El gran crecimiento de las ciudades del mundo es sin dudas una de las problemáticas modernas a tratar por los organismos internacionales. No solo por la cantidad de personas que involucra y sus desafíos para la calidad de vida, sino por la forma que la expansión urbana fue tomando en el territorio, avanzando de manera irregular en zonas protegidas, generando contaminación y otros efectos nocivos para el planeta.
Estudiando este fenómeno, desde ONU-Hábitat realizaron el Reporte del Primer Estado Global de las Metrópolis, en el que afirman que “las metrópolis no se definen ni por su población, extensión territorial, ni por el número de sus jurisdicciones locales, sino por su geografía funcional”. Para entender mejor este concepto, según la Comisión de Estadística de la ONU definió a un área metropolitana como “una ciudad y su zona de desplazamiento, que consiste en áreas suburbanas, periurbanas y rurales vinculadas económica y socialmente”.
Pero no sólo eso, para ONU-Hábitat “las metrópolis se están convirtiendo en una tipología predominante de ciudades en el siglo XXI”. Segùn especifican en el documento, al menos 2.600 millones de personas vivían en 1.934 metrópolis en 2020 en el planeta, lo que representa aproximadamente el 60% de la población urbana mundial o un tercio de la humanidad. Un hecho importante es que 34 metrópolis han superado los 10 millones de habitantes; mientras que 51 tienen una población de 5 a 10 millones; 494 de 1 a 5 millones; y 1.355 de 300.000 a 1 millón.
Cómo parte de este informe, que busca brindar datos para encontrar soluciones a los problemas de la urbanización, explicaron que una de las principales problemáticas es “la extensión física de las áreas urbanas que está creciendo mucho más rápido que su población, por lo que consume más suelo para el desarrollo urbano».
“Esos fenómenos han hecho que muchas ciudades crezcan más allá de los límites de su municipio central o límites propios de la ciudad, configurando metrópolis más grandes y densas”, explicaron. Esto se trata de una tendencia global, que no responde a niveles económicos y afecta a “ciudades de todo tipo y tamaño, desde megaciudades hasta ciudades intermedias e incluso pueblos pequeños”.
En ese sentido, desde ONU-Habitat proyectaron que “el número de personas que vivirán en metrópolis en 2035 aumentará a 3.470 millones, representando el 39% de la población global para entonces”, lo que impactará de manera directa en la economía, las sociedades, el medio ambiente, la gobernanza e infraestructura y servicios en todo tipo de ciudades y regiones del mundo.
El promedio indica que surgirán nuevas metrópolis cada dos semanas en los próximos años, y “se prevé que existan 2.363 metrópolis en 2035, lo que significa 429 metrópolis más que en la actualidad”, al mismo tiempo que las aglomeraciones rurales se convertirán en grandes ciudades.
En la actualidad, según el reporte de ciudades, “de las 1.934 metrópolis existentes sólo 85 se pueden denominar grandes, 34 megaciudades con más de 10 millones de habitantes y 51 con entre 5 y 10 millones, mientras que los grupos más representativos corresponden a metrópolis intermedias y pequeñas”
Tendencias generales de la urbanización mundial
La tónica general indica un claro aumento exponencial de nuevas ciudades y espacios metropolitanos en todo el mundo. Sin embargo, tal como la tendencia actual lo indica, serán Asia Pacifico y África los continentes con mayor desarrollo, mientras que Europa del Este se mantendrá estable. América Latina y el Caribe, Europa Occidental, y América del Norte y Oceanía, aumentarán sus cifras, aunque a un ritmo más lento.
En ese sentido, por más raro que suene, fue gracias al Covid que se tomaron diversas estrategias relacionadas a la Gobernanza que significaron un “facilitador y una bisagra” para que “los gobiernos locales trabajen juntos de manera más efectiva, llegando a una población más grande con sus acciones, en menos tiempo y optimizando recursos y resultados”.
Además, desde el reporte pudieron evaluar que las áreas metropolitanas con marcos de gobernanza institucionalizados tienen una mayor capacidad de coordinar las acciones y mantener ciudades ordenadas, por lo que las políticas públicas y la voluntad política son clave para avanzar en este sentido.
Sin embargo, “la mayoría de las metrópolis del mundo no se gestionan de forma diferenciada, es decir, no cuentan con un plan ni con una institución metropolitana. Esto les priva de aprovechar la dinámica y funcionalidad de la aglomeración y, en cambio, sus efectos negativos aumentan debido a la fragmentación institucional municipal y sectorial y a la falta de coordinación a escala metropolitana”, explicaron.
Ejes centrales para avanzar en la gestión metropolitana
Para ONU-Hábitat hay 4 ejes claves para lograr urbes ordenadas y sustentables a través de una gestión metropolitana integrada: (i) Política y legislación; (ii) Gobernanza metropolitana; (iii) Planificación y diseño; (iv) Finanzas y economía metropolitana.
.
Primero que nada, es fundamental que existan Políticas y Legislación metropolitanas que incluyan “sectores como transporte, agua y saneamiento, servicios de infraestructura básica, medio ambiente, salud, vivienda, vínculos urbano-rurales, entre otros gestionados a nivel metropolitano”.
Esto se traduce en políticas nacionales y subnacionales que permitan gestionar de manera inteligente y avalen el desarrollo de las áreas urbanas facilitando el acceso a todos los servicios que la sociedad necesita, para de esta manera evitar asentamientos informales.
El segundo de los ejes es la Gobernanza Metropolitana, que ofrezca soluciones institucionales para encontrar soluciones a la hora de planear y organizar la gestión de las nuevas metrópolis.
Esto se ayuda con la Planificación Metropolitana, que se denominan en el reporte como los “instrumentos y lineamientos de planificación del desarrollo, usos del suelo, urbanísticos, estratégicos, y territoriales adoptados a nivel metropolitano”. De esta manera se buscan inversores para llevar adelante “proyectos e intervenciones territoriales con impacto metropolitano, así como los mecanismos para desarrollar y operar proyectos asociativos”
Claro que nada de esto se puede hacer sin el financiamiento necesario, por lo que las Finanzas y Economía Metropolitana es el cuarto eje fundamental para un correcto desarrollo de la urbanización nacional para lo que es necesario poder contar con “diferentes tipos de recursos disponibles para la gestión y los proyectos metropolitanos, incluida la financiación de las instituciones y órganos de gobierno metropolitanos, así como los mecanismos de rendición de cuentas implementados”.
De esta manera, se puede concluir que la urbanización es uno de los problemas candentes en la actualidad y para el futuro. Por ello, además de los temas citados, se vuelve determinante avanzar hacia la gobernanza y el financiamiento de obras de servicios para evitar que este crecimiento se traduzca en contaminación o en malas condiciones de vida para las personas.