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La generación de espacios de cemento y concreto en las ciudades sumado a la gran crisis climática y la gran cantidad de emisiones de carbono a nivel mundial generan estas famosas islas de calor que aumentan la temperatura. Conoce como impactan y como actúan los gobiernos para “enfriar” las ciudades

En las bulliciosas zonas urbanas, un fenómeno insidioso está en constante desarrollo: las islas de calor. Estas áreas sufren temperaturas elevadas que superan a las de sus alrededores, todo debido a la intensa actividad humana que las caracteriza. Frente a la realidad de nuestros días, en los que el calentamiento global está más presente que nunca, este tema pasa a tener una mayor notoriedad.

Con grandes zonas urbanas repletas de cemento, el incremento de la temperatura global ha avanzado considerablemente. Pensar en soluciones que ayuden a reducir el agobiante calor es una de las principales necesidades a resolver en las ciudades, especialmente en aquellas de mayor densidad demográfica. 

En ese sentido, el concepto de islas de calor ayuda a entender de mejor manera la necesidad de mitigar el calentamiento. Para ello hay que comprender de qué se trata. Las islas de calor urbanas son zonas en las que la temperatura es más alta que en sus alrededores, debido a la concentración de edificios, carreteras y otros materiales que absorben y emiten calor

Esta acumulación de calor, a menudo exacerbada por la falta de vegetación y la actividad humana, genera un microclima característico. El impacto más notorio de estas islas de calor se siente durante la noche, cuando las temperaturas mínimas son mucho más altas que en las áreas circundantes.

EFECTOS GENERALES 

Los efectos de las islas de calor son profundos y multifacéticos. A nivel general, las altas temperaturas pueden contribuir al agotamiento de recursos energéticos debido al aumento en el uso de aire acondicionado. Además, la contaminación del aire se intensifica, lo que impacta negativamente en la salud respiratoria. Las diferencias climáticas también son notables entre ciudades costeras e interiores, con las primeras experimentando temperaturas más moderadas debido a la influencia del agua circundante.

Investigaciones llevadas a cabo en diferentes países han arrojado luz sobre las complejidades de las islas de calor. En España, un estudio conjunto entre el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja y el Instituto de Salud Carlos III examinó el impacto en las temperaturas diurnas y nocturnas. Descubrieron que el efecto era más prominente en las temperaturas mínimas nocturnas, con diferencias de hasta 11 °C entre el interior de la ciudad y la periferia.

Las consecuencias de las islas de calor afectan directamente la vida diaria de los ciudadanos. Noches incómodas y sofocantes dificultan el descanso, y la exposición continua a altas temperaturas puede aumentar el riesgo de golpes de calor y otros problemas de salud. Además, el aumento en el uso de aire acondicionado contribuye al consumo excesivo de energía y a las facturas de servicios públicos más elevadas.

EXPERIENCIA NORTEAMERICANA: PROYECTO #CoolingCities

En Estados Unidos, el proyecto #CoolingCities se ha destacado como una iniciativa pionera para enfrentar el problema de las islas de calor en varias ciudades. El enfoque principal de este proyecto es la implementación de lo que se llama “superficies inteligentes” en entornos urbanos. Estas superficies incluyen techos y pavimentos frescos, techos verdes, árboles, paneles solares y otros materiales que ayudan a reducir la acumulación de calor en áreas urbanas.

El proyecto ha involucrado a 5 ciudades en EE. UU.: Atlanta, Boston, Dallas, Nueva Orleans y Columbia. Se han llevado a cabo análisis y estudios para evaluar cómo estas soluciones pueden influir en la temperatura y calidad del aire en estas áreas urbanas. 

Un ejemplo notable es el análisis realizado en Baltimore, donde se encontró que las inversiones en estas superficies inteligentes pueden enfriar la ciudad en hasta 5 grados Fahrenheit. Además, se ha demostrado que los ahorros económicos generados por estas inversiones superan significativamente los costos iniciales, llegando a proporcionar más de $10 en ahorros por cada $1 gastado.

Aunque el proyecto enfrenta desafíos como la complejidad de coordinar múltiples jurisdicciones y la cuantificación precisa de los beneficios financieros, la coalición detrás de #CoolingCities, conocida como Smart Surfaces, sostiene que los beneficios de implementar estas soluciones basadas en la naturaleza pueden superar con creces los desafíos.

EXPERIENCIA ESPAÑOLA

En España, los estudios sobre las islas de calor han buscado comprender su impacto en las temperaturas y su relación con la salud pública. El artículo mencionado describe un estudio conjunto entre el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, el Instituto de Salud Carlos III y otras instituciones, que se llevó a cabo en 5 ciudades densamente pobladas: Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Murcia. El objetivo era analizar cómo las islas de calor afectaban las temperaturas diurnas y nocturnas, y qué impacto tenían en la salud de la población.

El estudio encontró que las diferencias de temperatura eran más notables en las temperaturas mínimas nocturnas. Las variaciones promedio de temperatura mínima entre el interior de la ciudad y la periferia oscilaron desde 1,3 °C en Madrid hasta 4,1 °C en Valencia. Incluso se registraron diferencias extremas de hasta 11 °C entre el observatorio urbano y la periferia en algunas situaciones.

Los factores que influyen en la intensidad de las islas de calor son diversos, incluida la densidad de población, la orientación geográfica de la ciudad, la distancia entre observatorios y las características de la vegetación circundante. Además, el tipo de construcciones y los materiales utilizados también juegan un papel significativo.

Tanto en Norteamérica como en España, los esfuerzos por abordar las islas de calor están en marcha. Desde proyectos innovadores que implementan superficies inteligentes hasta estudios detallados sobre los impactos de las islas de calor en la salud y el clima local, estas experiencias muestran la importancia de tomar medidas para enfrentar este desafío climático y mejorar la calidad de vida en las ciudades.

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