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El país busca reducir el consumo de energías no renovables como el carbón y el petróleo. Además estableció un plan quinquenal en pos de un desarrollo sostenible en la región.

Sin dudas, durante los últimos años China se ha logrado posicionar como uno de los gigantes económicos e industriales del planeta. Sin embargo, poco ha hecho aún en consolidarse como una potencia amigable al medio ambiente y, hasta el día de hoy, continúa siendo uno de los principales emisores de dióxido de carbono y consumidores de combustibles fósiles. 

Claro, que desde el 2021, año en que se llevó la COP 26 en Glasgow, las urgencias chinas han cambiado. Ahora buscan reducir esta demanda y girar su industria hacia una producción más sostenible. Además, claro, conseguir otro de los principales objetivos mundiales, lograr la descarbonización del planeta. 

Con esa idea, los funcionarios del país asiático decidieron impulsar estrategias que logren reducir en un 13,5% el consumo energético para el año 2025 al mismo tiempo que frenen las emisiones de carbono en un 18%. Además, dentro de este plan también se tiene en cuenta la necesidad de bajar el consumo de combustibles fósiles y esperan lograr una disminución del 20% para fines de este año, estableciendo las bases para una reducción casi total antes del 2030. 

Para ello, este plan nacional estará acompañado de un plan Quinquenal que va desde el año 2021 al 2026, que pone principal foco en el desarrollo sostenible del país y se propone lograr la neutralidad de las emisiones para el 2060. 

Persiguiendo este objetivo es que justifican uno de los principales problemas que tiene el planeta y es el consumo de combustibles fósiles. Desde el gobierno chino establecen que, para conseguir una eficiencia energética que les permita seguir produciendo utilizando energías renovables, tienen que abastecerse completamente con la producción de petróleo para no quedarse a mitad de camino. 

Es así como, contradictoriamente, incrementarán la producción nacional de combustibles fósiles como el carbón y el petróleo para mejorar la seguridad energética y con ella liderar la importación de materias primas a nivel mundial.

Dentro de este mismo plan, los funcionarios asiáticos disponen la urgencia de reducir la emisión de los Gases de Efecto Invernadero (GEI). En busca de ese objetivo  disponen reducir el uso de la energía en un 13,5% acorde al plan quinquenal. 

Además, después de lo dialogado en Glasgow, donde los principales países del mundo acusaron a China por su gran producción de carbón, buscarán reducir la misma en un 18% durante los próximos 5 años. 

Cabe destacar que casi el 50% de la producción mundial total de carbón es realizada por China, quien paradójicamente es el principal consumidor. Por esta razón apuestan a la utilización de energías renovables, esperando lograr una reducción importante durante los próximos años. 

De cara al 2025, la industria china incrementará la producción de carbón para lograr una eficiencia energética que permita avanzar en la generación de combustibles sostenibles. En ese sentido se encuentran trabajando en la construcción de instalaciones de estaciones eólicas y solares. 

Para ello, desde el Estado Nacional avisaron que buscarán incrementar la utilización de energía renovable en un 30% para el 2025 y un 35% para el 2030. Para ello cuentan con la ayuda de las empresas de servicios públicos que gestionan el país que ya se han puesto en compromiso para alcanzar la tan ansiada neutralidad de carbón. Si bien es uno de los principales contaminantes del mundo, la estrategia China de reducción de emisiones ya se puso en marcha. Con la llegada de las nuevas tecnologías y la implementación de la electromovilidad y la utilización de combustibles alternativos el país busca establecerse como un centro verde en el mundo. ¿Podrán conseguir reemplazar los combustibles fósiles o seguirán dependiendo del carbón?

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