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Utopía Urbana conversó con Maximiliano Dicranian, que junto con Mauricio Kremer y Gonzalo Castro Peña, fundó la aplicación Kigüi, una solución que compensa con dinero al usuario que compra un producto cercano a vencer.

“Vivimos en una región empobrecida donde mucha gente no puede acceder a una alimentación de calidad y donde se tira el 33% de la comida que se produce, hay algo que está muy desbalanceado” dice Maximiliano Dicranian, uno de los fundadores de la aplicación Kigüi, visiblemente movilizado por esta situación.

Maximiliano conoció en 2020 a Mauricio Kremer y Gonzalo Castro Peña cursando un MBA (Master in Business Administration) en IEA y, a partir de la preocupación que compartían sobre el desperdicio alimentario, comenzaron a gestar lo que hoy es Kigüi, que “surgió como proyecto de tesis” explica.

Según el joven empresario, con “el desperdicio alimentario que tenemos en todo Latinoamérica se podría alimentar a todo Chile” y de este trágico despilfarro forman parte decisiva los diferentes comercios y puntos de venta, en donde “se tira el 5% de la comida que les llega”.

Frente a esa problemática que les interesaba y preocupaba hace años, los tres emprendedores empezaron a planificar diversas soluciones digitales que ayudaran a resolverla y a generar conciencia sobre el tema. “Es un problema que a nosotros nos apasiona buscarle la solución y en el que hay un espacio enorme para mejorar” dice Maxi convencido.

En principio, la solución que diseñaron apuntaba a resolver la falta de información de los supermercados respecto al vencimiento de los productos que tienen en sus góndolas. 

Pero los emprendedores, luego de comenzar a implementarlo, se dieron cuenta rápidamente de que “iba a ser muy difícil de escalar porque necesitábamos cambiar sus procesos para que hagan algo al respecto y además tampoco llegábamos al consumidor final que es el que decide qué producto comprar, señala Maxi hablando del pronto cambio de rumbo que decidieron tomar.

Por eso, en octubre pasado los tres jóvenes comenzaron a incluir al consumidor final como un pilar fundamental y lanzaron formalmente Kigüi. 

“Lo que hacemos es incentivar al consumidor final dándole un beneficio económico directo por elegir el producto que se vence primero por el que se vence después, de otra forma no tiene incentivo para comprarlo” explica Maxi respecto a la innovadora aplicación.

¿Qué productos están contemplados y cómo es el sistema?

Tenemos todo tipo de productos que se pueden encontrar en los supermercados: lácteos, panificados, gaseosas y cervezas, productos de almacén, fiambres.

La lógica es sencilla: uno va al supermercado y compra un producto al precio pleno. Pero si se vence en pocos días, a través de la aplicación le tiene que sacar una foto al ticket para validar la compra, una foto al producto donde se vea la fecha de vencimiento y nosotros le reintegramos un porcentaje de la compra de acuerdo a la lógica de promociones que tenemos. Con ese dinero pueden hacer lo que quieran, pasarlo a una cuenta bancaria, a mercado pago, etc.

¿Participaron de algún semillero o recibieron financiamiento en esta fase inicial?

Recibimos una inversión a partir de nuestra participación en un programa del fondo de inversión Newtopia VC, un fondo muy bueno de la región donde están muchos de los fundadores de los unicornios argentinos. Fueron diez semanas en donde nos dieron mucho apoyo, nos desafiaron muchísimo y nos enseñaron un montón de cosas. Repasamos todo: el modelo de negocios, lo comercial, entre otras cuestiones.

¿Realizaron alianzas estratégicas con empresas u ONGs para potenciar su impacto?

Ya tenemos varias alianzas importantes con empresas grandes como Ilolay, Quilmes o Pepsi, está siendo muy buena la atracción. 

Respecto a ONGs, ya que también buscamos generar lazos en ese sentido, estamos trabajando con el Banco de Alimentos para dar la posibilidad a nuestros usuarios de que donen su dinero a esta organización. Porque muchos usuarios participan para ahorrar pero otros también para salvar alimentos, para hacer un bien, así que dentro de poco van a tener la opción de donar al Banco de Alimentos para dar una mano.

¿Tiene proyectado expandirse por Latinoamérica?

La problemática que atacamos nosotros existe en todo el mundo, empezamos en Argentina porque somos argentinos y hay una oportunidad grande acá, pero nosotros la vemos como una solución regional. 

Estamos buscando expandirnos a otros países y crecer. Queremos cerrar más rondas de inversión, seguir creciendo y aplicar nuestro modelo de negocios, esperando tener una buena recepción.

¿Cuál consideras que es el principal diferencial de Kigüi?

Hay otras soluciones pero ninguna es parecida a lo que hacemos nosotros. Nuestro gran diferencial es que damos una solución integral que aplica para todos los puntos de venta y es totalmente escalable

Hoy tenemos más de 35 mil usuarios desde Tierra del Fuego a Jujuy y ese número viene creciendo 25% por semana. El usuario de Kigüi tiene la herramienta para elegir un producto de corto vencimiento por sobre otro sin importar donde esté, esa también es una ventaja que tenemos nosotros por sobre otras soluciones del mercado.

“Nosotros damos un doble incentivo”

Nosotros damos un doble incentivo. Comunicamos la buena acción que realizan nuestros usuarios con la aplicación pero también están ahorrando dinero. Les llega a su bolsillo y el impacto de eso es enorme y muy directo. El decir «estoy haciendo una buena acción y ahorrando unos mangos» es muy poderoso.

¿Qué consejos podrías brindar a otros emprendedores que estén iniciando su camino? 

Emprender es una montaña rusa de emociones y hay que aprender a manejarlas y canalizarlas para bien y para actuar. Un dia tenes la mejor noticia de tu vida y al otro dia tenes una mala, eso pasa todo el tiempo y hay que saber lidiar con eso.

Hay que animarse, ese es el primer consejo. Yo no me preparé toda mi vida para esto sino que vi la oportunidad, me asocié con las personas adecuadas y me animé. Y dejamos todo para que esto funcione.

“Emprender es una montaña rusa de emociones y hay que aprender a manejarlas”

Lo segundo es que se conecten, se abran a otras personas. Cuenten la idea y no se escondan, nadie se las va a robar ni hacer mal. Todo es constructivo y para generar nuevas ideas y contactos. Hay que abrirse y estar en contacto con nuevas personas. Eso nos ayudó un montón y lo hacemos todo el tiempo.

Cualquier persona del ecosistema está abierta a dar una mano y escuchar porque todos estuvimos arrancando en algún momento. En los primeros meses teníamos 8 o 9 charlas al día con gente que no nos conocía, le contábamos lo que queríamos hacer y nos ayudaba, eso hay que aprovecharlo.


El surgimiento de aplicaciones como Kigüi, que se suma a una larga lista de plataformas y soluciones de base tecnológica con alto grado de innovación, se da en Argentina en un contexto propicio para su proliferación, más allá de los vaivenes recurrentes de su economía.

A partir de sus buenas capacidades de emprendedorismo, innovación y recursos humanos calificados, Argentina está en pleno desarrollo de un ecosistema pujante de startups entre las cuales ya se contabilizan 11 unicornios como Mural y TiendaNube. Estas startups la catapultaron a ubicarse en el puesto 37 del Reporte Global de Startups 2022 que contempla 100 países.

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