Avanzar hacia una movilidad descarbonizada que permite reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y transicionar hacia ciudades más limpias, seguras y conectadas es una misión de la cual cada ciudadano puede ser protagonista solo con algunas pequeñas acciones cotidianas.
En el caso de Argentina, el 13,9% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero provienen del transporte, en un marco en el que el consumo de combustibles fósiles se ha incrementado considerablemente durante los últimos años.
Esto ha traído aparejado distintos problemas que van desde la contaminación atmosférica, siniestros viales, incremento del ruido y un uso desmedido de recursos naturales que incluye diversos metales pesados.
Durante los últimos años han surgido diversas soluciones de movilidad eléctrica, que van desde las motocicletas hasta los transportes pesados para reducir la contaminación de los repartos a nivel global. Sin embargo, la realidad en Argentina aún es algo compleja por diversos motivos.
Por un lado, la falta de acceso a la electromovilidad por parte de los ciudadanos es uno de los frenos más importantes a la electromovilidad. El menor poder adquisitivo de los ciudadanos argentinos en comparación a los europeos, sumado a una oferta más restringida, así como también la falta de infraestructura para su funcionamiento son las trabas principales para el afianzamiento de este tipo de movilidad. La oferta local es acotada aún a nivel de automóviles, aunque parece empezar a dinamizarse en citycars, donde existen 3 modelos de producción local. No obstante, a nivel general, en el primer semestre de 2022, el peso de los vehículos eléctricos fue sólo 1,6% del total de vehículos automotores comercializados en el país.
Por otro lado, la definición de políticas que avancen en este sentido se ha configurado como uno de los ejes a tratar de cara al 2030 para así lograr convertir la transición argentina en una realidad. Vale aclarar que el proyecto de ley de movilidad sustentable aún sigue trabado a nivel legislativo.
Sin embargo, entre tantos frenos a la llegada de la estructura eléctrica al país, desde Utopía Urbana proponemos algunos hábitos saludables para descarbonizar tu huella de carbono relacionada al transporte. Conocelas acá:
1- USAR BICICLETAS Y OTROS TIPOS DE MICROMOVILIDAD
Dentro de este tipo de movilidad se pueden encontrar desde scooters eléctricos, bicicletas, ciclomotores o monopatines. Algunos de estos, que son de mucho menor costo que un auto eléctrico, son opciones reales en las grandes ciudades argentinas que ya han empezado a impulsar este tipo de movilidad.
En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo han avanzado en la generación de ciclovías que permitan mejorar la calidad de transporte de los ciclistas y personas que transitan su día a día por medio de la micromovilidad. Tendencia que ha sido replicada en las principales ciudades del país en los últimos años.
Además de ser una oportunidad descarbonizante, a diferencia de otros medios de transporte permite obtener las facilidades y comodidades a la hora de transportarse, aunque también tiene algunas limitaciones orientadas a la inseguridad de moverse en bicicleta en ciertas áreas o a las dificultades para hacerlo cuando hace frío o calor.
2- USAR LOS VEHÍCULOS DE MANERA EFICIENTE
Muchas veces la utilización de los autos en general termina siendo una cuestión pura y exclusivamente de la comodidad cotidiana. Trayectos de poca distancia que tranquilamente podría hacerse caminando o en bicicleta genera una contaminación galopante en casos donde podría evitarse.
Por esa razón, el uso eficiente de los vehículos a combustión interna termina siendo un factor fundamental en la gestión de las ciudades. Según las cifras de la Organización de las Naciones Unidas, los vehículos privados se encuentran estacionados en los carriles el 95% de su tiempo, ocupando un espacio que podría ser implementado para bicisendas, metrobuses o simplemente para expandir las veredas.
Lo mismo sucede con los espacios de estacionamiento, que en muchos casos termina siendo un sumidero de calor y cemento, espacio para cientos de plagas que terminan afectando el arbolado urbano, al mismo tiempo que generan condiciones de calor y sequedad que afectan la vida en las ciudades.
Por eso, es necesario disminuir el uso de los vehículos y entender que la comodidad puede buscarse en otras acciones que no sean tan contaminantes como este tipo de movilidad. Así que la próxima vez que saques el auto para hacer solo un par de cuadras, piensa si es realmente necesario contaminar el ambiente por 5 minutos de comodidad.
3- USAR EL TRANSPORTE PÚBLICO
Avanzar en esta temática para lograr descarbonizar la movilidad y así conseguir ciudades incluye cambios de hábitos. Mucho se ha hablado durante el último tiempo de sustituir la movilidad personal por el transporte público y así descongestionar las ciudades pero también lograr reducir el flujo de emisiones GEI.
Según la consultora Oliver Wyman Forum y el Instituto de Estudios de Transporte de la Universidad de California (ITS) el transporte público es la mejor opción descarbonizante para mejorar la calidad de vida de las personas.
“Se espera que estos nuevos servicios crezcan durante la próxima década aproximadamente el doble de rápido como la movilidad tradicional, con potenciales beneficios para el clima, lograr reducir la contaminación y mejorar la habitabilidad de las ciudades”, expresaron.
De esta manera, algunos pequeños tips pueden ayudar a reducir la huella de carbono del transporte y a su vez avanzar hacia nuevos vínculos con el entorno natural que rodea las ciudades y a su vez avanzar hacia los objetivos de descarbonización propuestos para el 2030. ¿Vos cómo te transportas?
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