La hiperproducción en masa impulsada por el modelo actual que indica consumir como si no hubiera un mañana ha generado una sobrepoblación de productos que generan serios problemas de contaminación en el planeta. Uno de los casos más importantes: el plástico.
Según los datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante los últimos 30 años se ha duplicado la generación de plásticos en el mundo y el número realmente asusta: las estadísticas indican que se producen unas 400 millones de toneladas de plástico por año y esperan que para el 2040 vuelva a multiplicarse.
Alrededor de un tercio de este total termina en mares, significando que 150 millones de toneladas anuales contaminan las redes acuáticas y a las especies que viven allí. Otro de los números poco alentadores, es que si bien se han desarrollado diversas campañas de concientización en el planeta, solo el 9% del total se recicla de manera exitosa.
Para detener esta crecida inminente, muchos países, regiones y ciudades han empezado a legislar acorde a esta problemática en busca de reducir de manera urgente los consumos. Cataluña, por ejemplo, es uno de estos casos recientes con la Ley que prohíbe los plásticos de un solo uso a las empresas y las penaliza en caso de su utilización.
Sin embargo, con estas incipientes leyes aún no alcanza para regular la gran cantidad de plástico que produce el mundo y los intentos por girar hacia una Economía Circular recién se encuentran dando sus primeros suspiros.
En este contexto de urgencia por reducir los plásticos del planeta y mejorar la capacidad de reciclaje de los mismos, es que ha surgido un movimiento social hogareño que se propone formar los ladrillos o ladrillos plásticos. La idea es simple y consiste en, básicamente, llenar botellas y bidones de plástico PET de otros plásticos de único uso hasta compactarlo todo
Las indicaciones son simples: después de consumir algún producto, se lava el envase y se mete el plástico dentro de los botellones o botellas. Es importante que no tenga residuos de materia orgánica ni que se encuentren húmedos para evitar la aparición de hongos dentro del mismo.
COMO HACER UN ECOLADRILLO DE FORMA CORRECTA CUIDANDO EL MEDIO AMBIENTE
Como ejemplo, los ecoladrillos pueden estar formados por bolsas de plástico, envoltorios de fideos, arroz, cereales, azúcar, snacks, galletitas, golosinas, sorbetes plásticos, residuos de impresiones 3D, sachets de leche o yogurt, guantes de goma o latex, barbijos, blister de medicamentos, etc.
Una vez rellenados los ecoladrillos tienen diversos usos. En Chile, incluso, la Universidad Austral ha generado un documento que se llama “Cómo construir con Ecoladrillos” y lo catalogó como “una tecnología sencilla para reutilizar materiales”. En muchos casos se apilan las botellas unas encima de otras formando una pared que luego es recubierta de concreto. De esta manera se reduce considerablemente la utilización de cemento en las obras regionales y se consigue un producto igual de aislante. Si bien hay quienes construyen casas por medio de este método, lo más común es la construcción de canteros, cordones cunetas y hasta postes de luz.
En Argentina, uno de los casos más emblemáticos es el de Botella de Amor, la ONG que trabaja la temática y brinda información sobre cómo hacer estos ecoladrillos pero también ha realizado un mapa que indica adonde llevarlos una vez terminados. Podes conocer los puntos de acopio de cada provincia del país aquí.
Cabe destacar que estos ecoladrillos no solamente son utilizados para la construcción, sino que hay muchas empresas que se dedican a utilizar el material para la fabricación de maderas plásticas que tienen un uso más integral que el de simplemente los ecoladrillos. Desde la organización han entregado decenas de casas construidas de esta manera a hospitales, centros culturales y personas necesitadas, siendo una de las iniciativas más importantes en relación a la construcción de los ecoladrillos en el país.
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Se trata sin dudas de una de las opciones más interesantes e importantes que se conocen actualmente para agilizar el reciclaje de los plásticos pero también para empezar a conocer los daños que genera el plástico en nuestros ecosistemas. Es tal realmente la situación que hay estudios que comprueban que hasta los seres humanos estamos ingiriendo plástico por medio del agua con cantidades que oscilan los 5 gramos semanales (250 gramos por año). !Es decir, que un niño de cuatro años ha comido a lo largo de su vida 1 kilo de plástico! .
Los números realmente son alarmantes y la situación también lo es. Impulsar la economía circular es algo clave para lograr la reducción de este material en el planeta. ¿Vos ya haces tus ecoladrillos?