su totalidad. Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) han caído un 12%, lejos del objetivo del 33%. Sin embargo, el actual equipo de gobierno destaca los frutos cosechados y la declaración de una “emergencia climática” en 2022 demuestra el compromiso continuo que se hará extensible por el resto de los años hasta el 2030. 

El impacto del plan sostenible de Vancouver se refleja en el turismo, un sector en auge. Con un aumento del turismo del 30% desde 2011, la ciudad ha demostrado que la sostenibilidad no solo beneficia al medio ambiente, sino también a la economía. El fácil acceso al transporte público y la expansión de infraestructuras amigables con el medio ambiente han convertido a Vancouver en un destino turístico verde.

Podemos decir entonces que Vancouver se erige como un modelo a seguir en la búsqueda de la sostenibilidad urbana. A través de proyectos innovadores, colaboración comunitaria y una visión audaz, la ciudad canadiense demuestra que es posible construir un futuro más verde y equitativo.

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