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Este municipio entrerriano, que cuenta con una política ambiental de 26 años, desarrolló en conjunto con el CONICET unos impresionantes ladrillos plásticos que dan soluciones al sector de la construcción y su contaminación. Además buscan implementar un biodigestor que transforme los residuos orgánicos en energía eléctrica. Lee está entrevista a su intendente Darío Schneider

Si bien es una realidad que la sostenibilidad se ha convertido en una especie de moda para muchos, pero es una necesidad para todos. Eso lo saben en muchos gobiernos locales  que vienen trabajando esto desde hace décadas. El caso del municipio de Crespo, en la provincia de Entre Ríos (Argentina), es uno de ellos, con una continuidad de su estrategia ambiental de 26 años generando políticas que permitan mejorar la calidad de vida de las personas. 

Durante este tiempo han desarrollado espacios verdes en toda la localidad  cabecera del municipio homónimo, que alberga unos 23 mil habitantes, pero no es lo único que han hecho, ya que durante los últimos años han profundizado en la gestión de los residuos sólidos urbanos, ya sean orgánicos como inorgánicos, buscando darle un nuevo lugar en la sociedad por medio de la economía circular. 

Para ello no solamente trabajan los plásticos por medio del reciclaje y la reutilización, sino que también han avanzado en la construcción sostenible, ya que han creado, en conjunto al CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), una serie de ladrillos plásticos innovadores que permiten reducir la contaminación de la industria de las constructoras. 

Su intendente, Darío Schneider, de profesión arquitecto por lo que conoce los pormenores del oficio, dialogó con Utopía Urbana acerca de este innovador avance que tuvieron en la región: “Este ladrillo hoy lo estamos produciendo y ya es una realidad que podemos mostrar como algo también que de alguna manera hacer conciencia sobre la necesidad o el beneficio de separar los residuos en origen que es como empezamos este proceso”.

Para ello se necesitaron años de investigación, que desembocaron en una iniciativa municipal que busca construir las primeras viviendas de este tipo de material para mediados de este año y esperan poder impulsarlo a nivel nacional. 

Sin embargo no es lo único que han trabajado desde el municipio de Crespo, ya que se han logrado articular con la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC) esperando lograr un Plan Local de Acción Climática que les permita ordenar sus esfuerzos e inversiones de cara a lo que se viene. Además ocuparon el segundo lugar en el ranking de Ciudades con Mejor Estructura de Gobierno Abierto del país.  

Entre las estrategias propias de este tipo de iniciativas se encuentra la transición hacia un alumbrado público sostenible por medio de luces LED, como así también la generación de un biodigestor para generar gas natural y luego convertirlo en energía eléctrica: “Estamos bastante avanzados esperando que este año se termine, ya tenemos la obra civil realizada, ahora estamos haciendo la parte de instalaciones de la cañería de gas con la idea de que vaya gran parte de lo orgánico que se genera en una ciudad para fabricar biogás que se pueda transformar en energía eléctrica”, avisó. 

Conoce más en esta entrevista a Dario Schneider, intendente del municipio de Crespo, provincia de Entre Ríos: 

-¿EN QUÉ SE BASA SU ESTRATEGIA AMBIENTAL?

Lo que contamos cuando vamos a hacer las presentaciones y demás es todo el desarrollo de esta política ambiental es que llevamos 26 años de haber comenzado con esta idea. Es una política de estado donde han pasado distintas gestiones y obviamente depende de la impronta de cada gestión que va tomando mayor o menor relevancia pero se ha podido sostener durante estos años poniendo. 

A nosotros nos tocó profundizar en la planta de tratamiento de residuos que está en el municipio y que tiene allí toda la tarea de recuperación y reciclado y reutilización de los residuos orgánicos como inorgánicos. 

Para eso se hace una recolección diferenciada casa por casa donde se recolectan todos los días en dos zonas diferenciadas. Se recolectan orgánicos e inorgánicos haciendo base en la separación en origen. Para esto hay que hacer todo el tiempo campañas de concientización y estar permanentemente motivando esta necesidad y a partir de allí el traslado con todo el servicio municipal de recolección a la planta para la clasificación. 

Por un lado para hacer el lombricompuesto y el inorgánico a través de una cinta de separación se seleccionan alrededor de 20 productos que se recuperan para comercializar en diferentes tipos de plásticos, cartones, papel, aluminio. 

-¿CÓMO LOGRARON TRABAJAR CON LOS LADRILLOS PLÁSTICOS?

En esta idea siempre estamos inquietos por ver qué más podemos hacer además de separar y comercializar para darle valor agregado a alguno de los productos que vamos recuperando y en algún momento tuvimos noticias de que algún municipio como Junín de Mendoza estaban haciendo viviendas con ladrillos de plástico reciclado. 

Así que nos pusimos en contacto y a partir de allí también nos explicaron que este desarrollo lo hacía el CONICET en su momento y nos pusimos en contacto con ellos y fuimos al Centro de Vivienda Económica que está en Córdoba y que investiga estos temas. 

Habían desarrollado este ladrillo con plástico y arena, cemento y distintos ingredientes que conforman el producto final. Fue en el 2017 que nos pusimos a trabajar y firmamos un convenio con el Conicet. 

“Este ladrillo hoy lo estamos produciendo y ya es una realidad que podemos mostrar como algo también que de alguna manera hacer conciencia sobre la necesidad o el beneficio de separar los residuos en origen que es como empezamos este proceso”

Nos hicieron el seguimiento del proceso y en el 2022 obtuvimos el certificado para construir viviendas con estos ladrillos. Hoy los fabricamos en la planta con los PET y a través de un proceso que llevamos adelante de triturado y hasta la conversión de ese plástico en una escama de 6mm, se mezcla en una proporción con cemento arena y agua y el plástico triturado y se logra conformar este ladrillo que hoy estamos construyendo viviendas.

