Tras la Conferencia del Cambio Climático (COP 26) de Glasgow, firmado por casi todos los países del mundo a fines del año pasado con la intención de poder atacar la crisis del calentamiento global, los distintos gobiernos del planeta se propusieron tomar medidas que permitan lograr la reducción de contaminantes y así poder mejorar la calidad del aire.
Uno de las ciudades más activas en relación a esta temática -y también uno de los que más contaminación atmosférica presenta es, sin dudas, Londres. La capital del Reino Unido es desde hace años reconocida por la gran cantidad de “smog” que se puede observar en las zonas céntricas y por esta misma razón, ha intentado sanear esta situación por medio de las políticas públicas convirtiéndose, al día de hoy, en una de las que más ha hecho por lograr un país con cero emisiones de CO2.
Los que han asumido con responsabilidad esta necesidad de acción son los funcionarios de la empresa de transporte estatal, Transport for London (TfL), quienes asumieron el compromiso de descarbonizar su flota para el año 2030. “A medida que trabajamos para eliminar el carbono, también reducimos aún más los niveles dañinos de dióxido de nitrógeno y partículas, que provocan miles de muertes prematuras y problemas de salud en la capital cada año”, explicaron en un comunicado.
Si bien de momento se está lejos del objetivo, desde que tomaron la iniciativa en el año 2014 lograron establecer varias medidas para lograr la reducción de la contaminación. En esta oportunidad recibieron una nueva flota que les permitió lograr que 1.000 de sus 9.000 vehículos funcionen de manera eléctrica. Estos números convierten a Londres en la ciudad con la flota sin emisiones más grande de toda Europa Occidental.
“Nuestro compromiso de reducir las emisiones no es nuevo. Alcanzamos un hito en enero de 2021 cuando logramos que nuestros 9.000 autobuses cumplieran con los estrictos estándares de emisiones Euro VI, el mismo estándar que la Zona de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ), luego de un extenso programa de modernización de motores e introduciendo autobuses nuevos y más limpios en la flota. Esto ha reducido las emisiones de los motores diésel e híbridos hasta en un 90%, una cantidad impresionante, y queremos ir más allá”, agregaron.
“Hubo mucho escepticismo en la industria cuando comenzamos a impulsar la emisión cero, pero hemos sido claros en nuestra pregunta y la industria ahora ha respondido”, aseguraron desde la compañía. Sin embargo, los vehículos eléctricos no son la única alternativa presentada desde TfL, ya que también han inaugurado buses que funcionan con celdas de hidrógeno lo que es considerado como un gran avance en la industria.
Por otra parte, desde la compañía están trabajando para conseguir que las estaciones de carga eléctrica funcionen durante la noche para evitar tener buses parados durante el día. Además, para fin del 2022 esperan que 34 talleres de los 77 habilitados funcionen como estaciones de carga.
“Queremos avanzar en nuestro compromiso de entregar una red 100% de cero emisiones. Somos ambiciosos y, con una financiación gubernamental sostenida, podríamos llevar esto más lejos hasta 2030, ahorrando un millón de toneladas de carbono”, expresaron desde TfL.
Con esta intención también buscan, no solamente descarbonizar Londres, sino que los distritos vecinos puedan copiar las iniciativas e “incentivar a que otras autoridades del Reino Unido hagan lo mismo”.
Sin embargo, pese a la iniciativa de la compañía que busca reducir hasta en un 50% las emisiones, depende casi exclusivamente de las inversiones gubernamentales para lograr una correcta financiación. “Queremos que nuestras calles sean más seguras y más atractivas para aquellos que pueden caminar y andar en bicicleta. Los coches eléctricos en ciudades como Londres están ayudando a reducir las emisiones, pero los autobuses de cero emisiones tienen la ventaja en este sentido, simplemente porque pueden transportar muchos más pasajeros ocupando menos espacio en la carretera”.
Por lo pronto, TfL ha colocado a Londres y al Reino Unido como uno de los epicentros que más está haciendo para lograr la descarbonización de la región y así reducir considerablemente la cantidad de CO2 propagado por su flotas. Saben muy bien, además, que llegar a lograr una transición rápida de los vehículos particulares es casi una utopía, por lo que confían en que los usuarios se vuelquen al transporte público ya que es capaz de transportar a mucha más gente sin generar embotellamientos.