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Tras las recomendaciones de la ONU, diversas ciudades han hecho esfuerzos por avanzar hacia la electromovilidad. La capital de Suecia ha logrado avanzar de manera considerable hasta convertirse en un ejemplo de la implementación de la movilidad alternativa. Conoce por qué esta ciudad busca ser carbono neutral para el 2030 y ya cataloga en los primeros puestos del ranking mundial.

En la lucha contra el cambio climático y en línea con los objetivos establecidos en la Agenda 2030 de la ONU, las ciudades de todo el mundo están adoptando medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y promover la sostenibilidad. 

Uno de los pilares clave en esta transición es la movilidad eléctrica, que busca reemplazar gradualmente los vehículos de combustión interna por alternativas más limpias. En este sentido, Estocolmo se ha convertido en un ejemplo destacado al implementar estrategias innovadoras y ambiciosas para impulsar la movilidad eléctrica en la ciudad.

En medio de estos esfuerzos, la ciudad sueca ha fijado un claro objetivo, la carbono neutralidad para el año 2030, dejando de lado todo tipo de combustión no solo en los vehículos estatales, sino también en el entramado de la movilidad particular. 

Para ello desde el gobierno han implementado un metro subterraneo, además han suplantado la utilización de gasoil de los buses por el de bioetanol y, paulatinamente están haciendo la transición hacia los sistemas eléctricos de transporte urbano. 

Además están construyendo nuevos sistemas subterraneos y están desarrollando aun más la industria de combustibles alternativos siempre tratando de plantear una ciudad para las bicicletas y no tanto pensando en los vehiculos a motor. 

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha instado a los países y ciudades a tomar medidas concretas para abordar la crisis climática. En particular, el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) destaca la necesidad de reducir las emisiones de carbono provenientes del sector del transporte, que representa una parte significativa de la huella de carbono global. Para lograrlo, la ONU recomienda el fomento de la movilidad eléctrica y el establecimiento de políticas y regulaciones favorables.

Estos esfuerzos tomados por la ciudad la han puesto entre los líderes de rankings mundiales que destacan las medidas tomadas. Uno de ellos es el Urban Mobility uno de los más importantes a nivel internacional gracias a los esfuerzos mancomunados por convertirse en líder de la electromovilidad. 

ESTRATEGIAS DE ESTOCOLMO

Estocolmo ha adoptado una serie de estrategias integrales para promover la movilidad eléctrica y reducir las emisiones de carbono en la ciudad. Algunas de las principales medidas implementadas incluyen:

  • Infraestructura de carga: La ciudad ha invertido en una amplia red de estaciones de carga para vehículos eléctricos. Estas estaciones están convenientemente ubicadas en áreas de alta demanda, como estacionamientos públicos, centros comerciales y zonas residenciales, lo que facilita la carga para los propietarios de vehículos eléctricos.  Se han instalado estaciones de carga para autobuses eléctricos en diversas áreas de Estocolmo. Estas estaciones permiten la recarga de las baterías de los vehículos eléctricos durante las pausas y el mantenimiento.
  • Incentivos económicos: Estocolmo ha implementado una serie de incentivos económicos para fomentar la adopción de vehículos eléctricos. Estos incluyen exenciones fiscales, descuentos en peajes y estacionamiento gratuito o a tarifas reducidas para vehículos eléctricos.
  • Flota de transporte público eléctrico: La ciudad ha apostado por la electrificación de su flota de transporte público. Los autobuses eléctricos son cada vez más comunes en Estocolmo, lo que no solo reduce las emisiones, sino que también mejora la calidad del aire en la ciudad.Actualmente, ademas de empezar una transición hacia combustibles alternativos, también han elaborado un plan que hoy les permite tener el 30% de su flota totalmente electrica. 
  • Promoción de la bicicleta eléctrica: Estocolmo ha implementado políticas para fomentar el uso de bicicletas eléctricas, como la creación de carriles exclusivos y la instalación de estaciones de carga para bicicletas. Esto alienta a los ciudadanos a adoptar formas más sostenibles de movilidad.

De esta manera podemos decir que Estocolmo ha demostrado un fuerte compromiso con la movilidad eléctrica como parte de su estrategia para abordar el cambio climático y alcanzar los objetivos establecidos en la Agenda 2030

A través de una combinación de infraestructuras de carga, incentivos económicos y la electrificación de su flota de transporte público, la ciudad ha logrado impulsar de manera significativa la adopción de vehículos eléctricos y reducir las emisiones de carbono asociadas al transporte.

La transformación hacia la movilidad eléctrica en Estocolmo no solo tiene beneficios ambientales, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Al reducir las emisiones de gases contaminantes, se mejora la calidad del aire, lo que impacta positivamente en la salud de la población y en la reducción de enfermedades respiratorias.

Además, la movilidad eléctrica en Estocolmo está alineada con los principios de sostenibilidad y equidad social. Los incentivos económicos y la disponibilidad de infraestructura de carga buscan hacer que la adopción de vehículos eléctricos sea accesible para todos los ciudadanos, independientemente de su nivel económico.

Por esta razón no solo se han centrado en la promoción de la movilidad eléctrica, sino que también ha implementado medidas para mejorar la infraestructura ciclista y fomentar el uso de la bicicleta eléctrica como una alternativa de transporte sostenible. Esto se traduce en una reducción del tráfico y una disminución de la congestión vial en la ciudad.

Estamos en condiciones de decir entonces que los esfuerzos de Estocolmo para instalar la movilidad eléctrica en la ciudad son ejemplares y reflejan su compromiso con la lucha contra el cambio climático y la promoción de un futuro sostenible. Al adoptar estrategias que incluyen infraestructura de carga, incentivos económicos y la electrificación de la flota de transporte público, la ciudad ha logrado transformar gradualmente su sistema de movilidad hacia alternativas más limpias y eficientes. Estocolmo demuestra que es posible combinar el desarrollo urbano con la protección del medio ambiente, y su enfoque innovador puede servir de inspiración para otras ciudades que buscan hacer frente a los desafíos del cambio climático y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.

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