Es la primera experiencia, creemos que para mayo vamos a tener las primeras viviendas ejecutadas con este ladrillo que va a estar destinado a adultos mayores. En esta idea de romper eso de la economía lineal y pasar a una Economía Circular donde se recupera, se recicla y se reutiliza. 

Este ladrillo hoy lo estamos produciendo y ya es una realidad que podemos mostrar como algo también que de alguna manera hacer conciencia sobre la necesidad o el beneficio de separar los residuos en origen que es como empezamos este proceso. 

-¿QUÉ OTROS PROYECTOS HAN LOGRADO COORDINAR DURANTE LA GESTIÓN? 

Estamos trabajando en otros temas también, tratando de innovar e incorporar nuevas acciones en la política ambiental como es, por ejemplo, la construcción de un biodigestor que busca transformar parte de los residuos orgánicos en gas natural y luego en energía.

 

Por suerte el trabajo está bastante avanzado esperando que este año se termine, ya tenemos la obra civil realizada, ahora estamos haciendo la parte de instalaciones de la cañería de gas con la idea de que vaya gran parte de lo orgánico que se genera en una ciudad para fabricar biogás que se pueda transformar en energía eléctrica a través de la compra y puesta en funcionamiento de generadores que convierten el gas en electricidad y se pueda utilizar dentro de la misma planta. 

-¿QUÉ ROL CUMPLE LA RAMCC EN TODO ESTO?

Este año tuvimos la suerte de participar en la Asamblea Nacional de Intendentes que fue en San Martín de los Ándes, donde pudimos llevar los ladrillos para mostrar la experiencia y esperamos que el próximo año lleguemos a presentar el biodigestor. 

“Tenemos conflictos pero tenemos la idea de trabajar sobre esto y generar acciones para mitigar los efectos”

Tenemos nuestro PLAC (Plan Local de Acción Climática) con distintas acciones que se llevan adelante anualmente para mitigar los efectos de los GEI. Somos una ciudad que tiene muchos conflictos ambientales por eso trabajamos mucho en estos temas. 

Tenemos un parque industrial con más de 60 empresas y tenemos empresas que tienen un gran impacto ambiental pero es algo difícil de erradicar porque son empresas fundadores a raíz de la cual se fundó la ciudad como molinos y frigoríficos. Tenemos conflictos pero tenemos la idea de trabajar sobre esto y generar acciones para mitigar los efectos. Buscamos hacer conciencia dentro de lo que es el sector empresarial que está mucho más propenso a trabajar sobre los temas ambientales porque muchas de estas empresas exportan al mundo y tienen que tener políticas en este aspecto y eso facilita las cosas para estar más dispuesto a generar acciones conjuntas. 

De esta manera buscamos la participación ciudadana para poder meter arbolado urbano donde participa el municipio empresas y ONG con un grupo de voluntariado ambiental que nos permite llevar acciones concretas de concientización e ir sumando al ciudadano en estas políticas ambientales más allá de lo que podamos hacer como municipio también sumar esta participación de los vecinos de la ciudad que es algo muy importante. 

-¿QUÉ DIFERENCIAS SE NOTAN EN RELACIÓN A LA PANDEMIA?

La experiencia del voluntariado ambiental la arrancamos en pandemia, hubo un interés por temas ambientales así que pudimos armar este grupo de voluntariado. Después con el paso del tiempo hubo un poco de desinterés de estas medidas. Hay que aprovechar estas iniciativas y este deseo de participación ciudadana para abrir canales de participación y orientar esa energía positivamente para mejorar en estos aspectos

“Obviamente que han vuelto los niveles de producción de residuos que en pandemia por ahí estuvieron más contenidos y uno veía también como la naturaleza de algún modo se recuperaba terreno en pandemia”

Por eso digo que tratamos de sumar allí este interés de participación en campañas de concientización, arbolado urbano y de poder también llegar a los barrios para hacer concientizar sobre la separación correcta de los residuos. 

Obviamente que han vuelto los niveles de producción de residuos que en pandemia por ahí estuvieron más contenidos y uno veía también como la naturaleza de algún modo se recuperaba terreno en pandemia. 

Recuerdo perfectamente que como no había actividad y la gente no iba a los parques se veían imágenes de nuestras plazas llenas de zorros grises o colorados y uno se da cuenta que son animales que se encuentran en el campo y no en la ciudad pero estas cosas a medidas que la normalidad volvió y las actividades también se vuelven a perder pero creo que también hay que tratar de sostener esta consciencia ambiental que se fue generando en pandemia para aprovechar este envión y mejorar algunos aspectos que están a nuestro alcance. 

-¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES DESAFÍOS DE CRESPO DE CARA AL FUTURO?

El biodigestor no es algo menor, de hecho es un plan muy importante por el nivel de inversión que tienen pero también queremos convertir la planta de residuos en un parque ambiental. 

Por otra parte, aunque puede parecer un cambio de nomenclatura la idea es convertir la planta en un espacio educativo. Se van a generar recorridos, señalización y un espacio para poder dar charlas a los distintos grupos que visitan la planta que estamos teniendo visitas permanentemente y queremos recibir gente de la escuelas, de la ciudad y la provincia.

La idea es terminar de armar este parque en la planta y también seguimos trabajando con mucha inversión en el tema de recambio lumínico logrando el plan 100 LED. Esperamos poder lograrlo ya que estamos en el último año y queda mucho por hacer todavía. Seguramente aunque no llegue al 100% vamos a tener un avance importante en el recambio lumínico a luminaria led porque a partir de allí el ahorro que se genera y la mejora en la iluminación de la planta urbana.

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