Ya había sido advertido por el informe anual del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), las condiciones actuales del mundo indican que de no cambiar urgente no se cumpliran los desafíos impulsados para mejorar la calidad de vida de las personas en el mundo.
Esta vez fue la Organización de Naciones Unidas (ONU) la encargada de avisar que el mundo se encuentra en una encrucijada crítica en su búsqueda por lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por dicha entidad para crear un futuro más próspero y sostenible para todos.
Un informe especial de la ONU, titulado “Informe sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2023: edición especial”, advierte que, si no se intensifican de inmediato los esfuerzos para alcanzar estos objetivos, el mundo enfrentará una creciente inestabilidad política, desestabilización económica y daños irreparables al medio ambiente.
PROMESA DE LOS ODS
En 2015, líderes mundiales se unieron para hacer una promesa histórica de garantizar los derechos y el bienestar de todas las personas en un planeta saludable y próspero. Esta promesa se materializó en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que comprende 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) junto a 169 metas y 232 indicadores dirigidos a erradicar la pobreza, proteger el planeta y promover la prosperidad para todos.
Sin embargo, eventos como la crisis climática, la guerra en Ucrania, perspectivas económicas sombrías y los efectos continuos de la pandemia de COVID-19 han puesto de manifiesto deficiencias sistémicas y han obstaculizado significativamente el progreso hacia estos objetivos. Sin contar claro aquellas acciones contradictorias de países como Estados Unidos, India o China que comprometidos con la reducción de emisiones globales tomaron caminos adversos.
A medida que nos acercamos al plazo de cumplimiento de los ODS en el año 2030, el informe presenta un panorama sombrío. De las aproximadamente 140 metas establecidas para alcanzar los ODS, la mitad se encuentran lejos o muy lejos de la trayectoria deseada. Más del 30% de estas metas no han avanzado o, en el peor de los casos, han retrocedido desde 2015.
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto devastador en el progreso hacia los ODS. Tres décadas de reducción constante de la pobreza extrema se han visto paralizadas por la pandemia, y el número de personas que viven en la pobreza extrema aumentó por primera vez en una generación. Además, se estima que 84 millones de niños y jóvenes no tendrán acceso a la educación en 2030 si las tendencias actuales persisten.
En el ámbito de la igualdad de género, el informe revela que el 56% de los países carecen de leyes que prohíban la discriminación directa e indirecta contra las mujeres. El cambio climático también sigue siendo un problema crítico, con el calentamiento global que ya ha superado los 1.1°C por encima de los niveles preindustriales, y se prevé que alcance o supere el punto de inflexión crítico de 1.5°C en 2035. Ni hablar de la perspectiva hacia el año 2100, cuando la temperatura se incrementaría 2,7ºC (rango entre 2,2ºC y 3,4ºC) de seguir con la tendencia actual.
POLICRISIS Y PLAN DE ACCIÓN
Para los especialistas, el mundo se enfrenta a una era de “policrisis”, que incluye conflictos, cambio climático, secuelas persistentes de la pandemia de COVID-19 y otros desafíos globales que amenazan con socavar el progreso hacia los ODS. Aunque la pandemia parece estar disminuyendo, sus efectos económicos y de salud continúan afectando a la humanidad. La recuperación ha sido lenta, desigual e incompleta, y la crisis sanitaria ha revertido los avances en salud global.
En términos de conflictos y derechos humanos, en 2023, más de 110 millones de personas se vieron desplazadas por la guerra, los conflictos y las violaciones de derechos humanos, incluyendo 35 millones de refugiados, las cifras más altas jamás registradas. Las cifras de muertes durante la migración también alcanzaron niveles alarmantes, y la crisis climática continuó empeorando debido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde el informe se encargaron de destacar que la actual necesidad del planeta no podrá sanearse sin la interacción entre los gobiernos y las empresas, pero mucho menos si no existe conciencia social que impulse cambios y modificaciones. Para eso estipulan 5 grandes ejes a considerar:
- Compromiso de los Líderes Mundiales: Los líderes mundiales deben comprometerse a tomar medidas aceleradas, sostenidas y transformadoras en los próximos siete años, tanto a nivel nacional como internacional, para cumplir con los ODS.
- Políticas y Medidas Concretas: Los gobiernos deben promover políticas y medidas específicas para erradicar la pobreza, reducir la desigualdad y abordar la crisis climática, con un enfoque en los derechos de las mujeres y las niñas y la inclusión de los más vulnerables.
- Fortalecimiento de las Instituciones Públicas: Es necesario fortalecer la capacidad y la rendición de cuentas de las instituciones públicas a nivel nacional y subnacional para acelerar el progreso hacia los ODS.
- Financiación y Recursos: La comunidad internacional debe comprometerse a cumplir con la Agenda de Acción de Addis Abeba y movilizar los recursos necesarios para que los países en desarrollo alcancen los ODS.
- Apoyo al Sistema de las Naciones Unidas: Los Estados miembros deben fortalecer el sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo y aumentar su capacidad para abordar los desafíos relacionados con los ODS.
Para los especialistas en la actualidad la humanidad se encuentra en un momento crítico en su búsqueda por lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Si bien los desafíos son enormes, el informe también destaca la posibilidad de un progreso significativo si se toman medidas audaces y se promueve la colaboración entre los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado.
La Cumbre de los ODS programada para septiembre de este año en Ecuador será un momento crucial para que los líderes del mundo renueven su compromiso y tomen medidas concretas para alcanzar estos objetivos vitales. La Agenda 2030 sigue siendo un faro de esperanza, y depende de todos nosotros asegurarnos de que se cumpla plenamente y a tiempo.
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