La gestión de los residuos a nivel nacional es uno de los ejes más importantes en la transición hacia la sostenibilidad, con impacto en la realidad local. Si no se toman medidas urgentes la basura terminará tapando las ciudades, agotando la disponibilidad de los recursos naturales y generando condiciones adversas para el desarrollo de todo tipo de vida.
Basta con recorrer un basural a cielo abierto para intuir la innumerable cantidad de enfermedades que se generan allí y se expanden por medio de animales al resto de la sociedad. Por otra parte, en caso de no ser bien tratados estos residuos, los lixiviados generados por materiales de todo tipo son grandes contaminantes de las napas y ya se han presentado diversas muertes por metales pesados en el agua de aquellos pueblos y barrios cercanos a los basurales.
Si bien se están empezando a generar diversas políticas públicas y acciones privadas para impulsar la separación de los residuos en orígen y su posterior tratamiento, la realidad es que no alcanza para reducir el daño histórico que la sociedad le ha generado al medioambiente. Ya no es solamente el aire o la capa de ozono: es el suelo, el agua y el mundo tal como se lo conoce.
En el país, por ejemplo, los datos oficiales arrojan cifras realmente alarmantes: cada argentino genera 1,5 kg de basura por día, lo que se traduce en más de 55.000 toneladas diarias. De este porcentaje, según expresó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), solo se recicla un 6% y el resto se dispone en los tan conocidos basurales a cielo abierto. Dato no menor: hay al menos 5.000 en toda Argentina.
Por esta razón, además de la labor ciudadana por medio de la separación en orígen, es indispensable la labor de ciertas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que empiezan a trabajar la temática desinteresadamente por la necesidad de disminuir el impacto ambiental.
Ecopet Patagonia es un claro ejemplo de ello, que por medio de la recolección de residuos en espacios públicos, la remediación del suelo y, por sobre todo, el rescate de miles de kilos de las costas y mares argentinos, busca convertirse en un agente de cambio patagónico.
En diálogo con Utopía Urbana, Marco Bercovich, su creador, cuenta cómo es la experiencia de trabajar en la recolección de plásticos desde el Golfo San Matías. Desde los comienzos ya han expandido su trabajo por distintos municipios patagónicos. Convencido de que cambiar los hábitos es una solución, ve necesario que las empresas impulsen proyectos de reciclaje y el mundo gire hacia la Economía Circular.
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-¿Cómo y por qué surgió Ecopet Patagonia?
Empezamos con Ecopet en Neuquén, desde el 2019. Siempre articulamos con la gestión de los residuos principalmente en Plottier y fuimos expandiendo por toda la Patagonia. Además de mi trabajo usaba los días libres o los fines de semana para limpiar en silencio el Río Limay y el Río Negro de donde sacamos una increible cantidad de plástico.
Yo siempre trabajé en la remediación de suelo e incluso en lugares como Vaca Muerta y en el basural a cielo abierto de Neuquén. Las cosas que vas viendo y la información que vas recabando te va pegando y modificando paulatinamente. Empezamos pensando en el reciclaje, después nos negamos a enterrar plásticos.
En el basural, antes de que empiece la gestión de residuos sólidos urbanos, planteamos realizar sectores de separación. Además buscamos que nuestro trabajo no sea lineal y por eso queremos integrar los conceptos de Economía Circular y sostenibilidad siempre con una mirada estrictamente ambiental.
Cuando empezamos con este proceso se empiezan a cerrar las puertas de la economía lineal y a abrir más lo circular. Sacar el plástico del agua, hacer la gestión de residuos de los pueblos costeros lo que significó un cambio fuerte para nuestra vida que se vió potenciado por la pandemia. Un ejemplo burdo pero interesante es el caso de las luciérnagas: hace diez años cuando llegué a vivir a Pottier se veían por todos lados, el propio desgaste del ser humano las hizo desaparecer y recién las volví a ver diez años después en plena pandemia que ayudó a remediar muchos procesos naturales.
