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sustentables e inclusivas.

Conocido como el Silicon Valley chino llegó para competirle a los Estados Unidos en la generación de productos electrónicos y terminó cambiando el mercado gracias a su capacidad productiva a un menor costo. Conoce su historia y su relevancia

Avanzar hacia un mundo más inclusivo, conectado y preparado para los desafíos del futuro en todos los sentidos requiere profesionales preparados y poner a la innovación en el centro. Por eso mismo es que los principales líderes del mundo tienen en claro la importancia de desarrollar la idea de la economía del conocimiento

Pero…¿De qué hablamos cuando decimos economía del conocimiento? Básicamente se trata de un enfoque económico que se basa en la generación, adquisición y aplicación de conocimientos y habilidades como un recurso fundamental para el desarrollo económico y social. Puntualmente puede relacionarse con actividades como  software, biotecnología, electrónica y comunicaciones, nanotecnología y soluciones 4.0 (robótica, inteligencia artificial, internet de las cosas -IoT, etc.), entre otras, que pueden ser aprovechadas por todas las ramas de la producción y mejoran la calidad de vida de las personas

En este artículo conoceremos el caso de Shenzhen, una ciudad situada al sur de China, que ha experimentado una transformación asombrosa en las últimas décadas, gracias a la economía del conocimiento. De ser una pequeña ciudad pesquera, se ha convertido en uno de los proyectos más importantes a nivel mundial para el desarrollo de la economía del conocimiento. 

El éxito de Shenzhen no solo radica en su rápido crecimiento económico, sino también en su capacidad para impulsar la innovación y atraer talento de todo el mundo.

El desarrollo del proyecto de Shenzhen se remonta a finales de la década de 1970, cuando se estableció como la primera Zona Económica Especial de China. Esta iniciativa fue diseñada para atraer inversión extranjera y promover el comercio internacional. Aprovechando su proximidad a Hong Kong, se convirtió en un centro para la fabricación de productos electrónicos y de alta tecnología.

Sin embargo, el verdadero impulso de Shenzhen como un proyecto líder en la economía del conocimiento se produjo en la década de 1990 cuando el gobierno chino tomó la decisión estratégica de promover la innovación y la investigación y desarrollo en la ciudad. Se establecieron parques tecnológicos, incubadoras y centros de investigación, fomentando la colaboración entre empresas, universidades y centros de investigación.

El gobierno también implementó políticas favorables para atraer talento y emprendedores, ofreciendo incentivos fiscales, acceso a financiamiento y apoyo logístico. Estas medidas permitieron el florecimiento de empresas de tecnología, startups y centros de investigación en áreas como la electrónica, la inteligencia artificial, la robótica y la biotecnología.

UNA POLÍTICA CON BUENOS RESULTADOS

Los resultados de este enfoque han sido asombrosos. Shenzhen se ha convertido en un importante centro de innovación y emprendimiento a nivel mundial. Empresas de vanguardia como Huawei, DJI, Tencent y BYD han surgido de la ciudad y se han expandido globalmente, generando avances tecnológicos y contribuyendo al crecimiento económico de China.

Además, Shenzhen ha atraído a talento de todo el mundo. Profesionales altamente capacitados y emprendedores han encontrado en la ciudad un entorno propicio para desarrollar sus ideas y proyectos. La diversidad cultural y la colaboración internacional han enriquecido la escena de la innovación en Shenzhen, fomentando un intercambio de conocimientos y experiencias único.

Los beneficios de este enfoque en la economía del conocimiento se reflejan en el crecimiento económico de Shenzhen, ya que gracias a esta situación la ciudad ha experimentado un rápido aumento en su PIB, superando a muchas otras ciudades en China. Además, la inversión en investigación y desarrollo ha generado avances tecnológicos significativos y ha mejorado la competitividad global de la ciudad.

La ciudad ha sido reconocida a nivel internacional y ha atraído la atención de empresas, inversores y emprendedores de todo el mundo. Su modelo de desarrollo basado en la economía del conocimiento ha demostrado ser exitoso y ha establecido un nuevo estándar para otras ciudades que buscan impulsar la innovación y el crecimiento económico sostenibles a través del conocimiento y la tecnología.

Esto ha significado también una guerra económica con los Estados Unidos, que hasta mediados de la década del 2000 lideraba con comodidad esta faceta gracias al Silicon Valley. Sin embargo, este ejemplo chino es una de las más grandes demostraciones de que invertir en conocimiento ciencia no solo es rentable, también es productivo. 

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