-¿Cómo llevan adelante este trabajo?
A través de la empresa pudimos armar ecopuntos en los barrios de neuquén, para lograr que la ciudad sea fuerte en la gestión de los residuos. En las grandes urbes hay muchos intereses políticos en la gestión de la basura y eso hace que la tarea por ponerse de acuerdo sea muy difícil, sin embargo conseguimos hacerlo.
A medida que fuimos cumpliendo ese objetivo nos dimos cuenta que había que empezar a mirar a los pueblos costeros. Creemos que los pequeños pueblos son los que van a impulsar un cambio verdadero e incentivar al resto, mucho más aún en aquellos casos de pueblos turísticos que tienen grandes concentraciones de gente en la temporada. Creemos que además de trabajar en la recolección de plásticos es necesario insertar en la gente nuevos y pequeños hábitos.
“El plástico, la colilla, el aceite de frituras y las plantas potabilizadoras son lo más contaminante en la región, por eso trabajamos muy fuerte para sacar todo esto del agua”
Hoy en día trabajamos muy fuerte en la Patagonia norte, la zona de Caviahue, Picún Leufú hasta Viedma. Cruzamos por Carmen de Patagones, el Golfo San Matías, Las Grutas y Puerto Pirámides. De punta a punta. Creemos que Ecopet es un modelo a seguir en la gestión de los residuos y queremos que el resto de las comunidades lo siga replicando.
Hoy estamos a punto de convertirnos en una ONG dado la gran cantidad de trabajos sociales que fuimos realizando. No solamente no tenemos fines de lucro, sino que también somos un emprendimiento destinado 100% a la ecología, no hacemos trabajos que no sean de este tinte.
Creemos que más adelante vamos a poder abarcar más localidades costeras vinculadas al agua que es uno de los principales problemas de la región. El plástico, la colilla, el aceite de frituras y las plantas potabilizadoras son lo más contaminante en la región, por eso trabajamos muy fuerte para sacar todo esto del agua.
“A la contaminación se le suma la emergencia hídrica por lo que hay que apoyar todos los movimientos ambientales”.
Decidimos alejarnos un poco del trabajo únicamente de ciudades y empezar a trabajar en aquellas localidades que dispongan de grandes espejos de agua que es uno de los recursos más necesarios. A esto se le suma la emergencia hídrica por lo que hay que apoyar todos los movimientos ambientales.
–¿Cuáles son los ejes más importantes de este trabajo?
No es llegar y poner ecopuntos, hay un laburo antes, un estudio de observación para ver cómo tiran la basura, ver si hay basurales cerca, si hay separación de residuos. En cada punto, en cada pueblo hay distintas dinámicas. Estamos aprendiendo muchísimo estando cerca del mar.
Las corrientes de mar escupen grandes cantidades de plástico que solo significan el 10% de lo que se encuentra dentro de los mares argentinos. La actividad pesquera y de los pueblos son grandes contaminantes. Y aunque parezca que no, el mar mete estas basuras hasta 60 km hacia adentro. Por eso organizamos jornadas donde nos metemos en kayac y trabajamos dentro del agua para rescatar este material plástico.
Hay que tener todos los recaudos posibles, hacemos una limpieza de uno de los primeros basurales de la zona y ya todo el pueblo está esperándolo. Lo que es Viedma y Patagones tiene un porcentaje alto de reciclaje pero no entienden el valor de la materia y de lo que se puede lograr por medio de la Economía Circular. Falta un último empujón para ser una zona libre de plástico.
-¿Qué sucede con el material recuperado? ¿Todo el material rescatado es reciclable?
En los grandes trabajos uno se da cuenta en los cateos previos cómo va a ser el movimiento en la zona y se programa según la dificultad. Muchas veces cuando se trabaja en el mar y en altas condiciones de humedad ya no existe la posibilidad de recuperar el material porque se encuentra muy erosionado. No todo lo que se recupera se puede reciclar, aunque sí una gran parte.
“La idea es recuperar y sacar el plastico del ambiente, es nuestra idea firme a largo plazo. Queremos tratar de darle valor a la materia por medio de la EC. No tenemos apoyo del gobierno”
Allí se separan los residuos y lo que cumple con los requisitos se lleva al relleno sanitario más cercano para evitar que se generen lixiviados que contaminan el suelo. Lo que se puede reciclar se trabaja con cooperativas de reciclaje y se le busca una salida dentro de la EC. Para esto último tenemos acuerdos de palabra con municipios que nos envían camiones o camionetas para los traslados. General Roca es lo que se encuentra más cerca para volver a meterlo en la industria por medio de la fabricación de maderas plásticas.
“Hay que salir de esa economía lineal que se basa en los fósiles. Todo cuesta pero a la vez va levantando y sosteniendo cada vez más. Uno es menos gastador y empieza a entender los recursos que tenemos”.
La idea es recuperar y sacar el plastico del ambiente, es nuestra idea firme a largo plazo. Queremos tratar de darle valor a la materia por medio de la EC. No tenemos apoyo del gobierno.
Hay que salir de esa economía lineal que se basa en los fósiles. Todo cuesta pero a la vez va levantando y sosteniendo cada vez más. Uno es menos gastador y empieza a entender los recursos que tenemos. Laburar en basurales a cielo abierto es un antes y un después porque te pega fuerte. Un día vas a trabajar y terminas sin hablar con nadie porque te hace mal, es duro. Pero es la realidad y nuestra generación es un puente para que las futuras generaciones terminen de hacer este cambio
-¿Qué proyectos tienen a futuro además de convertirse en una ONG?
No tenemos un techo. Actualmente estamos trabajando fuerte en la gestión de residuos de Viedma que es super importante. Buscamos que esta capital logre ser un pueblo modelo, donde queremos poner 80 puntos ecológicos de residuos para poder llevar ese modelo a otros municipios de la región.
“No va a ser un cambio inmediato, la economía circular va a salvar y a poner en su lugar a largo plazo a los pueblos. Pero primero la gente tiene que agarrar el hábito y entender lo que vale la materia”
El foco principal es San Carlos de Bariloche que es uno de los lugares más contaminados de toda la Patagonia. Queremos sumar gente del circuito verde de Bariloche y de Esquel. Queremos trabajar fuerte en toda la región para que no haya más plásticos.
Hay una comunidad muy complicada, hay una gran cantidad de plástico en el agua. No va a ser un cambio inmediato, la economía circular va a salvar y a poner en su lugar a largo plazo a los pueblos. Pero primero la gente tiene que agarrar el hábito y entender lo que vale la materia.
Hemos sacado grandes volúmenes pero necesitamos que la industria empiece a absorber más sus residuos. Son pocos quienes realmente tienen un nivel alto de reciclaje. La verdad que hay que meter la industria más en la Economía Ciruclar. Va a ser la única manera de solucionar esto. Necesitamos proyectos sólidos y viables en cuanto a lo social. Que la gente empiece a usar postes de madera plástica que termina siendo un beneficio
En síntesis
Ecopet Patagonia
- Año de inicio: 2019
- Misión: Buscan limpiar las ciudades patagónicas de plásticos y extender su vida útil por medio de la Economía Circular.
- Principales acciones: reciclar plásticos en espacios públicos, impulsar la creación de puntos ecológicos de reciclaje y navegar los mares y costas para rescatar miles de kilos de material plástico.
- Visión a futuro: articular con municipios y gobiernos para poder llegar a más personas en la Patagonia.
- ¿Cómo ayudar? Llevando los plásticos a los puntos distribuidos en las ciudades patagónicas y reciclando en origen.
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